Será definitivamente en noviembre cuando, probablemente, podamos comprobar lo que da de sí dinámicamente el nuevo SUV grande de Skoda, el Kodiaq, aunque ya nos pudimos subir a una unidad pre-serie con traje de camuflaje. De momento, si ya te hemos hablado también de sus primeros datos oficiales, y revelado algunos de sus secretos, hoy hacemos una completa aproximación estática al modelo, que nos ha aportado una gran impresión: te adelantamos hoy por tanto todos los detalles y el análisis de su interior.
Comencemos por decir que el nuevo Skoda Kodiaq parece lograr una buena relación entre el tamaño de su carrocería (4,70 metros), de inequívoco aspecto robusto aunque no carente de elegancia, y la amplitud de su interior, sólido y definido de modo que transfiere una suficiente percepción de calidad. De puertas a dentro y comparado con sus rivales directos, aquellos que tienen un tamaño parecido y, como él, 7 plazas distribuidas en tres filas de asientos, el Skoda Kodiaq no destaca por ser más ancho que la media, aunque sí esté en ella y resulte más amplio frente a un Mitubishi Outlander o un Nissan X-Trail. En cualquier caso, la fila central de asientos tiene una anchura adecuada para permitir situar en ella hasta 3 sillas infantiles —siempre que no sean de las más voluminosas—, si bien sólo las dos de los extremos contarán con anclajes de tipo Isofix.
Con todo, y antes que por ese espacio de puerta a puerta —o entre guarnecidos laterales si lo que analizamos es la anchura de la tercera fila de asientos—, la cota más sobresaliente del nuevo Skoda Kodiaq será la altura entre el techo y los asientos. Tal es así que, en este modelo, en absoluto puede resultar limitante elegir la opción del techo panorámico, un elemento que siempre roba centímetros, aunque quienes habitualmente lo vayan a utilizar sean altos.
Skoda Kodiaq: interior de 7 plazas
Esa amplitud de la cota vertical incluso alcanza a la tercera fila de asientos, donde están los dos que permiten ampliar, selectivamente, la capacidad del Skoda Kodiaq de cinco a siete plazas. Cierto que, con unos 87 centímetros aquí (lo que podríamos encontrar en las plazas traseras de no pocos coupés), un adulto difícilmente se podría encontrar cómodo; más cuando la banqueta está realmente cercana —como ocurre en la totalidad de coches semejantes con tres filas— al suelo: en este caso, apenas a unos 15 cm de él. Sin embargo, tener la ventaja de dos o tres centímetros frente a sus rivales, como así ocurre, siempre es una buena noticia, aunque sea para ser ocupadas muy eventualmente por esos adultos. Los niños no tendrán problemas con el espacio, incluso si queremos que las utilicen con sillas infantiles, habida cuenta de que el desplazamiento longitudinal de la fila central de asientos permite repartir bien el espacio a lo largo del habitáculo. En todo caso, el acceso no es cómodo por el tamaño del hueco, pese al desplazamiento que efectúa el asiento de la segunda fila.
El espacio longitudinal se sitúa entre el que puede encontrarse en un Skoda Octavia —un coche sólo 4 centímetros más corto que el Skoda Kodiaq— y el Skoda Superb. Es la consecuencia de una distancia entre ejes de 2,79 metros, la más grande de los SUV del grupo Volkswagen que recurren a esta plataforma MQB: esa batalla tiene en el Seat Ateca 2,64 metros y en el Volkswagen Tiguan 2,68 metros. El futuro VW Tigual XL, con 7 plazas como el Kodiaq, probablemente compartirá con el Skoda una base de similares dimensiones.
Buena parte de la adaptabilidad del interior de este SUV depende de las posibilidades que ofrece esa fila central, en la que las dos piezas que conforman su asiento pueden desplazarse sobre carriles de 18 cm por separado. Así mismo, los respaldos pueden inclinarse en distintos ángulos —bien para favorecer el confort de los ocupantes, bien para ganar unos centímetros para la carga llegado el caso— y, por supuesto, sus tres partes abatirse. Combinado esta última posibilidad con la del abatimiento del respaldo del pasajero de la primera fila, es factible transportar objetos de casi 3 metros de longitud.
Skoda Kodaq: maletero gigante
Si la habitabilidad está en todos sus cotas en la media o por encima de ella, la capacidad del maletero la sobrevuela. Independientemente de la configuración que elijamos para el habitáculo, ya sea de 7 asientos, 5 con la banqueta totalmente retrasada o adelantada, el Skoda Kodiaq tendrá un volumen de carga excepcional: marca de la casa, en definitiva, pues así ocurre con todos sus turismos en sus respectivos segmentos.
De optar por la configuración interior que admite mayor número de pasajeros, el Skoda Kodiaq tendría un volumen de maletero de unos 250 litros: es el equivalente a lo que podría encontrarse en un utilitario. Incluso si tenemos en cuenta el espacio por debajo del suelo del maletero, y en el que se puede situarse el ocultaequipajes —de no utilizarse— y el de la rueda de repuesto —elemento que podría ser o no de serie, según la configuración que determine Skoda para España—, la capacidad sería semejante a la de un Skoda Fabia, un coche que tiene, según nuestras mediciones, el maletero más capaz de su segmento con 355 litros.
De prescindir de los dos asientos posteriores que, plegados, conforman con su envés el suelo del maletero, la capacidad crece hasta unos 640 litros, también según nuestras primeras mediciones durante la presentación en Berlín, o 710 litros. La diferencia se explica según la posición en la que se encuentren las dos partes que conforman el asiento posterior.
La sensación de calidad que transmite el interior del nuevo Skoda Kodiaq es, en general, alta y adecuada para un coche de su porte. En las unidades a las que hemos tenido acceso no hemos encontrado ni malos ajustes ni plásticos mal acabados, aunque sí plásticos duros en algunos lugares en los que no esperábamos dar con ellos: es el caso de la totalidad de los guarnecidos de las puertas traseras y por comparación con los delanteros, en los que las partes superiores son de acabado más gomoso.
En lo que respecta al salpicadero, es de destacar, al margen de las enormes pantallas que pueden insertarse en el centro de él, la presencia de dos guanteras frente al copiloto, la superior oculta tras la zona chapada más vertical, con un suelo de goma; mientras que la inferior, en el lugar habitual, con luz y salida de aire.
Los asientos de la primera y segunda fila del nuevo Skoda Kodiaq son de dimensiones amplias e, incluso los delanteros, parecen aportar un acomodo satisfactorio. Por supuesto, tienen las habituales regulaciones exigibles en un SUV grande, así como ventilación o calefacción. El volante, que también puede modificar su posición en altura y profundidad, también puede calefactarse.
Skoda Kodiad: recursos prácticos
Abundan en el Skoda Kodiaq soluciones que la marca denomina como Simply Clever. Aportan, en algunos casos, una sorprendente practicidad. Es el caso de los paraguas que se alojan en los guarnecidos de ambas puertas delanteras, las enormes mesas de tipo avión que se integran en los respaldos delanteros y hasta tienen apoyabotes retraíbles, el rascador de hielo que se sitúa en la portilla del depósito de combustible o el suelo del maletero con doble cara, y los reposacabezas traseros con apoyos laterales para evitar molestias al cuello. También el cierre eléctrico para evitar que los niños abran las puertas traseras o de la luz del maletero que, en realidad, hace de linterna. Con todo, el que quizá más sorprendió durante la presentación, aunque ya lo habíamos visto en algunos Ford, es una pieza de plástico que, al abrir cualquiera de las puertas laterales, protege el canto metálico de éstas de golpes contra otros coches o paredes cercanas. El nuevo Skoda Kodiaq, en definitiva, será un SUV de lo más práctico y funcional.
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