Dentro de los planes de expansión para Mercedes-AMG, en la que se incluyen más modelos electrificados, hoy hemos conocido la creación de una nueva serie denominada como Mythos. La idea es desarrollar bajo ese nombre deportivos de altas prestaciones, exclusivos y que se vendan en pequeñas tiradas para aumentar todavía más su cotización.

El lugar elegido para su presentación no ha podido ser mejor. Los responsables de Mercedes-AMG han preparado una plataforma flotante sobre el puerto del Principado de Mónaco, donde este fin de semana se celebrará el Gran Premio de Mónaco. Y allí se ha visto el primer prototipo, el Concept Mercedes-AMG PureSpeed, del que han sido Lewis Hamilton y George Russell los maestros de ceremonias.
Lo primero que llama la atención de este PureSpeed es que está totalmente abierto, como si fuera un modelo de competición. Nada de techo ni parabrisas, siendo el único elemento visible un halo que nos recuerda mucho al que llevan instalados por normativa los actuales monoplazas de Fórmula 1. Y los cascos que puedes ver en los dos asientos no se han dejado ahí por casualidad, ya que son especiales de este modelo y están trabajados aerodinámicamente.

Son detalles que fomentarán su exclusividad, como también el concepto de color que se le ha aplicado a su interior o un reloj personalizado que preside en la parte del salpicadero y que ha sido diseñado por IWC Schaffhausen. Al fin y al cabo, sólo se van a fabricar 250 unidades del futuro PureSpeed.
Como vemos en estas primeras fotografías, el primer modelo de la serie Mythos está basado sobre el Mercedes-AMG GT, del que cogen los faros o la mayoría de las piezas de la carrocería. Luego los diseñadores han añadido diferentes inspirados en otros modelos tanto modernos, como las piezas de fibra de carbono visibles o la forma del frontal del Mercedes-AMG One, así como de clásicos que vemos en las formas detrás de los asientos que nos recuerdan al 300 SLR vencedor en la Mille Miglia de 1955.

El último detalle curioso tiene que ver con su pintura, que tiene una historia especial detrás. En el prototipo se combina el rojo Le Mans, el gris grafito y el AMG negro y también tiene una inspiración en la historia de la competición de la marca. En concreto se remontan a la Targa Florio de 1924, en la que ganó Christian Werner con un Mercedes. Normalmente el rojo estaba reservado para los coches italianos, mientras que los alemanes tenían que ir de blanco. Esto provocaba que los aficionados, de alguna manera, boicotearan a los modelos extranjeros. Por ello, se decidió pintar de rojo y logró su objetivo al disuadir a las personas que estaban viendo la carrera. Y aquel coche llevaba el número 10 como este concept.