Cuatro años han pasado ya de la tercera generación del C4, desligado desde entonces del tradicional estilo de berlina compacta, pero enfatizando más que nunca los valores tradicionales de la marca: comodidad por encima de todo, convergiendo hacia un estilo crossover que lo diferenciaba del resto de sus competidores.

Nada convencional en la forma, aunque sí en el fondo, dada la habitual aprovechamiento del espacio que suele lograr Citroën, o incluso sus tradicionales destellos en cuanto a estilo y diseño, aun tratándose de un coche conceptualmente sencillo que pretendía conquistar al público por su valor de marca, su variada gama mecánica y, sobre todo, competitivo precio. Ahora, los nuevos C4 y C4 X tienen todo eso, pero se alinean con el nuevo estilo de Citroën actualizando su línea a través de un aspecto claramente más moderno.

Foco en las referencias y superventas de la categoría
Citroën no ha realizado cambios importantes en la parte técnica… La realidad es que tampoco hacían falta, porque su arquitectura CMP sigue dando perfectamente la talla, sobre todo en el compromiso entre estabilidad y confort conseguido. Tampoco ha modificado las dimensiones de sus dos versiones, C4 y C4 X. Los cambios principales se identifican en los dos extremos del vehículo. En el frontal, deja de utilizar faros independientes o divididos, unificándolos en un único grupo óptico, aunque, eso sí, de formas complejas, tipo cascada, con parte de la iluminación mordiendo la aleta y parte integrada en la nueva calandra.

El paragolpes ha sido completamente rediseñado, ya con el nuevo diseño de la marca, formas más redondeadas, gran abertura inferior y nueva banda que conecta los faros con el logotipo, sugiriendo el estilo de calandras cerradas que se está imponiendo en los coches con tecnología eléctrica, estilo que Citroën unifica para sus diferentes tecnologías de propulsión. Para empezar, un pequeño gran cambio que actualiza completamente el impacto visual de este modelo y aporta, claramente, un aire mucho más sofisticado y moderno. Para la parte posterior, Citroën ha trabajado aún más las formas, recurriendo también a un nuevo diseño de luces completamente diferente que, en cierto modo, puede hacer perder la personalidad que tenían las dos carrocerías integradas en la gama C4, pero que, al igual que ocurre en el frontal, también se identifica ahora como un automóvil claramente rejuvenecido.

En el habitáculo, Citroën por fin ha mejorado uno de los elementos que ya pedían a gritos una evolución: su cuadro de instrumentos. Sigue teniendo un tamaño mucho más reducido que las pantallas a las que ya estamos acostumbrados, 7 pulgadas, pero sí mejora en lo esencial: resulta claramente más clara y legible. Mantiene la pantalla de 10 pulgadas para el sistema multimedia, también islas de mandos físicos para las funciones principales, abundantes compartimentos para almacenar objetos de tamaño medio, y, sobre todo, una calidad de ejecución más que decente junto a un diseño general muy limpio. Como no, siguen presentes todas las medidas orientadas a proporcionar el mayor confort y bienestar a bordo basado en su programa Advanced Comfort, como asientos con mullido especial, ahora con cojines que son incluso más gruesos que antes, tratamiento acústico específico o suspensiones con topes hidráulicos… marca de la casa.

Eficientes 1.2 Turbo Hybrid con 100 y 136 CV, junto a dos alternativas eléctricas
La gama Citroën C4 y C4 X cuenta también con refuerzos en la gama mecánica, disponibles desde hace apenas meses en la gama saliente. Dos de las principales novedades son el motor 1.2 Turbo Hybrid, con rendimientos de 100 o 136 CV. En cuanto a motorizaciones eléctricas, se mantienen las mismas configuraciones que antes basadas en dos posibles niveles de potencia y baterías: 136 CV ligado al paquete de baterías de 50 kWh, o 156 CV para la batería de 54 kWh, con autonomías de 360 y 420 km, respectivamente. Son versiones que, sin duda, hacen destacar aún más la característica suavidad y refinamiento de marcha de los C4 y C4 X, ofreciendo autonomías que tal vez no sean adecuadas para largas distancias, pero sí perfectas para desplazamientos medios y urbanos, combinando comodidad y costos de uso bajísimos. Citroën también mantiene la potencia de carga a 100 kW en corriente continua.
A partir de 2025, la renovada gama sustituirá progresivamente a las versiones actuales.