Desde su debut a mediados de la década de los 90, el Renault Mégane y el Scénic han evolucionado de forma paralela. Es más, cuando apareció el modelo pionero de los monovolúmenes compactos, lo hizo con la denominación de Mégane Scénic. Incluso hoy en día, aunque ambos se hayan pasado al lado de los eléctricos y hayan cambiado su posicionamiento, estos dos modelos tienen muchos puntos en común.
Además de utilizar la misma plataforma CMF-EV, cuentan con un salpicadero similar y ahora ambos se fabrican en la fábrica de Douai. Pero, además de un estilo exterior mucho más agresivo que el de su hermano pequeño, ¿es el nuevo Scénic solo una versión ampliada del Mégane de quinta generación? Gracias a nuestros compañeros de L`Argus, vamos a analizarlo.
Más autonomía gracias a una nueva batería
En sus versiones superiores, el Renault Scénic E-Tech recibe una nueva batería de 87 kWh. Esto supone 27 kWh más que los Mégane mejor equipados en este apartado (60 kWh). Por otro lado, este aumento de capacidad de la batería puede recordarnos a otro modelo fabricado sobre la misma plataforma CMF-EV: el Nissan Ariya. Según Renault, se trata de una simple coincidencia.

Mientras que la batería del SUV japonés se fabrica en Asia, con células CATL, la de su primo francés utiliza células LG Chem producidas en Polonia y luego ensambladas en Francia. Sus 192 celdas también son más gruesas y densas que las de la batería de 60 kWh, que cuenta con 288 celdas. Las dos “pilas” cuentan con diez módulos a nivel del suelo y otros dos un poco más arriba, y ocupan así el mismo espacio y tienen el mismo espesor de 143 mm. Para Renault, esto evita tener que diseñar dos packs diferentes para acomodarlos. Estos módulos también tendrán la ventaja de ser todos reemplazables o reparables individualmente en una veintena de centros de mantenimiento específicamente formados, lo que evitará tener que cambiar completamente la costosa batería ante la menor avería.
Una curva de carga optimizada
Cuanto mayor sea la capacidad de una batería, más tiempo tardará en recargarse. Y para no tener que pasar demasiado tiempo en puntos de recarga rápidos, el Scénic 87 kWh se beneficiará de una potencia máxima de recarga de 150 kW en corriente continua (DC), para recuperar hasta 335 km de autonomía en 30 minutos, según el fabricante. Por su parte, las variantes de 60 kWh tienen un límite de 130 kW. Por lo tanto, sobre el papel, simplemente adoptan las características del Mégane E-Tech equipado con la misma batería.

Un planificador de viajes mejorado
El planificador de viajes del Mégane E-Tech eléctrico no está exento de defectos. Renault es consciente de ello y anuncia la llegada de numerosas mejoras para el Scénic. Ahora se tiene en cuenta desde el principio el preacondicionamiento de la batería, que permite que esté a la temperatura adecuada para optimizar el tiempo de recarga rápida.

Google, proveedor del sistema multimedia a bordo del Scénic, ahora también proporciona sus propios datos meteorológicos, que permitirán evaluar mejor el impacto de la dirección y la velocidad del viento en la autonomía. Los nuevos cálculos en caso de cambio de viaje, voluntario o impuesto, también serían más rápidos, mientras que filtros adicionales permitirán conservar, por ejemplo, sólo los puntos de recarga más rápidos o compatibles con su medio de pago preferido. Por último, estas funciones de planificación de rutas también deberán integrarse en la versión para smartphones de Google Maps. Esto le permitirá preparar mejor su ruta con antelación y luego iniciarla en el GPS integrado.
Un chasis cómodo pero dinámico
El Renault Scénic no sólo es 27 cm más largo que el Mégane. También es 9 cm más ancho. Las vías (distancia que separa las ruedas de un mismo eje) se ensanchan incluso 10 cm. Este cambio, cuyo objetivo principal era ofrecer más espacio a los pasajeros de la segunda fila, favorece tradicionalmente el comportamiento en carretera. El bajo centro de gravedad que ofrece la colocación de las baterías en el suelo también es un buen comienzo, y Renault presume de haber conservado la misma relación de dirección bastante directa que en el Mégane.

Aunque tendrá que lidiar con unos reglajes de suspensión más orientados al confort, el nuevo Scénic empieza con buen pie. Sobre todo porque no ha dudado en sacrificar la banqueta corrediza, muy apreciada por algunos clientes, para mantener una altura razonable de 1,57 m, es decir, sólo 6 cm más que el Mégane y 7 cm menos que el nuevo Peugeot e-3008. Los ingenieros prometen que será “el primer Scénic que hará sonreír tanto al conductor como a los pasajeros”.
Uso extensivo de materiales reciclados
Les guste o no, los fabricantes de automóviles tendrán que aumentar la tasa de materiales reciclados utilizados en sus automóviles. Se trata de un cambio impuesto en parte por la normativa. Y en este aspecto, el nuevo Scénic pretende desempeñar un buen papel, yendo más rápido incluso que la legislación. Según Renault, el Scénic apuesta por alrededor de un 25% de materiales reciclados, es decir, un 4 o un 5% más que el Mégane. Un Zoe, por su parte, está limitado al 5-8% dependiendo de la versión. En el nuevo SUV de Renault, la estructura del salpicadero incorpora hasta un 80% de materiales reciclados; esta proporción se eleva incluso al 100% en el caso del material textil de los asientos en los acabados Techno y Esprit Alpine.

El techo interior, las moquetas y otros elementos también utilizan materiales procedentes de residuos. Al igual que el 50% del gran techo de cristal opcional. Esto reduciría la huella de carbono en la producción, que también se beneficia del uso de un motor eléctrico de rotor bobinado sin tierras raras. Sin embargo, esta huella sigue siendo mayor que la de un vehículo térmico debido a todos los recursos y energía necesarios para fabricar la batería.
Por tanto, la versión de 60 kWh del Scénic debería recorrer unos 60.000 km antes de poder presentar unas emisiones de CO2 inferiores a las de un equivalente térmico durante todo su ciclo de vida. Una distancia que puede variar dependiendo del tipo de energía utilizada para generar la electricidad necesaria para su suministro eléctrico. En cuanto a la posible tasa de reciclaje una vez enviado el vehículo al desguace, Renault la estima en un 90%, batería incluida.
Un techo de cristal innovador
Al igual que el Rafale, el gran SUV coupé que se lanzará unas semanas más tarde, el Scénic puede beneficiarse de un enorme e innovador techo panorámico fijo de cristal como opción. Este puede volverse opaco por segmentos. La activación se realiza, bien mediante un botón situado en el techo, a través de la pantalla táctil o incluso mediante comandos de voz. Para hacerlo, Renault utiliza una tecnología proporcionada por el especialista francés Saint-Gobain y hasta ahora reservada al carísimo Porsche Taycan: el PDLC (cristal líquido disperso en polímero). Como una pantalla, utiliza cristales líquidos para variar su nivel de transparencia.

Comparado con los cristales electrocrómicos que llevan tiempo utilizando otros fabricantes, como Mercedes, este sistema tiene la ventaja de ser más rápido. Pero, y más importante, permite ampliar la superficie acristalada sin reducir el espacio para la cabeza de los pasajeros traseros. Pasajeros que también podrán optar por mantener este techo transparente aunque los ocupantes de las plazas delanteras quieran estar protegidos del sol.
Fabricado por el momento en Alemania, este techo pesa sólo 18 kg, ¡entre 6 y 8 kg menos que uno clásico! Queda por ver el precio de esta opción, que aún no ha sido anunciado.
Sistemas ADAS y multimedia renovados
Terminamos este repaso con el sistema multimedia y las distintas ayudas electrónicas a la conducción (ADAS). Para el primero, el Scénic utiliza la interfaz de Google que apareció en el Austral y fue elogiada de forma casi unánime. Respecto al Mégane, que también lo tiene, Renault se ha limitado a introducir algunas mejoras, como un control por voz más amplio o nuevas aplicaciones. Sin olvidar las “recomendaciones proactivas”, que pueden sugerir, por ejemplo, la activación de la función del desempañado, o incluso el descubrimiento de nuevos modos de conducción si se elige siempre el mismo. La instrumentación digital se beneficia de un diseño completamente nuevo, destinado a ser más moderno y cercano al del Rafale.
Para cumplir con la norma europea, el Scénic se ha tenido que equipar con una arquitectura electrónica y de software completamente nueva, denominada SWEET 400. Así, la cámara que lee las señales debería permitir que el control de crucero inteligente haga honor a su nombre. Y los errores en la interpretación de la limitación serán menos que antes. Renault también presenta el “Safety Coach”, una herramienta que analiza el comportamiento de los conductores y el uso de ADAS para ofrecerles consejos destinados a mejorar su seguridad en la carretera.