Con la nueva Ley de Tráfico las normas cambiaron y la velocidad máxima permitida en todas las ciudades varió, entre los 20, los 30 y los 50 km/h, en función a si hay uno o más carriles, y existe plataforma única o no entre calzada y acera. Pero no hay que hacer demasiados análisis ni estudios científicos. Reconócelo: pocos conductores circulamos habitualmente a esas velocidades tan bajas, especialmente cuando los límites son de 20 ó 30 km/h.
Consciente de esta realidad y del problema que genera en accidentes y atropellos la alta velocidad de paso de los vehículos por pueblos y ciudades, una localidad francesa, denominada Bauné, situada cerca de Angers en la región de Maine-et-Loire, ha decidido tomar una nueva solución para intentar acabar con este riesgo y se ha “inventado” una nueva medida que ni daña a los vehículos ni genera multas de tráfico automáticamente.
Como habrás entendido ya, ni son badenes, ni son radares de velocidad. Pero tampoco son más rotondas ni semáforos. Se trata, según explica hoy Euronews, de una nueva medida disuasoria que ha sorprendido a todos los conductores, tanto locales como de paso, creyendo en primer lugar que se trataba o de una broma o de una nueva creación de arte abstracto o surrealista. Pero no, nada más lejos de la realidad.
¿Una tontería para llamar la atención o una solución pionera?
Son nuevas enormes líneas onduladas, enmarañadas y mezcladas de color blanco que se han pintado por calles de la localidad en el asfalto, con el objetivo de generar un efecto disuasorio en los conductores y que, directamente, ralenticen su velocidad al circular sobre ellas. Viral ya en redes sociales al subir numerosas personas esta nueva práctica hasta ahora desconocida, lo cierto es que parece al menos que funciona.
In the latest edition of “Cars Ruin Everything” take a look at these ugly road markings in the French village of Bauné. They have been painted to slow motorists in a 19mph zone. https://t.co/v8eIyvFsn5 pic.twitter.com/J1JzcEG1Fc
— Carlton Reid (@carltonreid) August 25, 2023
Las autoridades han confirmado por boca de la propia alcaldesa de Bauné, Audrey Revereault, que el número de automóviles detectado desde entonces circulando por encima de los límites de velocidad “ha disminuido drásticamente desde que se introdujeron las nuevas líneas”. El objetivo, según ella, era crear “una perturbación visual” que “obligara” a bajar la velocidad de los conductores.
La realidad es que este municipio decidió descartar otras medidas tradicionales, por ejemplo por no incrementar el ruido en el municipio con más badenes. Este pueblo, de solo 1.700 habitantes, está atravesado por hasta tres vías principales del condado y observa a diario como decenas de vehículos circulan a una velocidad excesivamente alta a su paso. Por eso, ante la preocupación creciente en seguridad vial, se decidió optar por medidas drásticas y diferentes. Quién sabe si iniciativas como ésta pueden extenderse a más ciudades en Europa. Sorprender, desde luego, sorprenden…