La agencia de Seguridad Vial norteamericana NHTSA ha recibido 354 notificaciones en los últimos nueve meses relacionadas con este problema que afecta a frenadas repentinas sin razón alguna en los Model 3 y Model Y 2021-2022 cuando conducen con el sistema Autopilot activado. Recordemos que este sistema adapta la velocidad del Tesla a la del tráfico circundante no solo por delante, también por los costados y detrás, reconociendo obstáculos y sugiriendo además cambios de carril para optimizar trayectos o ajustes para evitar ir tras vehículos lentos, o pudiendo dirigir nuestro coche hacia cruces o salidas según destino y todo ello gracias a un hardware avanzado con actualizaciones de software que se van incorporando en el tiempo.
Y todo ello apoyado por ocho cámaras con alcance de hasta 250 metros y doce sensores ultrasónicos para detectar objetos. Estas frenadas repentinas, según tiene codificada la NHTSA, pueden ser excepcionales o continuadas para un coche, varias veces durante un mismo viaje. Esto ha llevado a la NHTSA a abrir una investigación para determinar la gravedad de este problema que podría afectar a 416.000 vehículos.

No es la primera vez que el máximo organismo de seguridad vial norteamericano se enfrenta a problemas con el Autopilot: ya el verano pasado esta agencia ya abrió una investigación después de una serie de colisiones de modelos Tesla con vehículos de primeros auxilios que estaban actuando en tareas de emergencia en la carretera por la noche. También esta entidad había solicitado a Tesla a finales de diciembre que actualizasen su software para evitar que los conductores jugasen con videojuegos que proporciona el fabricante mientras el coche está en movimiento, algo que Tesla hizo desactivando esta funcionalidad.
Recordemos, además, otros episodios recientes de actualizaciones de elementos de seguridad en Tesla como puede haber sido el de detectar riesgos de romperse los airbags al desplegarse o el más notorio a finales del año pasado cuando casi en paralelo se detectaban problemas de funcionamiento de la cámara de visión trasera o la apertura inesperada del capó delantero que afectaban a medio millón de unidades, sin olvidar los 817.000 coches que han tenido que ajustar “online” la función de aviso acústico cuando el cinturón de seguridad no está abrochado.
De cualquier modo, Tesla, haya investigaciones o denuncias, actualiza constantemente las funcionalidades de seguridad de sus vehículos cuando detecta riesgos sin denuncias previas. Por ejemplo Tesla está testando un sistema de conducción autónoma, que denomina FSD Beta, en un parque restringido de vehículos a principios de febrero y en circulación abierta. Pues de los 60.000 vehículos que lo montan, 54.000 de ellos han presentado el potencial problema de no detenerse automáticamente ante una señal de stop. La funcionalidad ahora desactivada, por debajo de 9 km/h permitía que al detectar un stop, el vehículo siguiese la marcha si no detectaba riesgos de circulación en ninguno de los sentidos circundantes. La desactivación se realiza en forma remota y gratuitamente para los usuarios, que además reciben una notificación para que sean conscientes de las realidades en materia de seguridad/conectividad de su coche.
De cualquier modo, el máximo mandatario de Tesla, Elon Musk, sigue afirmando que el software de conducción totalmente autónomo será posible a finales de 2022.