El Renault 5, junto con la variante Alpine denominada A290, se ha proclamado esta misma mañana vencedor del prestigioso concurso del Car of the Year 2025. Pocos años ha habido 7 finalistas con tantos buenos argumentos para poder llevarse el premio, por lo que la lucha por los puntos ha sido muy dura.
Renault 5/Alpine A290, ganador por delante de Kia EV3 y Citroën C3
El vencedor, el proyecto conjunto Renault 5/Alpine A290, se ha proclamado ganador con un total de 353 puntos, mientras que el segundo clasificado ha sido el Kia EV3 con 291 puntos, seguido en el tercer escalón del pódium el Citroën C3 con un total de 215 puntos.
Los 60 jurados de los 23 países europeos con derecho a voto han valorado muy positivamente el trabajo nostálgico recreado en el diseño con el Renault 5, así como el buen comportamiento y la alta tecnología que la firma francesa ha impregnado a su último modelo 100% eléctrico. Por segunda vez en la historia, una misma marca repite como ganadora dos años seguidos, ya que en 2024 fue el Renault Scenic E-Tech el que se llevó el premio más prestigioso de la industria del automóvil. El premio, en esta edición, ha sido recogido en el marco del Salón de Bruselas por Fabrice Cambolive, CEO de la marca Renault, y Philippe Krief, CEO de Alpine.
El resto de candidatos han quedado muy apretados en sus votaciones, con el Hyundai Inster cuarto con 172 votos, el Dacia Duster quinto con 168 puntos, sexto el Cupra Terramar con 165 puntos y séptimo el Alfa Romeo Junior con 136 puntos.
Así son el Renault 5 y el Alpine A290
El proyecto Renault 5/Alpine A290 ha triunfado por tanto buscando llevar la electrificación a las ciudades jugando la baza de la evocación, de la nostalgia con un estilo retro y de una tecnología cero emisiones disponible ya desde un precio no prohibitivo. Con el Renault 5 la marca francesa se ha propuesto acelerar su transición eléctrica sobre dos pilares tan complementarios como el precio, con el objetivo de lanzar un coche eléctrico con un precio de salida sin ayudas por debajo de los 25.000 euros, y un diseño evocativo, que va más allá de la nostalgia que pudiera traer el recuerdo del R5 original.
En este caso ese diseño exterior retro se complementa con una adaptación a la tecnología actual de aprovechamiento de espacio, de iluminación, de conectividad y control de los elementos maestros desde la pantalla táctil central, de 10,1 pulgadas. Comparte genes con el Alpine A290, que podríamos considerar la variante eléctrica del siglo XXI del R5 GT Turbo dada su adaptación estética y mecánica y con el que Alpine cuenta para avanzar en su desarrollo como marca complementaria a la matriz definida por el plus de emotividad al volante. La diferencia entre ambos, unos 5.000 euros, que se traducen no tanto en un plus de potencia, sino en equipamiento, exclusividad y dinamismo.
El R5 se da con dos baterías de diferente tamaño, una de 40 kWh de capacidad que se asocia a motores de 95 y 120 CV —sin opción de carga rápida en la versión de acceso y hasta 80 kW la más potente de ambas— y una de 52 kWh que alimenta un motor de 150 CV. Ésta última es la que se monta en el Alpine A290, disponible con motores de 178 y 218 CV, y caracterizado por una notable adaptación de chasis, configuración de modos y ayudas a la conducción y frenos específicos ventilados en ambos trenes, con pinzas Brembo, de cuatro pistones el eje delantero.
Es el camino elegido para ofrecer ese plus de picante en la conducción que caracterizará a Alpine. En todos los casos, la batería de 52 kW puede ser recargada tanto por corriente alterna, a 11 kW, como continua, con unos 100 kW que pueden parecer poco en términos absolutos, pero resulta muy adecuada para el tamaño de la batería y permite alcanzar el 80% de carga en media hora.
