Cataluña se pone seria con los excesos de velocidad. Ha sido el propio director del SCT, el Servicio Catalán de Tráfico, el que ha dado las pistas sobre los próximos dispositivos que va a incorporar ya la Generalitat en los próximos meses. Y es que el objetivo en Cataluña es lograr que en 2030 haya menos de 90 muertos anuales en accidentes.
En una entrevista a EFE recogida por algunos medios catalanes, el director del SCT Ramón Lamiel ha apuntado a un descenso del 7% de la movilidad en los accesos a Barcelona desde 2019, año prepandemia, sobre todo por el teletrabajo y por la gratuidad del transporte público y ha advertido que la crisis climática también afecta al tráfico: hay más uso de las motos, irrumpen más animales en la carretera y con las olas de calor algunos conductores se vuelven más agresivos.
Menos radares fijos y más radares dinámicos
Así las cosas, en Cataluña los radares fijos quedarán relegados a un segundo plano y la Generalitat apostará por una estrategia más dinámica porque para Lamiel cada vez hay menos puntos de acumulación de accidentes y la siniestralidad se vuelve más dispersa.
El SCT está haciendo pruebas con el primer radar instalado en un helicóptero y la previsión es que pueda empezar ya a multar a finales de este mismo año, cuando se pueda acreditar la máxima fiabilidad del sistema, a aquellos conductores que superen los límites de velocidad.

Según el director del SCT, también han empezado a probar con drones aunque todavía no están certificados para llevar radar por el Centro Español de Meteorología, competente en la materia. Pero, pese a no estar aprobados, ya han sancionado alguna infracción, aunque no por velocidad sino por maniobras incorrectas.
La previsión del SCT es contratar un nuevo servicio de drones en 2024 y apostar por ellos como radares móviles cuando se habiliten en un futuro próximo.
Carro-radares e inteligencia artificial
Otro de los sistemas que se está contemplando implantar viene directamente desde Francia, donde ya está en vigor. Se trata de los denominados carro-radares, muy similares a los fijos pero con un pequeño remolque, lo que permite moverlos por diferentes puntos de la carretera.
Según el SCT, a finales de este 2023 llegará el primero de los cuatro que ya se han comprado y comenzarán las pruebas para que pueda empezar a multar ya a principios de 2024. El objetivo es contar con un elevado número de estos carro-radares en los próximos cinco años. Además, a diferencia de los radares fijos, algunos de los cuales son solo cajas vacías, estos disponen de una cámara que multa por exceso de velocidad.

Tras los radares en helicópteros, en drones y los carro-radares, el siguiente paso en esta estrategia del SCT para reducir los accidentes en carretera será la inteligencia artificial.
Según Lamiel, se está ultimando un sistema con unas cámaras dotadas de inteligencia artificial y paneles informativos, que permitirán avisar los conductores de la irrupción de animales en la vía, hasta un kilómetro de distancia. Y es que en algunas comarcas casi el 50% de los siniestros les provocan la irrupción de animales en la vía. Por esta razón se están eligiendo los tramos con el apoyo de Agentes rurales.
Este método, además, podrá ir acompañado de radares, lo que permitirá avisar de la presencia de ciclistas o de peatones en la vía. Lo hará con un sistema de velocidad variable que avisará al conductor para que reduzca la velocidad. Las pruebas de este sistema van a comenzar en tres puntos de la N-2 y la N-260 en Girona.
Por último, se estudia también la semaforización en los accesos a tramos largos de autopista, poder hacer reversibles los carriles adicionales en función del tráfico o aplicar, en algunas franjas horarias de días determinados, un sistema para reservar algunas vías para uso preferente de ciclistas.