Aunque el vehículo eléctrico de batería y su desarrollo acapara sin duda todos los titulares ya en la industria del automóvil, existe otra tecnología tanto o más limpia, sostenible y, para todos los expertos, con más ventajas que ésta que ya empieza a imponerse en los coches: la pila de combustible de hidrógeno. Definidos rápidamente, y para entendernos, como coches con motores eléctricos que se alimentan de hidrógeno, siendo también vehículos Cero Emisiones, y contando por tanto con esta etiqueta medioambiental que emite la DGT, ofrecen importantes ventajas añadidas.
Por qué triunfará el hidrógeno
Eléctricos, al fin y al cabo como hemos dicho, un coche de pila de combustible o fuel cell —también FCEV, por sus siglas en inglés— es un vehículo eléctrico en el que la energía que mueve el motor no ha sido repostada a través de un enchufe. No necesita grandes baterías para almacenarla, aunque sí lleva unas más pequeñas auxiliares para recuperar energía como un híbrido (de menor tamaño y peso), porque es capaz de producir esa electricidad a bordo, almacenando su combustible en depósitos de hidrógeno. Ofrecen así la autonomía de cualquier coche convencional (de hecho, consumen aproximadamente 0,9 kg/100 kilómetros y disponen de depósitos con hasta 7 kilos de hidrógeno), mientras que su repostaje se realiza en 3-5 minutos, tiempo equivalente a un modelo de combustión.

Su principio de funcionamiento, aunque parezca muy complejo, en realidad es muy sencillo. La pila de combustible es la que tiene por tarea generar la electricidad, para lo que trabaja con el principio de la electrolisis inversa, obteniendo la energía al combinar el hidrógeno con el oxígeno del aire, y puede producirse sosteniblemente incluso a partir del agua. De esta forma, su fuente es inagotable y por su tubo de escape solo se libera vapor de agua, absolutamente ninguna emisión contaminante.
Además, otra gran ventaja de esta tecnología es el precio del kilo de hidrógeno: inferior a 10 euros, llenar un depósito por lo tanto de un turismo con este gas se situaría en un precio muy similar, o incluso menor, al de un coche de gasolina o diésel, con un precio por kilómetro muy reducido.

Ventajas del coche de hidrógeno: hasta 5.500 euros de ayudas a la compra
Clasificados por tanto como coches con etiqueta Cero de la DGT, las ventajas de adquisición y uso de los nuevos coches de hidrógeno son muy importantes.
- Aparcan de forma gratuita en los estacionamientos regulados del SER sin limitación horaria.
- Pueden acceder al centro de las ciudades siempre, incluso cuando se pongan en marcha los protocolos anticontaminación.
- Pueden circular por los carriles BUS VAO siempre, aunque no lleven acompañante.
- Están exentos de pagar el impuesto de matriculación.
- Disfrutan de una bonificación del 75% en el impuesto de circulación.
- Pueden acogerse a las ayudas del Plan Move II y al Plan Renove, con ayudas de entre 4.000 y 5.500 euros por la compra.
Cómo se conduce un coche de hidrógeno
Conocido ya su funcionamiento y las ventajas fiscales y de uso, ¿qué diferencia a un coche de hidrógeno en su conducción? Pues prácticamente nada. Conducir un coche de hidrógeno es como llevar un vehículo eléctrico. Eso sí, con la ventaja ya mencionada de tener mayor autonomía y un reducido tiempo de recarga. El proceso de repostaje del vehículo se realiza en hidrogeneras en las que el hidrógeno es suministrado a alta presión. Es un proceso rápido, limpio y seguro.

Hoy los coches de pila de combustible son auténticos demostradores tecnológicos, vehículos, como antes lo fueron los híbridos, para presumir de “techie”. Eso sí, estos vehículos de hidrógeno han dejado de ser poco más que vehículos experimentales montados artesanalmente para convertirse ya en auténticamente modelos de producción, en ocasiones limitados en número, pero ya ensamblados en las mismas líneas de montaje que otros modelos convencionales.
Qué coche de hidrógeno comprar
La gran novedad en este campo vuelve a ofrecerla Toyota, una marca en constante investigación y con el lanzamiento de productos de lo más avanzados. Pionera siempre en el terreno de la hibridación, el Mirai es sin duda hoy la referencia mundial cuando hablamos de coches de hidrógeno. Su evolución además queda patente en el estreno inminente de su nueva segunda generación, que llegará a España durante la segunda mitad de 2021.
Con un diseño más refinado y a la vez más práctico, el nuevo Toyota Mirai ofrece una carrocería berlina de 5 puertas en sus largos 4,97 metros de longitud. Con un habitáculo amplísimo, las más modernas tecnologías también tienen presencia a través de una sorprendente instrumentación digital y de pantallas de hasta 12,3 pulgadas en la consola central.

Uno de los grandes avances además del nuevo Toyota Mirai es que ahora proporciona una autonomía hasta un 30 por ciento superior a su anterior generación: con un motor eléctrico de 182 CV, que le permite alcanzar hasta 175 km/h de velocidad máxima, dispone ya de 3 depósitos de hidrógeno que, llenos, le conceden ya una autonomía de nada menos que 650 kilómetros, la mayor del mercado.
Con las primeras unidades ya saliendo de su línea de producción, el Toyota Mirai ahora anuncia también un plan de comercialización mucho más ambicioso que en su primera generación. Las ventas de Mirai superan ya las 11.000 unidades y Toyota tiene como objetivo multiplicarlas por 10 en los próximos años. Además, en Alemania, uno de los primeros mercados a los que llegará, se anuncia incluso a un precio hasta 15.000 euros más barato que su predecesor.

Qué camino queda aún por recorrer
El único problema sin embargo a día de hoy para la implantación definitiva del coche de hidrógeno es la reducida red de hidrogeneras para repostar. Actualmente solo hay 3 en toda España (Huesca, Puertollano-Ciudad Real y Albacete), según el Centro Nacional de Hidrógeno, y dos en construcción (Madrid y Valencia). Actualmente, además, no hay ninguna hidrogenera a 700 bares, que es lo que se usa en un coche en España. La primera ha sido la que ya ha abierto Toyota con Enagas y otras tres empresas durante este pasado mes de enero.
Ahora bien, el Ministerio de Industria ha mostrado ya su total interés en el desarrollo de esta tecnología. El propio secretario general de Industria y de la PYME, Raül Blanco, manifestaba recientemente que España puede liderar un Proyecto Importante de Interés Común Europeo (IPCEI por sus siglas en inglés) del hidrógeno. Y es que no olvidemos que Europa no ha llegado tan tarde al coche de hidrógeno como a las baterías de ion-litio.
La Hoja de Ruta del Hidrógeno, aprobada por el Gobierno, prevé también el desarrollo en España de una red de entre 100 y 150 hidrogeneras de acceso público para el año 2030.
Además, en las últimas semanas varios países han dejado también patente su apuesta por el desarrollo del hidrógeno como combustible de un futuro no muy lejano. Mientras China declara abiertamente que se preparara para el siguiente cambio de escenario con la pila de combustible, dejando atrás el vehículo eléctrico de batería, en Alemania gana terreno y el Gobierno de este país anunció el pasado mes de julio ayudas a 20 laboratorios para la investigación del hidrógeno, al tiempo que las empresas más importantes, como Siemens, anuncian un hub de investigación del hidrógeno en Sajonia. El país germano aloja el 25 por ciento de las hidrogeneras de Europa.