Se multiplican por las grandes ciudades, pasan a ser ya un elemento más de la movilidad urbana y, también, están siendo fuente de conflicto, no lo olvidemos. Hablamos de bicicletas y patinetes, dos medios de transportes sostenibles cada vez más usados en nuestras calles, que agilizan el tráfico y contribuyen a las mejoras de salud y medio ambiente, pero que, por la diferencia de velocidad que ofrecen respecto a otros vehículos, por su mal uso y por la ausencia de carriles específicos habilitados para ellos, también están generando problemas de seguridad vial.
Para evitarlo, el Ayuntamiento de Valencia ha decidido poner en marcha un nuevo programa de radares para medir la velocidad de este tipo de medios urbanos de transporte, que el pasado año reportó más de 900 denuncias por incidentes entre peatones y usuarios sobre todo de patinetes, según informes de la Policía Local. Ahora, nuevos medios de control aterrizan en la capital del Levante español.
Valencia instala los primeros radares para bicicletas y patinetes
En concreto, Valencia ya ha instalado los primeros prototipos de radares, desarrollados por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia, de la UPV. Este nuevo sistema se encarga de medir en tiempo real la velocidad de circulación tanto de patinetes como de bicicletas sobre todo eléctricas, y ya cuenta con un dispositivo en la céntrica calle Xátiva, mientras que próximamente se añadirán dos ubicaciones más: la Plaza Zaragoza y la Avenida Reino de Valencia.

En fase aún experimental, este proyecto, denominado ARGOS-Mobility Under Control, está financiado por Valencia Innovation Capital, un programa de subvenciones creado por el Ayuntamiento de Valencia para mejorar la seguridad y la eficiencia de la movilidad en la ciudad. “El sistema medirá la velocidad y el sentido de circulación de estos vehículos en tiempo real, diferenciando entre bicicletas, bicicletas eléctricas y patinetes”, ha subrayado Antonio Martínez Millana, investigador de ITACA y coordinador del proyecto.
Alta tecnología para beneficio de la movilidad urbana
Este nuevo sistema de radares se basa en nueva tecnología compuesta por un avanzado tipo de sensor basado en una patente con protección internacional. “Estos sensores mejoran significativamente las características y funcionalidades de la espira simple convencional, ya que permiten detectar y caracterizar con alta precisión los Vehículos de Movilidad Personal que circulan por los carriles bici de una manera robusta y sostenible”, asegura el investigador.
Este nuevo tipo de sensor, según destacan desde la UPV, presenta múltiples ventajas frente a los sistemas convencionales, ya que consta de un diseño más compacto y económico que permite obtener todos los parámetros viales con una única espira, reduciendo los costes de instalación y mantenimiento. El sistema sensor se ubica en una baldosa removible, que permite su ubicación en puntos estratégicos y su retirada para labores de mantenimiento y obras sin necesidad de desechar el sensor.

Según el propio Antonio Martínez Millana, el margen de error en la medición de velocidad y en la longitud de los vehículos se reduce al 5 por ciento con este nuevo tipo de radar, frente al 20% de los sistemas tradicionales, siendo capaz además de reconocer y alertar de situaciones peligrosas para los usuarios.
“Gracias a este sistema, dispondremos de información precisa y en tiempo real sobre el estado de los carriles bici, lo que facilitará una mejor gestión del tráfico desde los centros de control y permitirá obtener estadísticas de movilidad en distintos puntos de la ciudad, como zonas de siniestralidad y alta afluencia”, ha confirmado el investigador de ITACA y coordinador del proyecto. Si funcionan las primeras pruebas, seguro que las veremos posteriormente en más ciudades de España.