Las cifras de siniestralidad en las calles de Barcelona siguen a la baja, pero la capital catalana cree que todavía queda mucho margen de mejora. Como apuntan ya desde el Periódico de Cataluña, 2024 fue el año con menos muertos en accidentes de tráfico en Barcelona, como mínimo, desde principios de los años 80. En total, las calles de Barcelona se cobraron la vida de 11 personas. Sin embargo, cada día se producen 18 accidentes con heridos.
El nuevo plan de seguridad vial que contempla la ciudad de Barcelona incluye, además de algunos cambios en las ordenanzas de circulación que entrarán ya en vigor el 1 de febrero, instalar más radares, en este caso de tramo, y especialmente en las rondas.
Los motoristas, protagonistas de las cifras de accidentes
Hace diez años, en 2014, se producían 24 accidentes al día con heridos en las calles de Barcelona, mientras que en 2004, esta cifra ascendía a 35. Pero, a pesar de estos buenos números, todavía hay un colectivo muy perjudicado cuando hablamos de accidentes en la capital catalana, y es el de los usuarios más vulnerables, especialmente los motoristas. De las 11 víctimas mortales el año pasado, seis de ellas viajaban en una moto. Es más, desde el año 2010, los motoristas representan más de la mitad de los muertos en el asfalto de las calles de Barcelona.

De esta forma, reducir la velocidad es el objetivo número uno de la ciudad, y el principal instrumento para conseguirlo, los radares de tramo.
Objetivo, reducir la velocidad
Barcelona cuenta actualmente con 29 radares fijos de velocidad y 5 de tramo, según los datos aportados por Adrià Gomila, director de los servicios de Movilidad del ayuntamiento, y recogidos por el Periódico de Cataluña. Pero en los planes de la ciudad figura ya incrementar los radares de tramo.
Pero ¿dónde irían a parar estos nuevos radares de tramo? Aunque todavía no se han pronunciado al respecto, parece que se situarían en la Ronda de Dalt y la Ronda Litoral, donde ya existen dos tramos con la velocidad limitada a 60 km/h.

Como apuntan desde el ayuntamiento de Barcelona, no se contemplan más radares fijos, pero sí cambiar alguno de estos por uno de tramo. Y como dentro del casco urbano no es necesario, ya que los semáforos actúan como barrera de velocidad, estos se situarían en las dos arterias principales que rodean la ciudad, las mencionadas Ronda de Dalt y Litoral, además de la Ronda del Mig o la entrada por Gran Vía (C-31).