La mayoría de nosotros hemos experimentado una realidad en las gasolineras: la boquilla del surtidor de la gasolinera salta, indicando que el depósito está lleno. Pero, sobre todo cuando se planea un viaje largo o el combustible está especialmente barato, solemos agitar el depósito y seguimos apurando para echar unos pocos litros más.
Cualquiera que se acostumbre a repostar de este modo, no obstante, debería prever gastos de reparación a largo plazo, que en casos extremos pueden superar los 1.000 €. Sí, como lo lees.
Daños en el sistema EVAP
La razón de este problema radica en un sistema complejo en los coches modernos, diseñado para evitar el escape de vapores de gasolina. El término técnico para este sistema es EVAP, que significa “Sistema de Control de Emisiones Evaporativas”. Es un término complejo para una tecnología que forma parte de las normas ambientales modernas destinadas a reducir las emisiones de los coches, ya que estas no son generadas únicamente por el motor, sino también por la evaporación del combustible.
Los sistemas EVAP se hicieron obligatorios en la UE con la norma Euro 6d-TEMP EVAP en el año 2019. Es, en realidad, bastante sencillo de explicar: en los coches modernos, el tapón del depósito de combustible cierra herméticamente, por lo que la ventilación de los vapores de gasolina resultantes se realiza a través de una línea de escape independiente. Esta línea conduce a un filtro de carbón activado, que inicialmente almacena los vapores. Cuando el motor está en marcha y las condiciones de funcionamiento son adecuadas, se abre una válvula de purga. El vapor almacenado en el depósito de carbón activado se dirige al colector de admisión y se quema en el motor.
En los motores modernos, donde apenas hay vacío en el colector de admisión para dicho proceso de purga, se utilizan bombas específicas para transportar los vapores de gasolina a la admisión. Por lo tanto, el sistema está diseñado específicamente para gases, no para líquidos.
Es decir, si el depósito se llena por encima del nivel de llenado previsto, el combustible puede entrar en la línea de ventilación y, por consiguiente, en el depósito de carbón activado. Allí, el combustible líquido puede saturar, dañar o arrastrar el carbón activado.
Un filtro EVAP defectuoso es muy caro
El resultado final de todo este proceso puede así llegar a desembocar en que el sistema de recuperación de vapores de combustible deje de funcionar correctamente, el filtro de carbón activado se dañe y aparezcan mensajes de error correspondientes en el vehículo, generalmente acompañados de un funcionamiento irregular del motor. Y seguro que no pasará la próxima inspección de la ITV tampoco.
El problema es que el filtro ya no se regenera ni se vacía por sí solo; en ese caso, debe reemplazarse por uno nuevo. Dependiendo de la mano de obra necesaria para diagnosticar la avería y reemplazar el filtro, esto puede costar entre varios cientos y, en casos extremos, más de 1.000 euros.
Cuando está lleno, está lleno
Por lo tanto, es mejor evitar añadir litros de combustible después de que se haya cerrado la boquilla del surtidor, especialmente en verano. La gasolina bombeada desde el depósito subterráneo frío de la gasolinera (el problema del EVAP no afecta a los vehículos diésel) se expande en el depósito de combustible del coche y, por lo tanto, puede entrar fácilmente en la línea de ventilación que conduce al filtro. Evítalo. Es nuestra recomendación.









