Arrancamos un nuevo Día Internacional de la Mujer con nuestro homenaje por supuesto a todas las féminas del mundo, pero con especial mención y dedicación hoy a todas aquellas mujeres que contribuyeron a que el automóvil sea hoy lo que es. Nada mejor que aprovechar esta celebración tan especial para recordar los numerosos hitos que consiguieron estas pioneras conductoras.
Y empezamos, cómo no, con un clásico: cabe destacar que, obviamente, no están todas las que son, pero sí vamos a recoger en este artículo al menos a una parte muy representativa de las mujeres que dejaron una mayor huella en la historia del automóvil. ¿Quién dijo alguna vez que este sector es cosa, sobre todo, de hombres? Para entender que nada está más lejos de la realidad, no te pierdas nuestro repaso, primero, a grandes inventos de mujeres y, después, a toda una lista de empresarias, ingenieras e inventoras que consiguieron cambiar el mundo del motor. ¡Súbete con nosotros!
Los grandes inventos del automóvil con sello femenino
Y empezamos con pequeños grandes avances. Y es que la piloto Dorothy Levitt, la mujer más rápida del planeta en su época, describió en su libro dedicado al automóvil (The Woman and the Car: A chatty Little handbook for all women who motor want to motor, publicado en 1909) varios consejos. Entre ellos, que las mujeres usaran un pequeño espejo para ver el tráfico que había detrás de sus vehículos. Actualmente, ese espejo sigue existiendo, pero es una pantalla que muestra la imagen de una cámara, que actúa como retrovisor.
Seguimos en 1902, cuando Mary Anderson observó cómo los taxistas de Nueva York sufrían con la lluvia para ver por dónde circulaban. De ahí le surgió la idea, sí, de crear un dispositivo manual que se accionara desde el interior para limpiar el parabrisas. ¿Te suena? A día de hoy no existe ningún coche que no necesite limpiaparabrisas.
Y un ejemplo importante más: Florewrence Lawrence, además de actriz de Hollywood, fue una gran apasionada del motor. Y fue la encargada de diseñar un artilugio en forma de palo que se movía de forma intermitente para indicar cuándo el vehículo iba a girar. Sí, hoy son los intermitentes, pero con luces tipo LED. Curioso, ¿verdad?
Anna Grossi: nace el motor de cuatro tiempos a gas
La base del automóvil actual de gasolina fue el ciclo Otto de cuatro tiempos, que Nicolás Augusto Otto inventó tras muchos años de lucha. Y ésta es su curiosa historia: Nicolás, a la muerte de su padre, ve como su nivel de vida desciende, tiene que dejar los estudios y dedicarse a vender productos alimentarios. Durante el carnaval de 1858, con 26 años de edad, conoce a una joven, Anna Grossi, de la que se enamora. Pero había un problema. El poder adquisitivo de la familia de Anna era muy superior al de Nicolás por lo que -situémonos en aquella época- si iba a ser su futura esposa no podía permitir no darle todas las comodidades a las que estaba acostumbrada.
Tras dos años de relaciones de Nicolás y Anna, surge la noticia de que el belga Etienne Lenoir ha conseguido hacer funcionar un motor con gas. Esta noticia llega a oídos de Nicolás que piensa en ser inventor, siempre con la idea de poder darle una mejor vida a su futura esposa. Así que convence a su hermano Guillermo para comprar un motor a Lenoir y perfeccionarlo, haciéndolo funcionar con alcohol, pero le denegaron la patente de su invento (1861) ya que la idea del sistema no era nueva. Nicolás, medio arruinado, desiste. Vuelve a la venta de café por el día, dedicando la noche a los inventos. Pero Anna no permanece al margen. Su empeño y fuerza consiguen que Nicolás, siempre animado por su compañera, vuelva a trabajar en el motor, hasta que, tras diez años, y de casualidad, logre que funcione. Era el año 1863 y acaba de nacer el motor de cuatro tiempos a gas. En ese momento, el ingeniero Langer se une al proyecto y Nicolás puede, por fin, casarse con Anna, tras muchos años de noviazgo, y fundar, junto a Langer, la fábrica de motores Deutz.
Emma Kurz y Berta Habermass: el primer automóvil que funciona con gasolina
Seguimos en años de fiebre por la invención. En la nueva fábrica de Otto trabajan dos ingenieros: Daimler y Maybach. Gottlieb Daimler era hijo de un panadero. Tras aprender el oficio de armero consigue una beca en la Escuela Industrial de Stuttgart. En 1865 se pone al frente de los talleres Bruderhaus Reutlinger, donde conoce a Guillermo Maybach, con quien inicia una gran amistad. Daimler se casa con Emma Kurtz y en la boda Maybach se enamora de una de las amigas de Emma, Berta Habermass, con la que contrae matrimonio. Ambas ven la importancia y potencial del trabajo de sus maridos y la necesidad de que trabajen juntos, por lo que siempre actúan de mediadoras entre las múltiples disputan que, laboralmente, surgen entre ambos (eran muy tercos y testarudos).
Juntos, Daimler y Maybach, montan un pequeño taller en el jardín de la casa de Daimler (se despidieron de la fábrica de Deutz entre otros motivos porque Nicolás Otto y Daimler no se podían ni ver), y allí trabajan en el más riguroso de los secretos, en su nuevo proyecto de motor de gasolina (se especula que, aunque la historia ha considerado a Daimler como inventor del motor de gasolina, parece que fue Maybach quien, en ratos libres, lo había diseñado ya). Consiguen, en 1884, un motor que funciona con gasolina y pesa 40 kilogramos y que se bautiza con el nombre de “reloj de sobremesa”. Lo montan en un triciclo de madera que ellos construyen, pero ninguno de los dos se atreve a probar este nuevo artilugio. Sí lo hace el hijo de Daimler, Pablo, el 10 de noviembre de 1885 y, según la prensa de la época, fue toda una hazaña. Pero tanta dedicación al taller por parte de Daimler y Maybach comienza a despertar preocupación y malestar en las esposas, especialmente en Emma. Para compensarla de todos los berrinches y sufrimientos, su marido Daimler le sorprende el día de su 43 cumpleaños, el 23 de abril de 1886, con el regalo del primer automóvil que funciona con gasolina.

Berta Benz: el primer viaje de la historia en automóvil y el primer triciclo movido por gasolina
Ajeno a lo que le ocurría a Daimler y a Maybach, en una localidad cercana, Mannheim, otro inventor construye otro triciclo movido por un motor de gasolina: Carlos Benz.
Carlos se había también separado de la fábrica donde estaba trabajando para montar su propio taller en el jardín de su casa, y allí empieza a construir el motor Benz (1866). Tras fabricar su triciclo con motor, comprueba que no logra vender ni uno solo en Alemania, por lo que la penuria económica de la familia comienza a ser preocupante. Incluso llega a estar en la cárcel porque el triciclo hace mucho ruido y espanta a los caballos –le ponen incluso un policía en la puerta de su casa para que no saque a la calle su invento-. Así que, desesperado, decide encerrar su vehículo en un cuarto bajo llave.
La mujer de Benz, Berta Benz, no puede quedarse impasible sabiendo que lo que les iba a dar dinero, el invento de su marido, se iba muriendo poco a poco en un cuarto. Así que un día, a las 5 de la madrugada, se levanta sigilosamente y saca a empujones por la puerta trasera del jardín el vehículo. Coge a sus dos hijos, Eugenio de 15 años y Ricardo de 13, salen del pueblo y, a bordo del triciclo, se ponen en camino dirección a Pfrozheim (le separaban 120 km). En esta localidad es donde vive la abuela de los niños y todos los años pasan las vacaciones con ella.
Incontables son la vicisitudes y altercados que sufren por el camino, sobre todo a la hora de echar gasolina, ya que en aquel momento se consideraba un subproducto y sólo se vendía en las farmacias (para disolver pinturas y limpiar manchas). Así que cuando había que repostar, tenían que desplazarse hasta la farmacia más cercana y comprar los 5 litros que les vendían.
Por fin llegan a su destino, a las 10 de la noche, tras casi 15 horas de recorrido. Berta pone inmediatamente un telegrama a su marido, que debía estar algo preocupado, y le comunica que el triciclo ha llegado a Pfrozheim. Enseguida, Carlos comienza a tomarse interés por su invento y a ver que merece la pena. Se considera el primer viaje de la historia en un automóvil.

Sophie Marie Opel: la emprendedora que inició Opel
Sophie Marie Opel fue una de las primeras empresarias industriales alemanas de la historia. Junto a sus hermanas y sus cinco hijos, fue la encargada de llevar a cabo la transformación de su factoría de máquinas de coser y bicicletas en una moderna factoría de automóviles que conseguiría triunfar en todo el mundo. Seguramente, esta mujer ha sido un referente en la trayectoria de mujeres hoy en día muy importantes en el mundo del motor.
Jutta Kleinschmidt: la primera mujer en ganar el Dakar
Física de profesión, Jutta Kleinschmidt, trabajó en BMW y en 1992 comenzó a pilotar. En el año 2001 se convirtió en la primera mujer (única hasta la fecha) en ganar la gran aventura del Dakar. Anteriormente, Michele Mouton y Fabrizia Pons fueron las primeras mujeres en ganar una prueba del Campeonato del Mundo de Rallys. Fue en el Rally de Sanremo de 1981. A lo largo de su carrera consiguieron cuatro victorias más.

Luisa Sarazin: nace la primera campaña publicitaria del automóvil
Desde 1886 a 1889, solamente se venden motores para impulsar pequeñas embarcaciones, y poco más, por lo que Daimler piensa que la Exposición Universal de París, con la inauguración de la Torre Eiffel, va a ser un buen escaparate para presentar un automóvil distinto, de acero y ruedas con radios de alambre y el primer motor en V.
Daimler tiene un representante en París, pero fallece poco antes de la exposición. Su viuda, Luisa Sarazin, inteligente y muy guapa, decide continuar con el negocio de su marido y le comunica a Daimler sus intenciones. Pero éste se echa las manos a la cabeza (en aquella época era impensable que una mujer se dedicara a los negocios). Pero Luisa no se da por vencida. Así que coge el tren y se marcha a Alemania a entrevistarse personalmente con Daimler. Al final, éste, convencido de su capacidad, rectifica su postura inicial, le da la representación y se lleva dos motores a París para su venta. Ahora hay que vender el producto. Y a Luisa se le ocurre una brillante idea.
Conoce a Emilio Levassor, socio de una empresa de maquinaria, gran emprendedor y conocido entre la sociedad parisina de la época, al que convence para que muestre el automóvil fuera del recinto de la Exposición, a la vista del público. El espectáculo que logran crear es impresionante: ella, sobre una embarcación sobre el Sena (convenientemente adornada con guirnaldas) va sentada con todo su esplendor encima de un trono. Paralelo al río, coches montados por elegantes caballeros (en uno de ellos va Daimler) saludan a Luisa y junto a ellos el automóvil. Todo el mundo se entera del acontecimiento y lo que es más importante, la prensa cambia radicalmente su postura anti-automóvil. Comienza un negocio boyante que llevaría, siete años después, a ver circular por París 500 vehículos, gracias a la primera campaña publicitaria del automóvil ideada por esta mujer.

María Teresa de Filippis: la primera mujer en conducir un Fórmula 1
María Teresa de Filipis, con 32 años de edad, debutó en la Fórmula 1 en 1958, y pudo correr cuatro grandes premios con el mismo Ferrari con el que Juan Manuel Fangio se había alzado como Campeón del Mundo de Fórmula 1 en 1957. Su mejor posición fue 10º. En 1959 tuvo la oportunidad de subirse a un Fórmula 1 del equipo Porsche, en el que competía Jean Behra. El piloto francés falleció durante una carrera previa al GP de Alemania de 1959 y, tras esto, María Teresa de Filippis dejó definitivamente las carreras.
Posteriormente se convertiría en la vicepresidenta del Club Internacional de Antiguos Pilotos de Fórmula 1 en 1997 y presidió el Club de Maserati.
Maria Teresa, de origen italiano, se convirtió en la primera mujer en competir en la Fórmula 1. De hecho, sólo ella y Lella Lombardi pueden presumir de haber pilotado un monoplaza de la categoría élite durante un Gran Premio de F1, ya que otras lo han hecho como pilotos de reserva o probadoras, pero nunca en carrera.
María de Villota: piloto de pruebas de F1
Y no podemos concluir este reportaje sin olvidarnos de María de Villota, que era piloto de pruebas del equipo Marussia de F1 antes de sufrir un accidente en unos test y fallecer en octubre de 2013. María empezó en el mundo del motor en 1996, con 16 años, en el karting y prácticamente toda su vida estuvo influida por su padre Emilio de Villota e incluso por su hermano Emilio de Villota, que le acompañó en sus primeros pasos en el mundo de los karts. María participó en la Superleague Fórmula con el monoplaza del Atlético de Madrid (entre 2009 y 2001), en las Euroseries 3000 (actual Auto GP), en la Fórmula 3 Española y en otro sinfín de categorías y carreras.

María de Villota era responsable de la Escuela de Pilotos Emilio de Villota, representante y embajadora del día de la Mujer de la Comunidad de Madrid y embajadora contra la Violencia de Género. También era miembro de la Comisión de Pilotos de la FIA, junto a Niguel Mansell, Sebastian Loeb y su presidente, Emerson Fitipaldi.
Elvira Beloso, la mujer que salvó el pasado de Seat
Por último hoy queremos dar también a conocer a una mujer cuyo nombre no aparece en los periódicos de la época ni en las hemerotecas, y posiblemente tampoco hoy es demasiado conocida, pero que fue una figura trascendental para preservar el legado de SEAT. Elvira Beloso, encargada durante muchos años del parque de prensa, fue guardando, uno a uno, los modelos que creía importantes para ilustrar la historia de la compañía. Gracias a su labor, SEAT cuenta actualmente con una colección histórica de 317 modelos. Todo, en parte, por su empeño por salvar el pasado. No queríamos olvidarnos hoy tampoco de ella.