La comercialización de los coches diésel y gasolina sigue acaparando debates y polémicas en todo el mundo, y más tras nuevas cumbres por el cambio climático que han terminado con mensajes más preocupantes y que piden la actuación inmediata de todos los organismos internacionales. Aprovechando el momento, Dinamarca, uno de los países más decididos a acabar con los motores de combustión (hace un año anunció que en 2030 prohibiría su venta), vuelve a presionar en busca del objetivo.
Y es que, según informa Autonews Europe, Dinamarca habría realizado ya una petición formal a la Unión Europea durante una reunión de ministros de Medio Ambiente, celebrada en Luxemburgo, para que se elimine gradualmente la comercialización de coches diésel y gasolina nuevos. La solicitud final es que se prohíban definitivamente las ventas de estos vehículos de combustión en cada estado miembro para el año 2030.
Según informa también la agencia Reuters, Dinamarca no estaría sola en este empeño, ya que contaría para la petición formal con el respaldo de otros 10 países de la Unión Europea. Con este, sería ya el segundo intento del país para lograr este objetivo, aunque hasta ahora, la legislación comunitaria no ha respaldado la iniciativa.
Esta petición intenta adelantar e impulsar el objetivo marcado en los últimos meses por la comunidad política, de intentar que Europa se convierta en el primer continente del mundo neutral a nivel de emisiones contaminantes en el año 2050. “Necesitamos reconocer que tenemos prisa", ha asegurado el ministro danés de Clima y Energía, Dan Jorgensen, a Reuters.
Hasta ahora, la UE solo ha confirmado su objetivo de reducir las emisiones de carbono en un 40% para el año 2030, posiblemente planteando reducirlas a cero en el año ya 2050. Dinamarca pretende ahora que sea cada estado miembro el que proponga prohibir el diésel y la gasolina para así presionar a la Comisión Europea.
En este sentido, cabe recordar que en España el Gobierno de Pedro Sánchez ya apostó también por la prohibición del diésel y la gasolina en el año 2040, algo que la Unión Europea ya catalogó, de momento, como ilegal. “Según la legislación vigente de la UE, una prohibición completa de la comercialización, importación o registro de automóviles nuevos de gasolina y diésel en un Estado miembro no es compatible con las normativas comunitarias.