El confinamiento toca poco a poco a su fin y es hora de empezar a analizarlo y a pasar balance. A nosotros no nos corresponde desde el punto de vista sanitario, donde es obvio que se ha conseguido reducir la cifra de contagios y mortalidad provocada por el coronavirus, sino desde el apartado de movilidad, donde la reducción del tráfico obviamente ha sido significativa, reduciendo notablemente el número de coches en carretera y, por tanto, también los niveles de contaminación.
En cifras, la DGT nos aporta los datos. La media de reducción de los desplazamientos antes del inicio de la desescalada, ahora aún en fase 0 mayoritaria, ha sido de un 70 por ciento. Sin embargo, en el caso de los vehículos ligeros ha llegado a ser del 79 por ciento de media, con picos, sobre todo en fin de semana y domingos, donde se ha superado notablemente incluso el 90 por ciento.
Ahora bien, ¿qué ha ocurrido con la siniestralidad? Con tan poco tráfico, evidentemente los accidentes han disminuido, pero la DGT nos informa que no en la misma proporción. Según sus propios datos, “desde la entrada en vigor del estado de alarma el pasado 15 de marzo", y hasta el 28 de abril (en la víspera del puente de mayo), “44 personas han fallecido en accidentes de tráfico, lo que supone 87 personas menos que en el mismo período del año anterior". Es decir, en este caso, la disminución representa un 66 por ciento.
Analizando todos los datos que nos proporciona la DGT, y que puedes ver en el gráfico que acompaña a este artículo, el número de víctimas mortales se ha reducido fundamentalmente en el caso de los usuarios vulnerables, ante la limitación de los desplazamientos. Es decir, peatones, ciclistas y motoristas, que antes representaban el 37% de las víctimas, ahora solo un 16%. Llama especialmente la atención que no haya muerto ningún ciclista.
Sin embargo, el porcentaje se invierte en los accidentes con camiones, prácticamente el único medio de transporte que ha seguido operando con grandes volúmenes para garantizar el abastecimiento. En el caso de los vehículos de más de 3.500 kg, si antes representaba solo un 3% del total de fallecidos, ahora la cifra sube a un 27%. El de autobuses permanece intacto: ningún fallecido en todo el año, misma tendencia.