El sistema launch control, popularizado en las competiciones de motor, se ha convertido en una funcionalidad muy valorada en vehículos deportivos de alta gama. Su principal ventaja es permitir una aceleración controlada desde parado, aprovechando al máximo la potencia del motor sin que las ruedas pierdan tracción.
Gracias a su precisión, esta tecnología ha trascendido el mundo de las carreras y hoy forma parte de muchos coches de producción destinados al rendimiento. Entender cómo opera permite sacarle partido de forma segura.
¿Qué es el launch control?
El launch control es un sistema electrónico diseñado para mejorar la salida desde cero de un coche. Regula de forma automática la entrega de potencia del motor y la adherencia de los neumáticos para evitar pérdidas de tracción, haciendo posible una arrancada más rápida y eficaz.
Este mecanismo ajusta varios parámetros que antes debían controlarse de forma manual, como el número de revoluciones, el par motor o el control de tracción. En los coches actuales, el conductor sólo necesita seguir unos pasos sencillos para activar el sistema.

¿Por qué se utiliza el launch control?
El launch control permite aprovechar todo el potencial de aceleración desde parado, algo muy valorado en coches deportivos. Sin esta tecnología, incluso un vehículo potente puede sufrir pérdidas de tracción al salir, lo que reduce su efectividad en arranques rápidos.
Además, este sistema facilita el acceso a un rendimiento alto sin necesidad de contar con conocimientos avanzados en conducción. Ofrece una experiencia más accesible y segura para usuarios menos experimentados.
¿Qué componentes intervienen en su funcionamiento?
El sistema funciona gracias a la coordinación de varios elementos electrónicos del coche:
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ECU o unidad de control del motor, que gestiona el régimen de revoluciones.
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ABS, que puede intervenir si alguna rueda pierde adherencia.
- Sensores de tracción y par, que valoran las condiciones del suelo y del coche para hacer ajustes en tiempo real.
Todos estos componentes actúan al unísono para lograr una salida limpia y sin derrapes.
¿Cómo se activa el launch control?
Aunque el procedimiento puede variar ligeramente según el fabricante, en muchos modelos automáticos los pasos suelen ser similares:
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Desactiva el control de tracción.
- Selecciona el modo sport o de alto rendimiento.
- Elige la opción de cambio manual o secuencial.
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Pisa el freno con el pie izquierdo y, al mismo tiempo, el acelerador a fondo con el derecho.
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Suelta el freno: el coche se lanzará con la potencia calibrada por la centralita, generalmente entre 3.000 y 5.000 rpm.
Este proceso permite una salida rápida sin que las ruedas patinen.

¿Qué factores influyen en el rendimiento del launch control?
Aunque el sistema es preciso, no está exento de limitaciones. El estado y la presión de los neumáticos, el tipo de superficie (seca, húmeda o irregular) y el peso del vehículo pueden afectar el resultado final. También influye la temperatura exterior y la propia experiencia del conductor al llevar a cabo el procedimiento.
Dado que las diferencias de rendimiento pueden ser mínimas, cada detalle cuenta cuando se busca la máxima eficacia.
¿Qué precauciones hay que tener con el launch control?
Este sistema está pensado para usarse en situaciones muy concretas, como en circuitos cerrados o competiciones. No se recomienda su activación en entornos urbanos ni en vías abiertas al tráfico.
Además, su uso frecuente puede acelerar el desgaste de piezas clave como el embrague, la caja de cambios o los neumáticos. Algunos fabricantes advierten que el empleo reiterado puede anular garantías. Por eso, lo más prudente es reservarlo para ocasiones puntuales.
¿En qué casos conviene usar launch control?
Para conductores apasionados por el rendimiento y que frecuentan circuitos o espacios controlados, el launch control es una muy buena herramienta. Ofrece una forma eficiente de salir desde parado con gran potencia, sin comprometer el control.
Eso sí, se trata de una tecnología que debe utilizarse con sentido común y siempre en condiciones que no supongan un riesgo para el vehículo o los demás.