El coche eléctrico ha supuesto toda una oportunidad para las grandes empresas tecnológicas que han visto en la sencillez de sus motores y la fabricación de baterías (algo que muchas ya hacen) el aliciente perfecto para adentrarse en un nuevo mercado. Todo ello sin olvidar el aumento de datos conectados a la nube, una gestión en la que también tienen mucho que aportar.
Como te hemos contado en los últimos meses, Xiaomi ya ha dado pasos adelante en este sentido y su intención es lanzar un SUV de grandes masas al mercado, aunque con motor de gasolina. El objetivo, como otros productos de la marca, ofrecer una relación calidad/precio muy ajustada y llegar al gran público.
Más reciente son los avances de Apple en una posible colaboración con Hyundai. La firma de Cupertino tendría pensado lanzar un prototipo en 2022 y que, ya con el coche en el mercado, en 2024 se alcance la cifra de 100.000 unidades producidas anualmente.
Huawei, otro gigante que se pasa al coche eléctrico
El último en levantar algunos rumores sobre la puesta en marcha de un coche eléctrico pensado para las grandes masas ha sido Huawei. Según las fuentes de Reuters, el gigante tecnológico estaría en conversaciones con los fabricantes chinos Changan Automobile y BluePark New Energy Technology. El objetivo sería diseñar sus propios vehículos y que estas compañías ensamblaran los automóviles.
Pese a todo, desde Huawei desmienten la información, pues aseguran que no son ningún fabricante de automóviles. Por su parte, desde Reuters mantienen la confianza en sus cuatro fuentes, las cuales han apuntado a la misma dirección, al tiempo que algunos analistas aseguran que las restricciones impuestas por Estados Unidos al fabricante podría abrir nuevas vías de negocios en la compañía.
Tal y como decíamos más arriba, el diseño y fabricación de un coche eléctrico no es el único camino para que cualquiera de estas empresas entren en el mercado. Hay que tener en cuenta que sus conocimientos sobre la fabricación, diseño y gestión de las baterías puede ser muy interesante para las firmas tradicionales, así como la gestión de los datos en la nube o la implementación de sistemas para el coche autónomo que ya se utilizan en los teléfonos móvil, como el radar Lidar. Es decir, cualquiera de las empresas anteriores pueden convertirse en un proveedor habitual de una firma tradicional.