¿Tiene Audi miedo a los fabricantes chinos, que vemos que, además, llegarán no solo en segmentos de acceso sino con electrificación Premium?
No, miedo no sería la palabra. Lo tenemos en cuenta. Cualquier competidor que salga nuevo hay que tenerlo muy en cuenta y seguirlo. Nosotros tenemos un rumbo claro, un posicionamiento de marca muy claro y una herencia también como marca muy fuerte. Y competir contra eso para los que llegan nuevos no es fácil. Pero ha habido otros casos de éxito de nuevos competidores que son muy relevantes. Creo que no van a tener, por lo menos en el sector Premium, una cuota relevante en los próximos años.
¿La electrificación y sus soluciones, igualan a las marcas?
Es verdad que los ciclos tecnológicos son más cortos de desarrollo, y si hablamos de software y de digitalización, lo mismo. Ahora llegan nuevas tecnologías que tienen ciclos muchos más cortos y más rápidos, con lo cual es más fácil sumarse. Pero, a pesar de todo, un coche es una máquina muy compleja, fascinante.... Y además del producto, hay muchos aspectos alrededor de la marca, red comercial y postventa, contacto humano, experiencia… que hace y diferencia para que podamos seguir hablando de Premium. Entonces, aunque en ciertas tecnologías un nuevo competidor se pueda poner al día rápido, llegando a nuestra misma altura, e incluso en algunos puntos concretos superándonos, yo creo que no se iguala el valor de una marca tradicional en tres o cinco años. ¿Cuánto les costará llegar al posicionamiento que tiene Audi? Son muchos años los que necesitas para llegar hasta ahí, con un equipo humano tan grande y profesional como el nuestro. Suma diseño, calidad y no pienses en electrificación solo como autonomía, aunque sea un factor importante, pero una vez que tienes la autonomía que tú necesitas en tu día a día, no es el factor decisivo.
Lo que tú notas de tu coche es cómo te diviertes cuando te subes a él, cómo lo ves, el diseño, qué calidad de acabados y acústica tiene el coche, el olor... Y cuesta mucho llegar hasta ahí. Hace años sí que es verdad que veía un sector, el nuestro tradicional, que cambiaba muy lento. Pero ahora estoy mucho más convencido del futuro del sector europeo de lo que estaba hace cinco años. Creo que realmente nos hemos puesto las pilas en sentido figurado y real. Y hemos hecho un cambio de rumbo remando todos en el mismo sentido. Somos una industria muy competitiva, con mucha tradición. Creo que si se miran realmente los números, el sector del automóvil debería estar mucho mejor valorado en bolsa de lo que está respecto a otros competidores. Soy optimista de que en los próximos años el sector europeo va a seguir siendo competitivo, y se va a transformar en Europa y fuera de Europa. Mejor. Eso sí, no todas las marcas con el mismo éxito. La electrificación es imparable y lo vemos en nuestros resultados, cómo estamos creciendo en cuota y resultados financieros, lo que nos hace ser muy optimistas para el futuro.

¿Los tiempos de espera para recibir un coche no se dan de tortas con un producto que presume de alta tecnología de vanguardia que puede quedar obsoleta hasta que la disfrutamos?
Hay clientes y clientes. Esos clientes de vanguardia que se sitúan entre el uno y el cinco por ciento son importantes al principio porque marcan tendencia, pero no son los que hacen la transición real. Y yo creo que ahora lo que hay llegar es a la gran masa, que en ciertos mercados ya la hemos superado, aunque en otros todavía falta un poquito, pero la gente no se va a comprar un eléctrico por moda, sino porque va a ver que es un producto competitivo que va superando los inconvenientes que podía tener en un principio.
¿El híbrido enchufable lo consideramos combustión a todos los efectos en vuestra estrategia y con fecha de caducidad frente al eléctrico?
La transición va tardar unos años hasta 2033, pero estamos en 2023, son diez años todavía y los tipos de uso del coche son muy diversos. No es lo mismo vivir en Madrid que en un pueblo de Asturias. Creo que tenemos que ofrecer a los clientes distintas soluciones para sus tipos de usos y sus condiciones en las que utilizar el coche y ahí tienen una cabida muy grande los híbridos enchufables. Es verdad que no está desarrollada la infraestructura a nivel global como haría falta y esto hace que el plugin sea una solución que quita la ansiedad al cliente. Pero tiene un recorrido que no va a ir mucho más allá de ese 2033-35. En cambio el eléctrico sí lo tiene, máxime con el desarrollo de las renovables, con los desarrollos de nuevas tipologías de baterías.
¿Dónde estaría el umbral de autonomía para el eléctrico que vosotros creéis razonable?
Entre 600 o 700 kilómetros de homologación. Hoy por hoy ya sabéis que depende también por mercado, pero el 95 por ciento de los clientes no pasan de 75 kilómetros diarios. Pero también depende mucho de la infraestructura y del uso al que esté acostumbrado el cliente. Y es cierto que el cliente del eléctrico cuando compra manifiesta una autonomía media que a los dos años reconoce que no ha necesitado tanta. Pero esos 600-700 km es una barrera psicológica en las que el cliente dice vale, en esas autonomías me puedo permitir un eléctrico en cualquier situación. De todos modos, mirad a Alemania: hace tres años la gente era muy crítica con la electrificación y la infraestructura y pensaban que no se conseguiría nunca. y aquí no lo vamos a conseguir nunca. Y mira dónde han llegado ya.
Yo suelo cargar en el trabajo un par de días a la semana, que es llegar, bajar, enchufar; también alguna vez en casa y luego en cargadores públicos, pero no más de cinco o diez veces al año y donde me viene bien. ¿Y cuánto tiempo he perdido en esos puntos de recarga públicos si sumo? ¿Y si sumase todo el tiempo empleado en gasolineras con un coche de combustión durante el año? Las potencias de carga hacia las que nos dirigimos o que ya están aquí, hacen que en diez minutos sumes 300 kilómetros de autonomía. Esto hace que la planificación del viaje no sea tan necesaria y la conducción más cómoda y relajante con el navegador dándote soluciones para evitar ansiedades. Además nuestro e-tron tienen una curva de carga muy estable, la mejor con respecto a sus competidores con independencia de la temperatura a la que esté la batería, temperatura exterior o carga de la batería.

¿A la industria le interesa realmente recuperar los volúmenes antiguos?
Lo del crecimiento es una cosa que claramente va por regiones. No es lo mismo Europa, que es un mercado más o menos maduro que China, que es un mercado que sigue todavía en expansión. El crecimiento a nivel global siempre interesa como empresa. Otra cosa es a qué velocidad, en qué momento y en qué segmentos, pero interesa porque el automóvil sigue siendo una economía de escala y porque mientras vayan creciendo los mercados, lo que queremos es, como mínimo, mantener la cuota, lo que significa crecer. Ahora mismo se ha visto un efecto que no se conocía en los últimos años, que era que perdiendo volumen ganábamos en rentabilidad. Yo creo que eso no se va a mantener en el tiempo. Como también creo que no vamos a volver al modelo que teníamos antes de volumen y volumen.
Ante las diferentes velocidades de electrificación en Europa, ¿planteáis varios escenarios ante los límites a la combustión?
No. La cosa todavía va a ir más rápido de lo que pensamos, porque una cosa es la legislación y otra cosa es la demanda. Y yo creo que va a haber convergencia, ahora cuesta verla porque hay mucha diferencia, pero también tenemos ejemplos de que la transición puede ser muy rápida. Noruega lo ha hecho, igual que Alemania, Holanda… Si se dan las circunstancias, los mercados se transforman muy rápido. Estados Unidos está despegando ahora, no solo con Tesla, sino con todas las marcas. Estoy convencido de España también cambiará de marcha. En el momento en que esté la infraestructura, en el momento en que mi vecino se compre un eléctrico y no tenga ningún problema con su punto de recarga en su comunidad, todo crecerá exponencialmente. Vi una vez en una presentación que me gustó mucho. Era Nueva York, 5.ª Avenida, año 1903, con todo lleno de caballos y coches de caballos y solo un coche de combustión y debajo frases de gente que dice que el motor no tiene ningún recorrido. 1913, diez años después: un caballo, todos coches. Y eso hace poco más de 100 años, cuando no había gasolineras. Y la gente diría que un coche de combustión era una bomba andante y que ellos preferían su caballo de siempre. Un ejemplo de cómo las transiciones pueden tener una velocidad muy rápida.
¿Ponemos fecha a las baterías en estado sólido?
Tenemos que ser cuidadosos. Cuando la gente oye cosas a medias de futuro más o menos cercano decide no comprar y espera con su dos litros TDI que sabe que funciona y ya verá cuando le digan dentro de cinco años qué es lo bueno, para entonces comprarlo. Evidentemente las baterías van a evolucionar, pero antes la gente se compraba un motor de combustión aunque saliese la siguiente generación de esa mecánica dentro de cinco años. Las baterías hoy en día ya son muy competitivas y sí que va a haber desarrollos, por suerte, y se van a mejorar rendimientos. Hay que lograr que la gente entienda primero que esto es sí o sí, que no es una moda que va a pasar dentro de cinco años o la ocurrencia de algunos. Que no tiene inconvenientes a medio y largo plazo, sino ventajas en costes, en conducción, en precio, reventa... Además, los productos ya están ahí. Tenemos una responsabilidad todos: esto del cambio climático no lo arreglan solo los gobiernos. Es verdad que a ningún sector le gusta estar en exceso regulado y que te digan con lo que tienes que cumplir pero este tren no se detiene y tiene muchas ventajas, también a nivel de negocio, con nuevos ecosistemas de servicios…