Cada año se abandonan en las vías públicas 50.000 vehículos y se calcula que otros 20.000 están abandonados en parkings privados, de hospitales, aeropuertos, hoteles… Y precisamente, para vigilar y perseguir a los ya conocidos como vehículos okupa, hace un año la DGT publicó una nueva instrucción gracias a la cual cuenta ya con el permiso oficial para poder trasladar los vehículos abandonados en recintos privados al correspondiente centro autorizado de tratamiento de vehículos (CATS) para su desguace, descontaminación y destrucción.
Antes de esto, los propietarios afectados por la presencia en su parking privado de un vehículo okupa tenían que acudir a la vía civil-judicial para que se pudiera retirar el automóvil y volver a utilizar la plaza de aparcamiento. Pero en muchas ocasiones, hasta la retirada de dicho automóvil podían pasar incluso meses.
Pero, lejos de desaparecer el problema, en algunas ciudades los coches abandonados siguen proliferando. En Vigo, por ejemplo, según informa el Diario Atlántico, cada año la Policía Local de Vigo detecta una media de más de 600 coches que no se han movido en más de un mes. De todos ellos, un 5% acaban siendo declarados residuos sólidos y se destruyen después de no haber sido posible la localización de los propietarios o de que estos hayan eludido los continuos requerimientos.

Los coches okupa son un problema para las comunidades de vecinos
Esta es la multa por el abandono de coches en la calle o espacios privados
La multa por abandonar un coche en la calle es de entre 751 euros a 1.500 euros, que pueden elevarse a 3.000 euros más. Sin embargo, esto no disuade a todos los propietarios y obliga a los responsables de los espacios privados, pese a la última directriz de la DGT, a presentar una serie de documentación ante la jefatura provincial para que pueda tomar cartas en el asunto retirando dichos coches, que pueden suponer un riesgo. La falta de matrícula o incluso que el coche, pese a no circular, sea movido de sitio una vez marcado por la Policía Local, complica aún más su traslado y, cuando se alarga el abandono, comienzan los problemas. Si se encuentra en una calle, pueden llegar a producirse incendios al ser usados como refugio. Mientras que en un parking o un garaje privado, el problema se asemeja al de la okupación de viviendas.
Un problema para las comunidades de propietarios
Para las comunidades de propietarios, los coches abandonados son un problema. Según explica Samuel Soto, gerente de Samuel Gestión Fincas, al Diario Atlántico, “la Policía Local al ser un lugar privado no puede acceder, algo que no ocurriría si estuviera en la vía pública, y lo que queda es tratar de que el propietario se haga cargo”.
La instrucción de Tráfico explica a las comunidades de propietarios cómo actuar. En primer lugar, debe recibir pruebas por parte de los afectados (los vecinos de un edificio residencial o las empresas privadas) de que efectivamente hay un vehículo ocupando ilegalmente una de las plazas de aparcamiento. A continuación, la DGT se pondrá en contacto con el propietario de dicho vehículo, según los datos de titularidad registrados en Tráfico. Una vez realizada esta comunicación, el dueño de dicho vehículo tiene el plazo de un mes para proceder a la retirada de dicho automóvil. En caso de no responder a la DGT y de no retirar el vehículo, se procederá en ese caso a la retirada del mismo y a su traslado a un centro CAT o desguace.