Lucha contra la contaminación, sí… pero solo dentro de nuestras fronteras. Lo cual, todo sea dicho, parece absurdo en planeta que todos compartimos y en un universo tan globalizado. Pero es lo que parece plantear hoy la Unión Europea por boca del Comisario Europeo de Mercado Interior, Thierry Breton.
Como ya sabrás lógicamente a estas horas, Bruselas decidió hace semanas anunciar ya el fin de la prohibición de la venta de los coches diésel, gasolina e híbridos, es decir, con motores de combustión. 2035 era el año fijado, lo que para este representante de la UE supone “una decisión acertada y una transformación industrial enorme para toda la región”. Hasta aquí, entendido. El problema viene ahora con las declaraciones que ayer mismo lanzó a Bruselas.
Y es que el Comisario Europeo de Mercado Interior propone ahora que, sin embargo, Europa siga produciendo coches diésel, gasolina e híbridos a pesar de la prohibición de venta en la UE para “liderar la exportación de estos automóviles hacia otras partes del mundo”. Breton considera que en 2050 el 70 por ciento de los coches en otras zonas de fuera de nuestras fronteras será aún de combustión… y la oportunidad no puede desaprovecharla nuestra industria. Hay un mundo de primera… y uno sin duda de segunda.

El comisario francés recalcó así que el hecho de prohibir aquí la venta de este tipo de coches más contaminantes “no quiere decir que no se fabriquen”, ya que para Breton seguirán siendo necesarios en muchas partes del mundo “donde la transición llevará mucho más tiempo y requerirán aún de esta tecnología”.
"No podemos poner ese mercado en bandeja a los chinos"
Para el Comisario Europeo se abre ahora una gran oportunidad así de negocio en mercados, por ejemplo, tan pujantes hoy como el africano, que sigue creciendo en población y que obliga a actuar para “no poner ese enorme mercado de casi 3.000 millones de personas en bandeja a los chinos”, según sus palabras.
“Europa puede ser líder en la exportación de vehículos de combustión limpios”, según defiende ahora Breton, volviendo a recordar que en 2050 “aún un 70% de los automóviles en el mundo serán de combustión”.
Entrando ya directamente de nuevo en nuestra realidad en la UE, Breton incide de nuevo en la necesidad de acelerar dentro de nuestras fronteras el despliegue de puntos de carga, ya que “serán necesarios entre 7 y 8 millones de puntos” para 2030, así como viendo la posibilidad de cómo producir la energía necesaria para el aprovisionamiento del transporte”.