Primero se anunció para julio, luego para agosto y, ahora, para otoño. La fecha definitiva en la que entrará en funcionamiento el radar más temido de España, el de Saltacaballo que se está instalando ya en la A-8 en Cantabria, será en octubre o noviembre, tal y como hemos conocido en las últimas horas por una información exclusiva adelantada por el diario El Correo.
Eso implica que probablemente no será ya hasta finales de año cuando comenzará a multar este radar de tramo tan especial, ya que la DGT aseguró en su día que tras su instalación se concedería un período de avisos y notificación de exceso de velocidad, sin tramitar primero las sanciones. Es decir, si entonces se avisaba de su puesta en marcha para agosto y de las primeras multas en otoño, ahora su entrada en funcionamiento llegará en otoño y con el inicio del invierno podrían iniciarse las denuncias.
El 60% de los nuevos radares serán de tramo
De momento, Tráfico sigue trabajando en el montaje de los equipos, que aún deben pasar las pruebas de metrología, que no han superado. En este sentido, el delegado de la DGT en Cantabria, José Miguel Tolosa, ha asegurado que este radar de tramo hasta otoño no estará operativo, a pesar de que los conductores ya pueden ver desde hace semanas las obras de instalación y adaptación para situar las cámaras de uno de los radares que están provocando más temor entre los automovilistas. Pero, ¿por qué?

Se trata en realidad de un nuevo radar más de tramo de la DGT, que si ya cuenta hasta ahora con hasta 92 cinemómetros de este tipo, a inicios de año anunció que instalaría en total durante 2024 otros 88 radares más, de los que el 60% serían ya de tramo por considerarlos más justos y efectivos en el control de la velocidad en España. “Estamos yendo del radar de punto (el tradicional fijo) al radar de tramo”, aseguró entonces el director de la DGT, Pere Navarro, porque “el de tramo nos parece más justo”.
Este tipo de radares miden la velocidad no solo en un punto fijo de paso, sino que controlan y vigilan un tramo completo de vía que incluso puede sobrepasar los 30 kilómetros, como ya se ha demostrado con un radar ubicado en la provincia de Palencia. El sistema se compone de cámaras gemelas que, por un lado, registran el paso inicial de los vehículos en un primer punto de control, y por otro captan la misma información en otro punto de salida. Un ordenador traza la velocidad media de paso por todo el tramo, procediendo a emitir la denuncia correspondiente si el conductor ha excedido el límite máximo.
Más de 6 kilómetros de control de velocidad con límite de 100 km/h
El nuevo radar de Saltacaballo, en la A-8 en Cantabria, será de momento uno de los más largos que se prevén instalar este año en España por la DGT. En concreto, se ubica en un recorrido de algo más de 6 kilómetros de esta autopista, entre el viaducto de Ontón y la localidad de Castro Urdiales.

Una de las peculiaridades de este radar, y que lo hacen tan temido ya entre los conductores, es que no solo está situado en una autopista con mucho tráfico habitual, sino que además controla un tramo de la vía que no tiene limitación de 120 km/h a pesar de tratarse de una autopista. En este recorrido, el límite se rebaja a solo 100 km/h, por lo que se prevé que en los próximos meses se convierta sin duda en uno de los radares que más multas pongan de España.
Los radares de tramo más largos de España
A pesar de su gran longitud, el de Saltacaballo de la A-8 no se convertirá en el radar de tramo más largo de España cuando entre en funcionamiento. El récord actual en nuestro país lo ostenta el radar de tramo de la CL-615, en Palencia, que controla nada menos que 33 kilómetros de vía.
Otros radares de gran longitud son el de la A-381, en Cádiz, ubicado entre Los Barrios y Jerez de la Frontera, que vigila 17 kilómetros o el de la A-7, entre El Campello y San Juan, en Alicante, que controla un tramo de 10 kilómetros.