La cuenta de Twitter de la Dirección General de Tráfico ha compartido un vídeo de esos que nos pone los pelos de punta. Un vehículo circula por una carretera secundaria, adelantando a varios vehículos, hasta que su coche se descontrola y sufre un aparatoso accidente. El contexto nos deja bastante claro lo que ha sufrido el conductor: aquaplaning. Los motivos pueden ser varios: un charco inesperadamente grande, el mal estado de los neumáticos, un volantazo o una frenada demasiado brusca por parte del conductor…
Pero primero de todo, ¿sabes o que es el aquaplaning?
Es un fenómeno que se da cuando los neumáticos, único punto de contacto de nuestro coche con el asfalto, no son capaces de expulsar todo el agua que se encuentra en la carretera. De esta forma, aparece una capa de agua entre el propio neumático y el asfalto, de forma que el coche comienza como a “flotar". En estas circunstancias, el coche pasa a controlar la situación y el conductor es un mero pasajero.
El buen estado de tus #neumáticos y la adecuada presión es especialmente importante en los días de #lluvia💦.
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) December 4, 2019
Si quieres evitar sustos y el temible #acuaplaning que provoca la pérdida de control 👉#RevísaTuVehículo
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¿Cómo reaccionar ante una situación así?
Si te ves en esta situación, trata de mantener la calma: levanta el pie del acelerador, sujeta firmemente el volante y no haces ningún movimiento con el volante ni pises el pedal del freno. De esta forma, el neumático volverá a recuperar su contacto con el asfalto y volverá a tener la adherencia que había perdido.
¿Cómo prevengo que me pueda suceder?
Aunque es cierto que un charco muy profundo o una balsa grande de agua puede ocasionar el fenómeno del aquaplaning, la prevención y extremar las precauciones son los mejores amigos que te pueden acompañar al volante.
Primera norma: aumenta la distancia de seguridad con el coche de delante. De esta forma, aparte de tener un mayor campo de visión (el efecto spray no te molestará tanto), tendrás más tiempo para poder detener el vehículo en caso de frenada de emergencia. Recuerda que, con lluvia, las distancias de frenado se incrementan. Puedes intentar seguir las marcas en el asfalto de coches que van por delante, ya que ahí se reducen las posibilidades de sufrir el temido aquaplaning.
En este sentido, los neumáticos juegan un papel fundamental: tenerlos en perfecto estado es vital, ya sea controlando y revisando periódicamente que el dibujo de la goma tengan la profundidad legal (1,6 mm como mínimo) y la presión. A la hora de cambiar los neumáticos, fíjate en la etiqueta informativa que te dice las cualidades de esa goma sobre mojado. Puedes incluso valorar adquirir un neumático todo tiempo, que mejora las prestaciones en cualquier circunstancia del año, o uno de invierno, que ofrece los mejores resultados cuando la temperatura baja de los 7ºC.
Cuando conduzcas en estas situaciones de mucha lluvia en la carretera, extrema las precauciones y circula con suavidad: evita los acelerones, los frenazos bruscos y los volantazos. Evita frenar sobre las líneas sobre las líneas blancas pintadas en el asfalto, ya que podrías patinar. Y no te olvides de ir siempre con las luces de cruce encendida: ver y ser visto es vital en estas situaciones.