Los e-fuels o combustibles sintéticos, ¿la gran solución o una aberración energética? Sus problemas

La polémica sobre los nuevos e-fuels o combustibles sintéticos, el único carburante que permitirá en unos años la circulación de los vehículos diésel o gasolina, va en aumento. A críticas hacia su futuro precio se unen ahora acusaciones de que no es tan sostenible como se dice.

Los nuevos e fuels o combustibles sintéticos, la gran solución o una aberración energética
Los nuevos e fuels o combustibles sintéticos, la gran solución o una aberración energética

¿Son realmente los e-fuels y los nuevos combustibles sintéticos la solución real de movilidad para los vehículos de combustión interna? De momento, sí… al menos según lo ha considerado ya la Unión Europea. Y es que, a pesar de que Bruselas promovía la prohibición total de los vehículos diésel, gasolina e híbridos a partir de 2035, finalmente las presiones de países como Alemania consiguieron que el Parlamento Europeo aprobase como excepción que estos vehículos pudieran seguir comercializándose siempre y cuando solo se alimentasen con los llamados e-fuels o combustibles sintéticos, supuestamente neutros en carbono.

Bruselas para ello impuso la condición de que estos vehículos, a partir de 2035, deban incorporar un nuevo sistema para que, si no detectan e-fuel o combustibles sintéticos en sus depósitos, no puedan arrancar. Hasta aquí, perfecto, la norma ya está firmada. Pero, ¿son realmente tan buenos como solución estos nuevos carburantes? ¿Mejorarán la situación del planeta y de las emisiones contaminantes?

Primer problema de los e-fuels: precios muy caros y escasez

Estos tipos de combustibles, que pueden ser producidos a partir de hidrógeno o también usando dióxido de carbono capturado directamente del aire, agua o energías provenientes de fuentes renovables, como la solar o la eólica, se enfrentan ya eso sí a distintos problemas. Y el primero es obvio: los pronósticos sobre su precio son alarmantes.

Qué son los e combustibles o combustibles sintéticos que pueden salvar al coche diésel y gasolina
La producción de e-fuels resulta muy cara y elevará su precio en el mercado.

Hace unos días ya te contamos que su producción es cara y requiere de grandes cantidades de energía que elevan su precio. De hecho, la propia Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente ya ha avisado de que la previsión actual es que estos combustibles alcancen una cotización de entre 2 y 3 euros por litro, es decir, que costarán hasta un 50 por ciento más que los combustibles tradicionales, en los próximos años. Las estimaciones alertan que la gasolina sintética, por ejemplo, cotizará a 2,80 euros por litro al menos.

Pues bien, un segundo problema comienza a asomar a las puertas también de este tipo de nuevos combustibles sin los que los coches diésel o gasolina no podrán funcionar a partir de 2035. Ya hay organizaciones que advierten que es “falso” que este tipo de carburante sea neutro para el clima.

Segundo problema de los e-fuels: ¿son poco eficientes y no neutros?

En concreto, un estudio publicado por las entidades Climate Strategy, ECODES, Ecologistas en Acción, Fundación Renovables, SEO/Birdlife y Transport&Environment asegura que su uso en el transporte por carretera es “una aberración desde el punto de vista de la eficiencia energética”. Este informe asegura que, mientras al usar electricidad renovable directamente en la batería de un coche se obtiene una eficiencia energético total del 77%, en el caso de los e-combustibles la eficiencia es del 20% para el electro-diésel y del 16% para la electro-gasolina.

Combustibles sintéticos
Los combustibles sintéticos emiten también altas cantidades de partículas contaminantes.

Estas organizaciones, además, apuntan a que para usar este combustible sintético en el transporte por carretera hay que “generar una gran cantidad de energía renovable adicional, lo que conlleva la instalación de un número importante de plantas de energía renovable extra con su consiguiente impacto en la biodiversidad”. Este informe por tanto aboga ahora por el uso de alternativas técnicas, como la electricidad directa en vehículos de batería, al considerar que los e-fuels “conllevan una enorme penalización energética y se corre el riesgo de hacer descarrilar todo el esfuerzo de la descarbonización”.

Tercer problema de los e-fuels: ¿emiten más NOx y otras partículas?

Estas organizaciones además alertan también la posibilidad de fraude que puede producirse si no se puede garantizar que los conductores de vehículos de combustión interna reposten realmente con este tipo de combustible, y no con el fósil convencional, y aseguran que además con estos nuevos carburantes sintéticos se emite tanto NOx como con los convencionales actuales, provocando además un aumento de las emisiones de monóxido de carbono tóxico.

El informe, por último, señala que los e-fuels procedentes de energías renovables tienen un proceso de producción muy “complejo y de alto consumo energético, que resulta caro y repercutirá en el precio final del combustible”, con un coste inasumible para la mayoría de europeos. Además, señalan que el volumen de este tipo de e-fuel que se prevé disponible para 2035 apenas servirá para alimentar a 5 millones de coches de un parque previsto por la UE en 287 millones: “ni el 2% de los coches en circulación podrán usar e-fuels”.

 

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