La reducción generalizada a nivel nacional de 30 km/h que pretendía implantar la DGT en las ciudades españolas aún se hace de rogar. Sin embargo, muchas ciudades ya se han pasado a esta medida por voluntad propia: es decir, la de reducir el límite máximo de velocidad a 30 km/h en las vías de un carril para cada sentido y en las vías de un único carril.
Madrid, Bilbao (las últimas), Valencia, Barcelona, Sevilla, San Sebastián, Pontevedra (desde 2012)… en España, pero fuera de nuestras fronteras otras grandes ciudades europeas también lo han hecho, como Londres, París, Roma, Milán, Bruselas, Viena o Copenhague. Una medida, como ves, cada vez más popular y que persigue varios objetivos, como nos ha querido recordar la Dirección General de Tráfico desde su cuenta de Twitter.
“Calmar el tráfico, conseguir reducir la accidentalidad, reducir el ruido ambiental, mejorar la calidad de vida y la movilidad de sus ciudadanos”. Ni más ni menos, esto es lo que se pretende rebajando la velocidad máxima en las ciudades a 30 km/h en el tipo de vías antes comentadas, algo que según las cifras de la OMS permite reducir el riesgo de fallecimiento del peatón, en caso de atropello, hasta un 10 por ciento total, cuando “la probabilidad de supervivencia del peatón se sitúa aproximadamente en un 50% si el atropello se produce a 50 km/h”.
Recuerda que a 30 km/h la probabilidad de supervivencia de un #peatón en un atropello es del 90%. #MejorMásDespacio💟#PeatónSeguro #CiudadesA30
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) August 30, 2020
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Tomar esta medida en las ciudades tiene un efecto directo sobre la accidentalidad, pero va más allá de la seguridad vial, también tiene una repercusión, como recuerda la DGT, en la “convivencia vial”: “para que peatones y ciclistas se mezclen de forma segura con el tráfico motorizado”. En el caso de las personas mayores, los errores de juicio al cruzar una calle crecen considerablemente (19 veces más) cuando el vehículo circula a 50 km/h y no a 30 km/h. Además, los sistemas de seguridad de los coches actuales para evitar atropellos son más eficaces a velocidades cercanas a los 30 km/h.
Pero la DGT recuerda otros factores importantes para conseguir que una ciudad pase a ser una “Ciudad 30”: que esta medida “forme parte de una estrategia general de movilidad”, que además se aprueben con “el mayor consenso posible” y que venga “acompañada de otras medidas” que favorezcan la reducción del número de vehículos privados en dichas zonas.