¿Qué va a ocurrir próximamente con el precio de los combustibles? El panorama, desde luego, no es nada alentador. Una vez concluidas las subvenciones gubernamentales, a corto plazo, el riesgo de incremento de precio es, desde luego, muy alto. Así lo advirtieron al Gobierno la semana pasada los presidentes de Repsol y Cepsa, debido a la próxima prohibición oficial que, a partir del 5 de febrero, la Unión Europea aplicará sobre la exportación de todo tipo de productos derivados del petróleo de origen ruso.
Este hecho, sin duda, amenaza ya con subir los precios de los combustibles en este 2023, provocando que vuelvan a una senda que ya conocimos a lo largo de 2022 y que, afortunadamente, se había conseguido paliar en estas últimas semanas. Sin embargo, las preocupaciones no solo llegan a corto plazo: a medio y a largo plazo las previsiones son, también, poco halagüeñas.
Y es que, según anuncia ya también la consultora Deloitte, la nueva fiscalidad energética de la Unión Europea va a provocar en los próximos años subidas de hasta “un 70% en el precio de los combustibles”. Así, como suena. El objetivo de incluir al transporte en el sistema de comercio de derechos de emisión, y la necesidad de impulsar al vehículo eléctrico, cargando impositivamente más al vehículo de combustión, generará esta futura evolución en los carburantes.
Según Deloitte, en España esta subida del 70 por ciento se apreciará especialmente antes del año 2030, ya que, según su último informe, “la propuesta de la nueva directiva de fiscalidad energética y la de incluir el transporte en el sistema ETS a partir del año 2026 anticipan un incremento de los precios de los combustibles fósiles para el transporte del 20 al 70%”.

Cuánto van a subir las tasas en el diésel y la gasolina
Deloitte advierte en esta previsión que la tasa impositiva por distancia para el transporte ligero pasará en el diésel de 1,9 a un mínimo de 3,2, mientras que en el caso de la gasolina el incremento sería de los 3,3 puntos actuales a los 4, disparándose en esta ocasión los precios hasta en más de un 20 por ciento.
Pero no será solo esta tasa la que se incrementará en la UE. Según Deloitte, la carga impositiva por contenido energético va a pasar en el diésel del 10,3 a un mínimo de 18,2, mientras la gasolina evolucionará de los 14,2 a los 17,7 puntos.
El informe de Deloitte concluye que “este incremento, si bien responde a un esfuerzo por equiparar la fiscalidad de los combustibles fósiles y reforzar la neutralidad tecnológica, puede contribuir, aún más, al proceso inflacionista de un elemento fundamental como es el transporte por carretera, y perjudicar a sectores vulnerables de la sociedad. Por tanto, un elemento crítico de la definición e implementación de estas medidas será el concepto de transición justa, por el efecto de la subida propuesta en sectores como el transporte profesional y en aquellos con dificultad para acceder a otras alternativas”.