Una de las preguntas frecuentes que se suelen hacer los conductores y que, en la mayoría de los casos, no suele tener una respuesta convincente es la de cuánto dura la reserva del depósito de combustible de un coche. Cuando se enciende el testigo en el cuadro de instrumentos que indica que el vehículo ya está circulando con la reserva, crece el nerviosismo y el estrés del conductor. Ahora bien, ¿cuándo dura de verdad o cuántos kilómetros se pueden recorrer en esa situación? Pues depende…
En líneas generales y según los casos mayoritarios dependiendo del tipo de automóvil, cuando se enciente el testigo de la reserva del depósito de combustible de un coche se pueden recorrer entre unos 50 y unos 120 kilómetros. Sin embargo, estas cifras no son nada fiables, sólo son números orientativos a los que no se debería dar ningún tipo de credibilidad, puesto que la autonomía total y la cantidad de kilómetros que podrás recorrer dependerá directamente del tipo de vehículo, del tamaño (capacidad) del depósito del mismo y del tipo de conducción que se esté realizando en ese momento (si se ha realizado una conducción económica o eficiente, podrás estirar unos pocos kilómetros más la autonomía; sin embargo, si “has abusado del acelerador” y no sueles practicar una conducción eficiente, correrás más riesgos de quedarte tirado).
Los talleres mecánicos y las asociaciones de automovilistas suelen recomendar a los conductores que no lleguen a esa situación tan estresante, que intenten repostar antes de que se encienda el testigo luminoso de la reserva. Circular de forma frecuente en esa situación no es nada recomendable, por dos motivos principales: en primer lugar, muchos de los componentes mecánicos de tu coche pueden sufrir (llegando a provocar una avería grave); y, en segundo lugar, puedes hacer frente a una multa de lo más cuantiosa en el caso de que tu coche te deje tirado.
En el Reglamento General de Circulación no se recoge como infracción específica el hecho de quedarte tirado con el coche porque se haya quedado sin combustible. Sin embargo, la posterior situación que ello desencadena sí que puede acarrear diversas multas. En primer lugar, la primera de las sanciones puede llegar a la hora de parar tu coche en un lugar de la vía, ya que si lo haces en un lugar poco seguro o si la maniobra para hacerlo desentrañase un cierto peligro (conducción negligente o temeraria), los agentes de Tráfico te podrían multar por ambas situaciones, unos casos en los que la multa podría llegar a alrededor de los 200 euros.
Sin embargo, la multa más cuantiosa a la que podrías hacer frente en el caso de que te quedes tirado porque tu vehículo se haya quedado sin diésel o sin gasolina viene a la hora del tipo de recipiente que uses o improvises para repostar unos litros que te hagan llegar a la estación de servicio más cercana. En este caso, te recomendamos que siempre uses un recipiente debidamente homologado que suelen vender en cualquier gasolinera o en tiendas de accesorios para automóviles (ni se te ocurra usar una botella de plástico o una pequeña garrafa porque ambos recipientes no cuentan con las homologaciones necesarias). De no hacerlo, es decir, si usas un recipiente no homologado podrías hacer frente a una multa que te podría “destrozar tu economía”, ya que si el agente de Tráfico de la Guardia Civil te pilla repostando con un recipiente no homologado podrías pagar una sanción de hasta ¡3.000 euros!
Por todo lo que te hemos comentado, no tientes al riesgo: intenta que tu vehículo circule siempre sin llegar a la reserva.