La famosa crisis de los semiconductores está provocando aumentos en los plazos de entrega de los coches nuevos llegando a duplicarse y hasta triplicarse en algunos modelos el tiempo que el cliente tiene que esperar para disfrutarlo. Los fabricantes cuentan con un número limitado de chips a su disposición, teniendo que seleccionar los vehículos o los tipos de vehículos a los que les dan preferencia. Pero hay un tipo de vehículo que, sorprendentemente para muchos, ha recortado sus plazos de entrega en los últimos meses. ¿Cuáles son?
A pesar de que en la fabricación de un vehículo eléctrico se necesitan hasta 2,3 veces los de uno térmico, los plazos de entrega de los vehículos eléctricos se han reducido entre el primer y el tercer trimestre de 2021 un 20 por ciento mientras los térmicos de gasolina y Diesel han aumentado un 40 por ciento. En el caso de los híbridos y enchufables las entregas se han retrasado en un 20 por ciento. Esto nos lo cuenta la compañía de renting Arval en la presentación de su Libro Blanco sobre la crisis de los semiconductores presentado ayer tras analizar sus entregas en 2021. Lo sorprendente es que de acuerdo con sus datos, en el primer trimestre de 2020 los vehículos eléctricos tenían de media más de un 40 por ciento de plazo de entrega añadido que los de gasolina o los de gasóleo, pero en el tercer trimestre de 2021 era un 20 por ciento inferior.
Y es que los fabricantes dirigen claramente su producción hacia los vehículos electrificados especialmente los cien por cien eléctricos, principalmente porque tienen un precio superior obteniendo un mayor margen con su venta, pero también para librarse de las multas millonarias que tienen que pagar por el exceso de CO2.
Según las previsiones de Arval, la situación no se normalizará hasta 2023, no solo por los chips en sí sino por la falta de stock. Se basa entre otras fuentes en los cálculos de consultoras como IHS Markit, cuyas previsiones de producción de vehículos ligeros se redujeron en un 6,2 % o 5,02 millones de unidades en 2021, para situarse en 75,8 millones de unidades y en un 9,3 % o 8,45 millones de unidades en 2022, para quedarse en 82,6 millones de unidades, respectivamente. En 2023 las previsiones todavía dan una reducción de 1,05 millones de unidades sobre las previsiones iniciales.
Con este panorama, ¿qué medidas se pueden adoptar? Desde Arval han puesto en marcha “The journey Goes On #2”, un plan para apoyar a sus clientes, especialmente los corporativos, ante este aumento de los plazos de entrega, atacándolo desde varios ángulos. Por un lado, les permite ampliar contratos y los límites de kilometraje. Por otro, les ayuda a replantearse el tipo de vehículo y hacer su transición ecológica hacia vehículos electrificados, analizando los gastos reales del vehículo en cada circunstancia. Es un hecho, afirma Eduardo Lahoz, Responsable de Arval Consulting España, que el precio de los vehículos se ha visto incrementado, pero ahora es más importante que nunca el coste del uso del vehículo, el TCO, que ha cambiado. Un gasto total en el que el combustible tiene que ver un 30 por ciento y en lo que la telemetría tiene mucho que aportar ya que permite hacer simulaciones para dar con el vehículo que más se adapta a las necesidades del cliente. Se trata de hacer números con los nuevos números, es decir con las subidas de precios de la electricidad, teniendo en cuenta si la carga es en el domicilio, oficina o cargador público.