Hace un mes Volvo soltó un bombazo: una limitación de velocidad a 180 km/h de los coches que produzca a partir de 2020. Algo inconcebible para la mayoría de los fabricantes de coches Premium entre las que se encuadra Volvo, cuyo límite autoimpuesto suele ser 250 km/h.
Durante un acto bautizado Volvo Moments, el máximo responsable de Volvo reconoció no estar satisfecho con todo lo que se había conseguido avanzando hacia aquella Vision 2020, en la que no habría un accidentado en Volvo que falleciera. Quiso recapitular con más de año y medio de anticipación y habló del factor más importante de los accidentes: la responsabilidad.
A pesar de los tremendos avances en seguridad (que demostraron unos minutos después chocando un imponente Volvo XC90 en un ensayo con un 50 por ciento más de energía que los ensayos típicos de EuroNcap, con total salvaguarda de los maniquíes que iban en su interior), no habían avanzado tanto en responsabilidad. No habían tenido en cuenta que habían subestimado el más importante, el factor humano, el sentido de responsabilidad de quien se pone al volante. Así que Hakan Samuelsson, al frente de Volvo, anunció la intención de atajar los promotores de accidentes que tienen un claro factor humano (que numerosas fuentes señalan en torno a un 90 por ciento). “Ya existen posibilidades técnicas para que el coche intervenga cuando un conductor se comporta mal. Por eso vamos a plantear que el coche actúe cuando quien conduce no se comporta de manera responsable".
Cámaras anti-borrachos… y anti-despistes
Hace muchos años que Volvo mostró una llave que bloqueaba el arranque si antes el conductor no había soplado en un alcoholímetro. Un sistema intrusivo y que, además, era fácil que fuera burlado. Así que para el futuro, plantean un sistema con varias cámaras (“sensores, incluyendo una o varias cámaras", decían los técnicos sin querer ser más concretos), capaz de detectar el estado del conductor. El coche, a través de signos físicos como frecuencia de parpadeo, tiempo del parpadeo, dirección de la mirada, etcétera, será capaz de discernir si el conductor está en condiciones de conducir.
No solo por intoxicación por alcohol, sino por cualquier otra sustancia. El mismo sistema podría advertir al conductor de que está prestando demasiado tiempo a mirar la pantalla del móvil o el sistema de navegación, o también servir de alerta de sueño o de que el conductor se ha quedado dormido o incluso haber sufrido un desfallecimiento. En tres años Europa pondrá en marcha la obligatoriedad de instalar sistemas capaces de detectar la desatención al volante y Volvo pretende ir más allá, con esta aproximación holística.
El sistema de Volvo también combinará esta información con la detectada por el propio coche, como la detección de trayectorias, de invasión de los carriles contrarios o de movimientos de volante poco apropiados. La ventaja del sistema de Volvo es que, con la identificación de la cámara, el coche podrá reconocer a posibles usuarios diferentes del coche, y discernir si su conducción está alterada, de acuerdo a sus patrones habituales de conducción. Aún no han querido precisar cómo enviará al conductor las señales de que su capacidad de conducción se encuentra alterada, cuando así suceda, que podría ser háptica, con algún testigo luminoso o señales auditivas.
Sí tienen claro en Volvo que en casos graves, en los que el conductor parezca dormido y no responda a ninguna de las señales que enviará el coche, su sistema estará preparado para que el propio coche proceda a detenerse automáticamente de manera segura para evitar un accidente. Lo veremos cuando estrenen la próxima generación de plataformas, la SPA2 (la de los coches “grandes") prevista para antes de 2025.
Volvo Care Key: la llave personalizable
Al hilo de la limitación genérica de velocidad a 180 km/h de todos los coches que vaya a fabricar Volvo, lanzarán también una llave en la que se podrá personalizar, para distintos usuarios, la velocidad máxima que el conductor desea autoimponerse. Por ejemplo, para un adolescente con el carné recién obtenido. Pero también porque creen que sus compradores son conductores responsables: “no creemos que un coche deba de ser conducido más allá de 180 km/h", decía Samuelsson, “podemos perder clientes, pero queremos atraer clientes sensatos… esta nuestra es una señal, únete a la comunidad segura, la sociedad de los 180". Piensa que, igual que el cinturón de tres puntos llegó a hacerse obligatorio, la limitación a 180 km/h pueda también introducirse en las leyes.
Base de datos de accidentes abierta
Mientras las autoridades europeas reclaman la necesidad de una mayor investigación en los accidentes y de una forma uniforme entre los distintos países de la Unión, Volvo ha hecho un movimiento en línea con la vorágine de colaboraciones del mundo digital. Así, abrirán al público sus bases de datos de accidentes recogidos durante décadas. Volvo fue pionera en establecer equipos que se desplazaban para estudiar accidentes reales y hacer su propio análisis para estudiar las causas y cómo poder corregirlas. Comenzó con accidentes en Suecia, pero en la actualidad, la recogida de datos se efectúa a nivel internacional. Esperan que de unas de bases de datos abiertas, y compartidas con otros fabricantes, sea posible mejorar mucho más rápido la seguridad de los coches, encontrar nuevos factores desencadenantes y puntos de mejora. Por ejemplo, diseñar mejores dummies (los muñecos para los choques), mejores modelos digitales para simular en el ordenador los daños, o encontrar situaciones en las que mejorar a los colectivos menos protegidos.
EVA, el coche seguro para todos los públicos
De evaluar los accidentes reales, encontraron que las mujeres, por su menor densidad ósea y tamaño de los huesos, eran más proclives a sufrir esguinces cervicales en caso de accidente por alcance. A partir de ahí, desarrollaron un asiento capaz de disminuir dichos daños. Del mismo modo, esperan que de los datos de accidentes, compartidos con otros, se puedan entender mejor las necesidades de ocupantes de distinto tamaño y edad. Han bautizado el proyecto como EVA, del inglés “Equal Vehicle for All", un vehículo igual para todos. De este modo, quieren encontrar soluciones para que una mujer mayor, menuda y afectada de osteoporosis, sea igualmente protegida por airbag y cinturones que un fornido y atlético varón de 100 kilos. En el primer caso el cinturón apenas deberá retener para no causar daños, y el airbag no tiene que desplegarse ni tan pronto ni con tanto volumen por el escaso peso y probabilidad de que llegue a impactar con el salpicadero.
En el caso de un varón robusto, el cinturón deberá tensarse al máximo, lo antes posible, y lo mismo con el airbag, para alcanzar un máximo volumen y presión, capaz de detener un cuerpo que, además, soportará bien dicha tensiones. El complejo sistema de cámaras de reconocimiento del conductor para reconocer su estado físico, podría jugar un papel importante también a la hora de clasificar la corpulencia del mismo. No solo se pretende que no haya muertos en un Volvo en el futuro, sino que todos los ocupantes reciban la protección más adecuada a cada caso, activando los sistemas de seguridad de forma personalizada.
Velocidad autolimitada a 30 km/h
Y en la línea de los Sistemas Inteligentes de Velocidad, obligatorios en Europa dentro de tres años (que deberán señalar de modo háptico en el pedal de acelerador que se sobrepasan los límites), Volvo quiere que, en ocasiones muy concretas, el propio coche ajuste automáticamente la velocidad. Solo señalan, por el momento, en dos casos, en zonas delimitadas como zona 30 cerca de hospitales y de colegios. “A esa velocidad los sistemas de seguridad del Volvo serían capaces de evitar un atropello. A 50 km/h, no hay tiempo para evitar el accidente y un usuario vulnerable de la vía, tampoco tendría posibilidades si fuera atropellado", señaló el máximo responsable de Volvo. “Son pequeñas infracciones, a normas que se hacen para proteger a los más débiles de la sociedad… y a 30 se puede anticipar mejor y hay más tiempo para reaccionar". No han dado fechas concretas para la aplicación de esta medida que, como las anteriores, se incorporarán en la futura plataforma de vehículos que Volvo está actualmente desarrollando.