Hace tan solo unos meses, S&P Global Mobilty hizo un estudio que señalaba que el 50% de los compradores, es decir uno de cada dos compradores particulares de coches BEV, no repetirían la compra, mostrando su determinación a volver a los coches de combustión. Ahora, empresas multinacionales como Hertz son las que siguen esta tendencia, algo que puede suponer un antes y un después.
Sobre Hertz
Hertz Global Holdings, conocida popularmente como ‘Hertz’ es una empresa de EE.UU. de alquiler de coches, contando con sede en Estero, perteneciente al estado de Florida. La compañía opera su marca homónima, Hertz, junto con las marcas Dollar Rent a Car, Firefly Car Rental y Thrifty Car Rental.

El Caso ‘Hertz’
La empresa cuenta con planes para vender 20.000 vehículos eléctricos de su flota en Estados Unidos con el objetivo de reinvertir los fondos en la adquisición de automóviles a combustión en respuesta a los precios altos de reparación de los coches EV, que lastran las cuentas de una manera muy importante y a la baja demanda con la que cuentan, es decir que los clientes no quieren alquilar este tipo de coches, especialmente aquellos que buscan realizar un viaje largo con ellos.
Hertz ha informado sobre esta venta, que representa aproximadamente un tercio de su flota eléctrica en el país, iniciando el mes pasado y llegando a todo 2024, con lo que prevén registrar gastos de depreciación de alrededor a 223 millones de euros en el cuarto trimestre de este mismo año.

Plan
Con esta venta cercana a los 250 millones de euros planean sanear su cuenta de resultados. La compañía ha explicado que tiene la intención de reinventir parte de los ingresos que obtengan de esta venta de vehículos EV en la compra de coches con motores de combustión interna para satisfacer la demanda de sus clientes, buscando equilibrar la oferta y la demanda esperada de coches eléctricos.

El director ejecutivo de Hertz, Stephen Scherr, señaló en octubre que los vehículos eléctricos presentan costos de reparación más elevados en comparación a los de combustión, lo cual ha impactado en los resultados de la empresa.

Entre los coches más afectados se encuentran los de Tesla, de los cuales la compañía compró 100.000 unidades después de un anuncio oficial hace dos años, y los de Polestar, de los cuales anunciaron la adquisición de hasta 65.000 unidades en un período de cinco años.