Los coches con etiqueta amarilla (los de gasolina a partir del año 2000 y los diésel desde 2006) han empezado a estar amenazados por las normativas de las Zonas de Bajas Emisiones. Tanto es así que Cataluña, con su anterior Govern, fue la primera comunidad autónoma española que marcó al año del fin de su circulación por estas áreas protegidas. Pero precisamente en el territorio catalán ha surgido el primer municipio que va a seguir apostando por este tipo de vehículos durante varios años más.
Porque según informan en El Periódico, en Tarragona (138.262 habitantes según el último censo del INE) van a aprobar una nueva normativa que rige su Zona de Bajas Emisiones en la que no se aplicará ningún tipo de veto para los coches con etiqueta B o la conocida coloquialmente como la amarilla por su color característico.

Y es que tras la aprobación este año del decreto catalán por parte de ERC en el que se ponía veto a los coches con etiqueta amarilla (en 2026 no podrían rodar en días con episodios de alta contaminación y en 2028 en ninguna circunstancia) varios ayuntamientos se alzaron contra él. Al citado de Tarragona hay que sumar otros como Terrassa, Sabadell, Rubí o Granollers.
Según declaraciones recogidas por El Periódico, el consistorio tarraconense basará su decreto para regular las Zonas de Bajas Emisiones tomando como referencia el decreto estatal y no el catalán, más restrictivo como hemos comentado. Así lo ha declarado Francisco Javier Domínguez, técnico de Movilidad y responsable del proyecto del ZBE de la ciudad, que también apunta que lo están haciendo de una forma prudente y buscando garantías jurídicas para evitar lo que ha pasado en otros municipios en donde estas normativas han sido anuladas por los tribunales.

Los planes del ayuntamiento de Tarragona pasan porque antes de que acabe de este año esté lista la ordenanza definitiva y se finalice el concurso de licitación de la empresa que se encargará de la ejecución del proyecto para el que hay destinados 2,1 millones de euros. Con ese presupuesto se pagarán las cámaras, sensores, la fibra óptica, los paneles de información dinámica y la plataforma informática que controle la Zona de Bajas Emisiones.
Teniendo en cuenta todo esto, la concejala de Movilidad, Sonia Orts, ha comentado que la Zona de Bajas Emisiones de Tarragona comenzaría su vigencia el 1 de enero de 2026, nada más y nada menos que tres años después de lo que se pidió desde el Gobierno. Pero es que incluso han comentado que el primer año lo utilizarán para concienciar a la población, por lo que no se multará, así que podríamos decir que en realidad comenzará su funcionamiento el 1 de enero de 2027.

Por lo que hemos podido saber, la idea es que la Zona de Bajas Emisiones esté activa de lunes a viernes en un horario entre las 7 y las 19 horas. A día de hoy afectaría a 27.865 coches, los censados en la ciudad que no cuentan con etiqueta, y se han librado otros 25.599 que cuentan con la etiqueta B. Sumados ambos representan un 58%, cifra que demuestra que el parque automovilístico tarraconense, como sucede en el resto del país, es viejo.
Como último detalle aportado por El Periódico, aunque la normativa que se está utilizando para realizar el decreto que regule la Zona de Bajas Emisiones de Tarragona es la estatal, si desde el Govern catalán se les obligara a cambiarla, no se opondrán a adaptarla, aunque confían en tener un periodo para poder hacerlo de la forma más cómoda para los habitantes de la ciudad.