El objetivo es claro: 25.000 muertes menos en los próximos 15 años. La cifra que la UE se ha marcado para la próxima década y media es realmente ambiciosa y plantea todo un reto en el que intervendrá el conocimiento actual y la experiencia acumulada durante los próximos años. El plan Vision Cero europeo se beneficiará de nuestros propios datos. ¿Cómo?
Ya te hemos contado que en los próximos años se pondrá en marcha un calendario en el que se añadirá un gran número de sistemas de seguridad activos y pasivos obligatorios. Entre ellos veremos el limitador de velocidad inteligente, el sistema de mantenimiento de carril, la frenada de emergencia o la posibilidad de incluir alcoholímetros inmovilizadores. Todos estos sistemas servirán para reducir los accidentes en carretera, así como los heridos y fallecidos, pero hay un último sistema que, si bien no interviene directamente, ahorrará un gran coste de vidas en el futuro: las cajas negras.
A partir del año que viene, todos los coches nuevos homologados tendrán que contar con una pequeña caja negra bajo el asiento del conductor. Este aparato funciona como la caja negra de un avión. Monitoriza todos los parámetros relativos a la conducción y va sobrescribiendo los datos, borrando los más antiguos. En caso de accidente, permanecerán guardados los últimos 30 segundos antes del choque y los cinco posteriores.
De esta manera, los datos obtenidos en la caja negra ayudarán a esclarecer las causas del accidente pero también aportarán un gran conocimiento a las instituciones europeas para establecer nuevas medidas de seguridad en el futuro, así como para saber si algún sistema de seguridad del coche no actuó correctamente.
Para que te hagas una idea más detallada, las cajas negras de los coches analizan los siguientes parámetros de la conducción, según ha especificado el Departamento de Seguridad de Tráfico en Carretera de Estados Unidos.
- Velocidad del vehículo
- Duración del evento de bloqueo
- Fuerza de choque frontal y lateral.
- RPM del motor.
- Posición final del acelerador
- Ángulo del volante.
- Ángulo de giro del vehículo, en caso de vuelco
- Aplicación del freno y activación del ABS.
- Funcionamiento del control de estabilidad.
- Despliegue de airbags.
- Funcionamiento del cinturón de seguridad del conductor y del pasajero delantero, y enganche del pretensor o limitador de fuerza.
- Posiciones de los asientos delanteros.
- Número de veces que se ha arrancado el vehículo.
- Número de impactos (uno o más choques durante el evento final del accidente).
Y no son las únicas cajas negras
Todos estos parámetros obtenidos por la caja negra en caso de accidente son de vital importancia para reducir las víctimas en carretera, pues en el futuro permitirá atacar a los problemas de raíz y se podrá comprobar cuáles son los puntos débiles de nuestra movilidad.
Sin embargo, estas cajas negras similares a las de los aviones no son el único sistema de monitorización que se implementará en los vehículos. En 2021 ya estamos viendo cómo el nuevo sistema OBFMC (On-board Fuel and/on Energy Consumption Monitoring) analiza en los coches nuevos el uso que se hace del combustible o de la energía eléctrica, con un margen de error de apenas un cinco por ciento.
Estos datos permitirán saber a las instituciones europeas el consumo real de los vehículos y las emisiones contaminantes expulsadas en situaciones reales y no en laboratorio, por lo que los trucos de los fabricantes quedarán al descubierto. Así, se podrán evitar episodios como el del Dieselgate, pero también permitirá saber en las ITV si el coche ha sido modificado o está consumiendo más combustible o expulsando mayores emisiones contaminantes de las permitidas por su normativa europea de homologación.