La revolución y democratización del coche eléctrico pasa, en gran medida, por una mejora de las baterías. La evolución de las pilas del vehículo permitirá alargar las autonomías, tiempos de recarga más cortos y una vida útil más longeva. Tres pilares sobre los que se tiene que asentar la industria del coche eléctrico para los próximos años.
En los últimos meses y años te hemos ido contando los diferentes avances que se han hecho públicos. Así, este mismo septiembre te contamos que StoreDot había conseguido grandes avances en la recarga de baterías utilizando celdas cilíndricas para sus baterías de iones de litio. Por su parte, la Universidad de Queensland en Australia ha desarrollado una batería de grafeno que asegura ser 60 veces más rápida en su llenado que las actuales y que soportaría hasta 3.000 ciclos de carga.
Pero lo cierto es que, aunque ambos avances apuntan a próximos pasos en la buena dirección, las baterías de iones de litio siguen siendo el desarrollo más seguro para implementar en los próximos años. Y utilizando estas baterías de iones de litio, aquellas de estado sólido son las que parece que mejor resultado ofrecen.
Así son las baterías de estado sólido
Si nos atenemos a una explicación sencilla y muy resumida, las baterías de iones de litio cuentan con dos electrodos de metal (cátodo y ánodo) separados por un líquido conductor (electrolito) que permite el paso de las partículas ionizadas de un electrodo a otro. En el proceso químico que desemboca esta reacción, estas partículas arrastran la producción de electrones a los bornes de la batería. Cada espacio con esta disposición se denomina celda que, con la suma de todas, terminan formando una batería.
Con las baterías de estado sólido, el líquido separador desaparece y se sustituye por otro material (que puede ser un vidrio). ¿Las principales ventajas? Según los primeros resultados, la autonomía de la batería aumenta y, sobre todo, no se produce un deterioro en el elemento separador que en las baterías de litio convencionales provocan peores rendimientos con el paso del tiempo y mejoran la seguridad, eliminando la posibilidad de sobrecalentamientos y, en el peor de los casos, incendios.
El desarrollo de estas baterías ya está siendo apoyado por los fabricantes. Toyota anunció hace años que trabaja en esta tecnología, que considera clave para el desarrollo del coche eléctrico, y que impulsará en sus vehículos híbridos aprovechando la falta de deterioro en unas baterías que se cargan y descargan constantemente, lo que supone un mayor estrés para las mismas.
Pero los japoneses no son los únicos que han tomado este camino. El Grupo Stellantis ha anunciado un acuerdo de colaboración con Factorial Energy, una empresa especializada en la producción de baterías. Según sus cuentas, estas nuevas baterías permiten obtener entre un 20 y un 50 por ciento más de autonomía en baterías del mismo tamaño de las que ya se utilizan, además de ser más seguras y longevas en su uso. El acuerdo, firmado para los próximos años, debería dar sus frutos a partir de 2026, año en el que el Grupo Stellantis espera incluir este tipo de tecnología en sus vehículos electrificados.