Lo sabes ya probablemente desde hace tiempo: los radares no son solo cosa de la DGT. Hace tiempo que los ayuntamientos descubrieron también en estos dispositivos un importante nuevo instrumento de recaudación y raro es ya el municipio que no cuenta hoy con algún aparato portátil para controlar por las calles los excesos de velocidad. Especialmente desde que la nueva Ley de Tráfico introdujo límites más reducidos en las ciudades, con zonas incluso de 20 y 30 km/h de velocidad máxima. Un filón.
Así, la gestión de multas ocupa hoy un lugar destacado en la mayoría de ingresos urbanos de España, junto a otras herramientas ya habituales en la recaudación municipal, como pueden ser los clásicos impuestos del numerito del coche, las tasas de basura o el IBI. Esta realidad, sin embargo, está llevando a muchos ayuntamiento a tener que adaptar sus administraciones o, directamente, a tener que externalizar incluso estos servicios debido a las dificultades que se plantean para poder ejecutar los cobros en tiempo y forma.
Los ayuntamientos no pueden tramitar tantas multas de tráfico
Y es que, a día de hoy, la DGT puede no tener problemas en tramitar los más de 500 millones de euros que recauda cada año en multas de tráfico, ni tampoco los grandes ayuntamientos como Madrid, que, según los últimos datos publicados por Dvuelta, alcanzó un nuevo récord en 2024 al presupuestar más de 211 millones de euros en sanciones de circulación. Sus administraciones tienen recursos suficientes para ello.

Sin embargo, otros organismos más pequeños sí están encontrando serias dificultades para ejecutar un número cada vez más elevado de sanciones. Hace algo más de un año, por ejemplo, te contamos ya el caso del ayuntamiento de Es Migjorn, en las Islas Baleares, un municipio de solo 1.370 habitantes que tuvo que recurrir a la externalización del servicio de recaudación de multas al no disponer de personal suficiente para tramitar los expedientes y gestionar su recaudación.
Desbordado, este ayuntamiento introdujo nuevos radares móviles por el municipio que, emitiendo más de 20 denuncias diarias, la mayoría en ubicaciones con límite de velocidad de 30 km/h, se veía ya incapaz de tramitar la gestión del cobro de las multas, corriendo el riesgo de emitirlas ya fuera del plazo que marca la ley.
Palencia externalizará la gestión de multas y pondrá más radares
Pues bien, meses después, conocemos hoy que la concejalía de Tráfico de Palencia ha decidido también ahora en 2025 externalizar la gestión de multas en la ciudad, ultimando ya los pliegos para la licitación de un contrato de coordinación externa de las sanciones de los radares y de los sistemas de control de los semáforos de los que dispone la Policía Local. Así lo adelanta hoy el Diario Palentino.

El nuevo contrato, que también incluirá incluso la instalación de nuevos radares en la ciudad y de nuevos sistemas de control de semáforos, llega con el objetivo principal de simplificar y acabar con los problemas que está padeciendo el Ayuntamiento de Palencia debido a los problemas que genera en su administración la inexistencia de un programa informático y los recursos adecuados para tramitar las multas y su recaudación.
Muchas infracciones han terminado prescribiendo por falta de recursos
De paso, eso sí, y no nos engañemos, con esta nueva política el Ayuntamiento de Palencia prevé potenciar aún más la recaudación en multas, incrementando los controles de velocidad en diferentes puntos de la ciudad castellano-leonesa. La decisión se ha tomado, según adelanta Diario Palentino, tras conocerse que un gran número de infracciones, tanto leves como graves, terminaron prescribiendo sin ser gestionadas, implicando grandes pérdidas de ingresos previstos ya en las arcas municipales de la capital de la provincia.
Una vez concedido el contrato de externalización de la tramitación de las multas, la intervención de la Policía Municipal de Palencia será para constatar y validar las infracciones. Este ayuntamiento no va ser, ni mucho menos, el último que tome esta decisión a lo largo de los próximos meses. Ya lo advertimos.