Las averías y los problemas más comunes que suelen dar los coches más antiguos

Nada dura eternamente y los coches no son ajenos al paso del tiempo. Atentos a las averías y a los problemas más comunes que suelen dar los vehículos más antiguos.

Las averías y problemas más comunes de los coches antiguos
Las averías y problemas más comunes de los coches antiguos

Las estadísticas oficiales de la edad media del parque automovilístico español asustan, ya que un buen número de coches que circulan habitualmente por las carreteras españolas superan los 13 de años de antigüedad.

Según los estudios e informes realizados por las aseguradoras de vehículos y por un buen número de cadenas de talleres de referencia en nuestro país, a partir de los 12 años de antigüedad los problemas mecánicos y las averías de los coches se multiplican, comprometiendo, por tanto, las condiciones de seguridad de los propios ocupantes que viajan en los vehículos antiguos y las de los resto de usuarios de la vía.

Con el paso del tiempo, el mantenimiento del vehículo se encarece por la necesidad de ir cambiando todo tipo de piezas, muchas de ellas muy importantes y esenciales para el óptimo funcionamiento mecánico del automóvil. Fruto del desgaste y del uso, algunos de los componentes técnicos de un coche que más sufren o que más se deterioran son los frenos y los amortiguadores, pero no son los únicos.

LAS PRINCIPALES AVERÍAS DE LOS COCHES MÁS ANTIGUOS

El desgaste de la correa de la distribución -su sustitución implica asimismo en la mayoría de los casos reemplazar y sustituir todo el kit (correa, polea tensora, juntas de estanqueidad, tornillos, tuercas, arandelas y bomba de agua)-, es uno de los problemas más habituales que tienen los coches con el paso del tiempo. Por regla general, siempre se ha de revisar y sustituir según las indicaciones descritas en el libro técnico oficial que te da el fabricante cuando compras el coche (suele ser cada X años o cada X kilómetros; si no se hacen los kilómetros detallados, lo conveniente y recomendable es sustituir la correa de distribución cada x años).

Y, ¿por qué es tan esencial reemplazar/sustituir la correa de distribución cuando procede? Una correa de distribución rota o que se salga de su piñones por falta de tensión provocará la parada del motor y daños irreversibles (y costosos) en la parte superior del motor, dejándolo inservible o inutilizable en la mayoría de los casos, apuntan desde los mecánicos consultados por Autopista.es.

Otras averías y problemas comunes de los coches con “más edad” es las producidas por el embrague (lo habitual, es que se rompa alguno de los cables de tensado o que se produzca el denominado 'efecto patinado') y por los frenos (pastillas y discos desgastados, en la mayoría de los casos).

Por último, otro problema habitual al que ya se vienen enfrentando los coches más antiguos es que no disponen de distintivo medioambiental (o la más conocida pegatina de la DGT). Sin ese distintivo, muchos vehículos tienen restringido el acceso a muchas de las áreas centrales de las grandes ciudades tanto de España como de Europa, de tal forma que las posibilidades reales de uso del automóvil se reducen.

 

 

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