El cambio horario también afecta a la conducción. Si nuestras circunstancias hoy fueran las normales hablaríamos de lo que podría suponer en este caso adelantar una hora nuestros relojes en nuestra forma de conducir, ya que el cambio horario altera nuestro ritmo interno y fomenta la aparición de problemas para conciliar el sueño durante esa noche y las siguientes, lo que ello conlleva a la hora de enfrentarnos con el tráfico.
Pero en esta ocasión, excepto para casos permitidos, el primer cambio horario del año no va a afectarnos como automovilistas. Ello no significará que no nos afecte en otros ámbitos de nuestra ahora diferente vida, sobre todo teniendo en cuenta que este cambio de hora va a tener lugar en unas circunstancias excepcionales. Incluso, según los datos que maneja la compañía Acierto, podría acabar afectándonos más de lo habitual. Pero, ¿de qué manera?, ¿cómo podemos afrontar el cambio horario en la situación actual?
Cambio de hora: problemas para dormir
Según la investigación sobre los cambios que afectan a nuestra conducta, el cambio horario altera nuestro ritmo interno y fomenta la aparición de problemas para conciliar el sueño durante esa noche y las siguientes.
Esto, a su vez, dispara el estrés, la secreción de cortisol y también la sensación de apetito. Esa falta de sueño alteraría, en condiciones normales, nuestra manera de conducir (se producen más accidentes laborales), aunque en esta ocasión para la mayoría de los automovilistas ello no va a ser un inconveniente. Pero dentro de nuestro confinamiento, estos síntomas podrían verse agravados en nuestras casas porque se sumarían a los sentimientos de ansiedad que algunas personas empiezan a experimentar. El estudio de Acierto señala también que adelantar el reloj incrementa los riesgos de sufrir hipertensión y migraña.
Cambio de hora: superarlo durante el confinamiento
Pero dejemos al margen el aspecto negativo y veamos el cambio de hora del lado positivo, porque lo hay. Al adelantar 60 minutos el reloj estaremos una hora menos confinados en casa y ganaremos una hora de luz, con el ahorro energético que ello supone. Y para que en poco o nada nos afecte el cambio horario, lo importante será mantener la calma, aceptar el cambio con naturalidad e intentar mantener los hábitos y rutinas que hayamos puesto en marcha estos días en casa. Alimentarse correctamente, evitar el consumo de bebidas excitantes, respetar los horarios, hacernos una planificación, hacer algo de ejercicio para mantener la forma y los kilos a raya, encontrar nuestro momento con la lectura…
Cambio de hora: los españoles no somos partidarios
Con todo este “desarreglo" emocional que se puede experimentar con el cambio de hora, no es de extrañar que 9 de cada 10 españoles estén de acuerdo con eliminar este “ritual" que realizamos dos veces al año. Un porcentaje por encima de la media europea, cuyo 85 por ciento está a favor de hacerlo. La mayoría aboga por mantener el horario de verano.
El sector turístico y hotelero, de hecho, se vería muy beneficiado, pues tener más horas de luz por la tarde incrementa el consumo y la predisposición a salir a la calle. También se estima que al acabar con el cambio de hora se tenderá a las jornadas intensivas, algo que favorecerá la deseada conciliación trabajo-familia.