Las travesías se han convertido ya para la Dirección General de Tráfico en objetivo prioritario para los próximos meses. A pesar de ser consideradas “tramos de carretera que discurren por poblado", su problema radica en su heterogeneidad al ser espacios intermedios, de transición entre calles y carreteras, habiendo de muy distintos tipos y donde coexisten además tanto el tráfico urbano como el interurbano.
Por ello, y por sus distintas formas de señalización y tratamiento, las travesías concentran también una alta siniestralidad. Según datos de la DGT, solo en 2018 se produjeron en estas vías más de 1.500 accidentes con víctimas, con el resultado final de 43 fallecidos y 169 heridos graves.
La DGT ha considerado ya por tanto que es el momento de rediseñar en España las travesías “para que el automóvil no sea el usuario predominante". Entre las medidas a instaurar figuran, por ejemplo, el rediseño de las líneas que delimitan los carriles de circulación, nuevas señalizaciones, estrechamiento de carriles que obliguen a desviar trayectorias o, incluso, la creación de nuevas medianas intermedias. El nuevo plan integral se conoce como Estrategia T y, según Pedro Tomás, jefe del Área de Gestión de la Movilidad de la DGT y director del proyecto, “es un enfoque novedoso que incorpora nuevas herramientas de intervención en travesías, tramos en los que la movilidad interurbana y la urbana coexisten con las funciones y usos del espacio urbano".
Nueva señalización y radares de apoyo
De momento, este nuevo plan para rediseñar algunas de las travesías más peligrosas del país se ha puesto en marcha ya en varias localidades, con el objetivo de analizar su efecto y extenderlo a más vías de otras zonas. Una de ellas, la encontramos en Villar de Olalla, en Cuenca, donde, según Santiago Valverde, su alcalde "por la noche, muchos olvidan que es una travesía y van demasiado rápido, alcanzan hasta 100 km/h. Es un tramo de kilómetro y pico, prácticamente recto. Está bien señalizada pero hay gente que 'pasa'… A ciertas horas es peligrosísima".
Allí, ya en el mes de diciembre, la DGT estrenó la primera fase, poniendo en marcha hasta cuatro pasos de peatones delimitados con dientes de dragón para advertir de la posible presencia de peatones cruzando. También modificó la señalización con líneas centrales dobles con cebrado. Y, por supuesto, se añadió el refuerzo ocasional de un radar de la Guardia Civil.
Otra de las travesías que se están modificando se encuentra en Ampudia, en Palencia, donde el objetivo era sobre todo reducir el riesgo de atropello ya que los vehículos entran por la carretera nacional y pasan directamente a la travesía. En esta ocasión, los cambios planteados han sido de tipo visual, con adoquín ocre. Modificando la rugosidad y el color del pavimento se diferencia mejor la zona y se consigue una reducción de la velocidad.
Las normas de tráfico en las travesías
Mientras la DGT modifica la mayoría de estos tramos especialmente peligrosos, desde Tráfico también nos recuerdan que en las travesías hay normas muy claras a cumplir.
50 km/h de límite: en velocidad rigen las limitaciones urbanas, con 50 km/h de velocidad máxima e incluso señalizaciones con limitaciones inferiores.
Los carriles, como en poblado: en travesías puede usarse el que mejor convenga para ir a destino, si hay al menos dos carriles señalizados por sentido.
Adelantamiento por la derecha: aquí, al ser considerado poblado, está permitido adelantar por la derecha si hay dos carriles en el mismo sentido.
Precaución con ciclistas y peatones: al convivir en estos espacios tanto coches como ciclistas y peatones, debes siempre dejar una separación lateral de seguridad al rebasarles.
Estacionamiento permitido: se puede estacionar el vehículo en la calzada y arcén, si lo hay, siempre lo más cerca del borde derecho. Con sentido único, también es posible en el lado izquierdo.
Nunca luces largas: las luces largas están prohibidas, ya que hay peligro de deslumbramiento a otros usuarios.