Que la velocidad es un problema en España, es evidente. Y que hay que frenar los excesos, obviamente también. Ahí estamos todos de acuerdo, igual que en considerar que es inadmisible que el primer trimestre de año de 2024 haya concluido con hasta 261 víctimas en accidente de tráfico, elevando la siniestralidad en España en un 16 por ciento. Algo hay que hacer.
Aplaudimos nuevas medidas como el aumento de radares de tramo, la suma de más agentes en carretera, la disposición de nuevas cámaras que controlen el uso del cinturón o el móvil e incluso la puesta en marcha de nuevas motos camufladas que vigilen malos comportamientos en carretera. Pero, sinceramente, seguir escondiendo radares y usando artimañas poco ortodoxas para mejorar la recaudación está viéndose ya que no es la solución y no contribuye a frenar la siniestralidad.

Si hace unos días recopilamos las últimas técnicas empleadas por agentes de la DGT para esconder radares en carretera, de la manera incluso más surrealista, hoy queremos detenernos en los métodos que emplea la DGT para que sus radares fijos multen y sancionen más, mucho más.
Hace meses ya te contamos que el radar ubicado en la autovía A-381, en el kilómetro 74,6, cerca de Jerez de la Frontera, en Cádiz, se convertía en el peor radar de España, con casi 80.000 multas al año y 217 sanciones diarias. Su peculiaridad para ganar efectividad era estar ubicado a la salida de un túnel, en el lazo izquierdo (que es poco habitual) y con una limitación puntual de 80 km/h en ese tramo y no los 120 habituales de las vías rápidas. Los conductores caen como moscas.
Los trucos del radar que más multa de Galicia
Pues bien, hoy conocemos otro radar que está haciendo estragos, esta vez en Galicia y que también emplea técnicas y artimañas para poder cazar a más y más conductores cada año. En concreto, este cinemómetro está ubicado en la A-55, en Vigo, captando hasta 120 denuncias diarias para convertirse en el radar que más multas pone en toda Galicia y entre los más eficaces de todo el país.

Con más de 40.000 denuncias ya cada año, este radar llega acompañado de una serie de trampas que incrementan su eficacia. La primera es estar localizado en una autovía nacional que, sin embargo, no cuenta con límite tampoco de 120 km/h, ni de 100 km/h. Ni siquiera tampoco de 80 km/h, como ocurre con el radar mencionado en Cádiz. En esta ocasión, el límite es de 60 km/h en el tramo en el que está instalado.
Tramo de concentración, en bajada y a 60 km/h
Se trata para ello de un tramo considerado de especial concentración en accidentes de tráfico y con un trazado que exige que el límite velocidad tenga que ser en ese paso concreto de 60 km/h. No hay en este sentido discusión y solo toca estar atento para no caer en su trampa.
Pero, además, este radar tiene también la curiosidad de estar ubicado en una gran bajada de un kilómetro, con una pendiente de hasta el 6 por ciento antes de llegar al punto donde se encuentra el cinemómetro, lo que genera, como suele decirse, que los coches terminen “embalándose”. Para los conductores de vehículos pesados es incluso difícil poder mantener estas velocidades.
Pero es que, además, el límite de esta bajada de la A-55 está en 80 km/h y, solo a escasos 30 metros del radar, la señalización advierte ya que el nuevo límite que rige en el punto del radar es de 60 km/h. ¿Podemos considerarla o no una artimaña de la DGT para incrementar la eficacia del radar y el aumento de las multas? Todo indica, lógicamente, que así es…