Pocas cosas dan más rabia que te roben lo que es tuyo. Mucho más si es tu coche, el vehículo con el que vas a trabajar, con el que recoges a tus hijos del trabajo, con el que te vas de vacaciones y con el que tan buenos ratos has pasado. Sin embargo, sigue habiendo robos de coches habituales contra los que, lamentablemente, hay que seguir luchando. Te contamos cómo evitarlos.
Sin embargo, aunque se siguen produciendo robos, siempre podemos poner de nuestra parte para reducir los riesgos. La Vanguardia ha hecho una recopilación con los robos más habituales que se dan en nuestras calles y carreteras. Te contamos cuáles son:
Cuidado en los peajes y gasolineras
Una pequeña parada es suficiente para que los ladrones hagan de la suyas. Por eso, gran parte de sus acciones suelen centrarse en las gasolineras, los restaurantes de carretera o los peajes y suelen tener como objetivo principal las ruedas de nuestro coche.
En estos casos, se suelen dar dos tipos de robos. En el primero, los ladrones buscan un conductor que viaja solo y se esconden junto al coche estacionado para pinchar las ruedas. El conductor, sorprendido, se centra en el neumático y los cacos aprovechan para abrir las puertas y robar todo lo que puedan con el despiste del conductor.

La otra opción es un poco más peligrosa. Con un modo similar, los ladrones pinchan las ruedas pero introduciendo un pequeño objeto punzante que permita recorrer unos kilómetros. Ya en la carretera, el conductor tiene que parar y los ladrones le ofrecen su ayuda. Mientras uno habla con la víctima, otro se esconde y roba los objetos del interior del coche o, en el peor de los casos, se lleva el vehículo si las llaves están puestas.
Para que esto no nos ocurra, debemos mantener siempre vigilado nuestro coche y es muy importante que nunca dejemos las llaves del coche puestas y que lo cerremos cuando salgamos del mismo. Tanto en una gasolinera como en la carretera, nunca dejes objetos de valor a la vista y desconfía de quien se muestra extremadamente solidario y amable. Lo mejor es llamar a emergencias y no perder de vista el vehículo.
Una nevera para evitar un robo
Las llaves inalámbricas y la apertura y arranque sin llave son tecnologías que, si bien puede que no le encontremos un gran aliciente, cuando las tenemos les sacamos todo el provecho posible.
Sin embargo, esta tecnología también puede darnos algún que otro disgusto. Uno de los robos que más ha crecido en los últimos años tiene que ver con las llaves sin contacto y, sobre todo, en aquellas urbanizaciones o espacios donde proliferan los chalets o los adosados que permiten aparcar el coche en la puerta.

En este caso, los ladrones utilizan repetidores de señal para aumentar la misma y, así, hacer contactar la llave que descansa en casa con el coche. De esta manera, mientras los dueños duermen los cacos se llevan el coche con mucha facilidad. La solución, sin embargo, es tan sencilla como meter la llave en la nevera o envolverla en papel de aluminio. En estos casos, se produce una jaula de Faraday que impide que la señal de la llave salga al exterior y, por tanto, los códigos de ésta y del vehículo no contacten.
Un timo muy habitual
El último robo que tratamos aquí es el denominado timo del retrovisor. En este caso, los ladrones suelen actuar con un coche con matrícula extranjera y es habitual que se produzca en una gasolinera muy concurrida o el aparcamiento de un centro comercial, donde es fácil que dos vehículos tengan un pequeño golpe.

Los ladrones suelen buscar personas mayores, habitualmente solas, porque son más fáciles de amedrentar. Para robar a las víctimas, los malhechores provocan un pequeño accidente de coche que apenas provoca daños entre los vehículos pero rápido provocan un pequeño jaleo asegurando que se tienen que ir rápido a su país. Aprovechando la confusión, dicen ayudar a la víctima llamando a su seguro. Al otro lado de la línea, una persona compinchada con el ladrón le segura al conductor que pague una cantidad al caco y que esta cifra será reemplazada por la compañía. Por su puesto, esto nunca sucede.
Por su puesto, si tenemos un pequeño golpe, todo lo que tenemos que hacer es rellenar el parte entre vehículos y avisar a nuestro seguro. Siempre tenemos que cerciorarnos de llamar con nuestro teléfono móvil, no amedrentarnos y, en el peor de los casos, llamar a la policía si la situación se complica.