¿Sabías que según un estudio internacional realizado por Castrol, en un coche moderno con dispositivo Stop-Start de una gran ciudad, atosigado por los rutinarios atascos y por el propio uso de un conductor medio, el motor se llega a parar y arrancar hasta 18.000 veces al año? Y si tenemos en cuenta que la fase de arranque de un motor es una de las más críticas con el desgaste de sus piezas internas, parece evidente que los modernos motores de hoy día, que han hecho de los sistemas Stop/Start un elemento intrínseco más, exijan lubricantes adecuados a sus propiedades técnicas.
Este es el motivo por el que la empresa de lubricantes Castrol, en colaboración con el Departamento de Química de la Universidad de Cambridge, ha desarrollado el lubricante Castrol Magnatec Stop-Start, un nuevo aceite que tiene en cuenta las continuadas fases de parada y arranque de los automóviles modernos y también el elevado tiempo que trabajan los motores a ralentí.
Cuando un motor se para, la zona alta, en concreto la parte superior de la culata que acoge la distribución, por la propia acción de la gravedad pierde lubricante y los puntos de mayor fricción, como los árboles de levas con las válvulas, pueden llegar a trabajar en el posterior rearranque momentáneamente secos de lubricación. Si estas fases se repiten continuadamente, por mínimo que sea el tiempo el desgaste aumenta exponencialmente respecto a un coche sin Stop-Start. Obviamente, los fabricantes de automóviles han tenido todo esto en cuenta (también las baterías y los motores de arranque se han adaptado a los nuevos tiempos), pero el objetivo de Castrol es el de proponer además un lubricante que también se adapte a estas nuevas exigencias.
El lubricante Castrol Magnatec Stop-Start contiene unas moléculas que se adhieren por todas las superficies internas del motor, pero que es su caso, tienen la capacidad de "llenar" cualquier punto seco por pérdida de lubricante al pararse el motor en solo 11 milisegundos, cuando se vuelve a batir el aceite dentro del motor al ponerse de nuevo en marcha. Según Castrol, en ese tiempo, diez veces más rápido que un "abrir y cerrar de ojos", el árbol de levas de un motor apenas ha girado un fracción de vuelta, lo que significa que los puntos propensos a secarse siempre trabajarán lubricados al friccionar de nuevo.
Castrol también habla de beneficios al trabajar el motor a ralentí, que según el mismo estudio, puede ser el tercio del tiempo que usamos el coche a diario. Según otro estudio de la Universidad de Leeds, las cargas de desgaste a las que están expuestas las levas de la distribución de un motor a ralentí, pueden ser un 66 por ciento mayores que cuando el motor funciona más revolucionado en carretera.
Puede parecer que las menos de 1.000 rpm del ralentí no sea una fase de funcionamiento exigente en motores diseñados para funcionar en un amplio rango de revoluciones y de carga (presión sobre el acelerador), pero mientras a velocidades de giro elevadas los motores cuentan con la ayuda de la lubricación hidrodinámica –se separan microscópicamente las piezas en contacto y se forma una película de aceite entre ellas que minimiza las fricciones-, a ralentí las piezas críticas del motor pueden estar en lubricación mixta o incluso en lubricación límite. Las moléculas del aceite Castrol Magnatec Stop-Start garantizarían una mejor lubricación y protección en esas fases de ralentí.
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