Parece razonable pensar que cuantos más coches son controlados por los radares más coches son multados. Pero no, al menos eso se desprende de las estadísticas de la propia DGT. Hablamos de controles de velocidad móviles en posiciones itinerantes, (aunque algunos de ellos se realicen con radares en estático y no en movimiento), con uno de los 350 radares de este tipo de que dispone la DGT, excluyendo los radares fijos.
Así, mientras en 2010 eran multados cerca del 2,5 por ciento de los vehículos controlados, en 2016, último año cerrado lo eran cerca del 5 por ciento. En 2017, hasta el mes de octubre, según datos que ha podido conseguir AUTOPISTA, se multaron en este tipo de controles de velocidad el 4,82 por ciento de los vehículos denunciados, casi un millón de los 20,3 millones controlados.
Esta situación se ha agudizado, como podemos observar en el gráfico desde 2013, donde el número de vehículos controlados no deja de bajar y el de multados de subir.
Así, en 2016 se realizaron controles de velocidad a 23,4 millones de vehículos y se multaron a 1,129 millones, 3,2 millones menos controlados que en el año anterior, pero más eficaces, pasando de multar al 4,6 por ciento al 4,8. Pero si comparamos 2014 con 2016 vemos que en este último se controlaron 8 millones menos de vehículos ganando un 0,8 por ciento en eficacia.
La explicación de la DGT
¿Qué explicación da la DGT sobre este incremento de la eficacia de los radares? Desde Tráfico hablan de un esfuerzo de vigilancia “más selectivo” y argumentan que en 2015 se puso en marcha una identificación de los tramos de carretera convencional más peligrosos en los que se ha intensificado la vigilancia. A esto se une, añadimos nosotros, que en 2013 entraron en funcionamiento los radares de helicóptero Pegasus, hasta ocho de que dispone actualmente, y que cuentan con una eficacia del 10 por ciento de los vehículos controlados.
El esfuerzo de vigilancia “más selectivo” se traduce en más multas por vehículo controlado con lo cual parece que saben dónde colocarlos. Por otro lado, no podemos perder de vista que la tecnología juega a su favor y que la entrada de radares más sofisticados más difíciles de detectar como el Multarradar C y de tamaño más reducido, también ha influido.
¿Y qué pasa con los radares fijos? Los fijos juegan otra liga. La DGT rota sus 451 radares entre sus 618 posiciones. Todos están anunciados con antelación. Los más exitosos dentro de los radares fijos son los de tramo que año tras año ocupan las primeras posiciones. Suelen estar ubicados en tramos cuya velocidad media es más baja que la genérica de la vía.
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