La obligación de mostrar dónde se sitúan los radares fijos, los listados con los lugares más habituales donde se suelen situar los radares móviles, las aplicaciones de colaboración entre conductores que avisan de los controles de velocidad y la memoria de los conductores, quienes se aprenden que “aquí o allí se suele poner una patrulla" o “más allá hay un radar de tramo", parecen haber agudizado el ingenio de la DGT.
Conscientes de que no podrían montar un radar de tramo permanente que controlara absolutamente todas las carreteras, la organización ha repensado algunas de las cartas que tiene en su mano y ha desplegado otras que tenía bajo la manga. Te contamos todos los trucos que utiliza la DGT para evitar que corras… y cómo multa si no consigue que levantes el pie.
Los trucos de la DGT
Las líneas verdes
Se ha hablado mucho de este proyecto en las últimas semanas, pero lo cierto es que ya lleva en funcionamiento desde hace algunos años. Sin embargo, su presencia en dos carreteras secundarias ha hecho que se pasara por alto durante mucho tiempo.
En concreto, estas líneas verdes están pintadas en la CL-615 entre Palencia y Guardo: se trata de una carretera convencional de 92 kilómetros; y en la CL-613 entre Palencia y Sahagún: una vía con una longitud de 58 kilómetros, de los que 10 pertenecen ya a la provincia de León.
Las dos carrereteras tienen varias similitudes.En ambos casos las podemos ver paralelas a las líneas blancas que delimitan los carriles en su exterior, en ambos casos se trata de vías rectas “de escasa peligrosidad", según la DGT, y en ambos casos cuentan con una señal en la que se avisa que circulamos por una carretera en la que está especialmente controlada la velocidad.
Lo cierto es que no hay radares de tramo en ella, lo que quieren decir estas señales es que es más probable que se acabe instalando un radar fijo, móvil o que sean sobrevolando con un Pegasus. Sin embargo, las líneas verdes no tienen un cometido especial más allá de hacerle pensar al conductor que circula por una carretera más estrecha y que éste levante el pie del pedal del gas instintivamente.
Radares falsos
Estar, están, pero no multan. Hace un par de meses Pere Navarro confirmó lo que se estaba convirtiendo en una leyenda urbana: no todos los radares que vemos en las carreteras multan.
El director de la DGT salió al paso de las acusaciones que señalan que el organismo sólo busca recaudar con sus acciones. Para explicar que esto no era cierto, Navarro confirmó que no todas las cajas que vemos en las vías rápidas esconden radares en su interior. Según el director, sólo el aviso de un radar fijo ya hace levantar al conductor el pie del acelerador.
Pero, ¿cuántos de estos hay y cómo podemos pasarlos por alto? Lamentablemente, no hay una respuesta a ninguna de estas dos preguntas. El diario El Mundo señalaba en unas informaciones que un tercio de los radares fijos no continen controladores de velocidad en su interior, pero saber dónde se ubican estos cinemómetros falsos es imposible a simple vista.
Radares en cascada
Y si el aviso de que un radar fijo hace levantar instintivamente el pie del acelerador, no es menos cierto que muchos conductores recuperan la velocidad perdida unos pocos de cientos metros después.
Por ello, en Navarra han ideado un sistema denominado “radares en cascada". El objetivo es frenar a aquellos conductores que creen que el peligro termina cuando sobrepasan un radar y aceleran hasta superar la velocidad máxima permitida de nuevo. Si eres uno de ellos, esto te puede salir muy caro.
Así, la Policía Foral de Navarra ha puesto en marcha un proyecto que consiste en situar un radar móvil unos pocos kilómetros más allá de un radar fijo. De esta manera, los conductores que decidan cumplir con las normas sólo cuando estén avisadas en un cartel tendrán que rascarse el bolsillo.
De momento, no hay noticias de que la DGT haya llevado a cabo el experimento, pero no sería de extrañar que este eficaz sistema se extienda a todo el territorio nacional en un futuro.
Y lo que podría llegar
Señales interactivas que se transforman en radares
Hace tres meses recogimos un interesante proyecto de la Universidad Politécnica de Valencia. Investigadores especializados en telecomunicaciones han ideado un sistema con el que se podrá modificar el significado de las señales y convertirlas en radares fijos.
Con esta idea, las señales de velocidad máxima serían susceptibles de ser cambiadas en función del volumen de tráfico de cada momento. Con una orden desde una oficina, las señales podrían variar y mostrar limitaciones a 70, 90 o 120 km/h en cada momento concreto y también se comunicarían con los vehículos para mostrar la misma en los cuadros digitales o el Head-Up Display de cada coche.
Pero esto no termina aquí, la polivalencia de este sistema permite convertir a la señal en un radar fijo, lo que haría mucho más efectivo el control de la velocidad en carretera. Si así fuera, la presencia de radares en las vías rápidas sería prácticamente continuo.
Coches de cartón para que levantes el pie
El último lugar donde han sido vistos es Turquía, pero tal y como podemos ver en los comentarios de este artículo de Carscoop, la práctica es habitual en otros países del mundo. Barato, sencillo y muy efectivo.
¿Pensabas que sólo los radares pueden hacer levantar el pie a los conductores? Pues esta creencia la compartes con varias instituciones estatales y su solución ha sido muy sencilla: coches de cartón que simulan patrullas de policía junto a los arcenes.
Si bien es cierto que los coches “cantan" de cerca, vistos de lejos parece que unos metros por delante hay un coche policial parado junto a la vía. El conductor, instintivamente, reduce la velocidad. Además, en los que se han podido ver en Turquía, incluso incluyen una pequeña placa solar que pone en funcionamiento una sirena policial y así alertar con luces de su presencia.
¿Veremos esta misma medida en un futuro? Si ya hay radares falsos en nuestras carreteras… ¿por qué no?