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Nissan Murano 3.5 V6

El primer argumento de ventas del Nissan Murano será sin duda su espectacular estética. Aunque quien busque bajo tan peculiar envoltorio, descubrirá además un SUV amplio, rápido y bien equipado, que se desenvuelve con gran soltura en carretera y de manera suficiente en pista rápida.

Nissan Murano 3.5 V6
Nissan Murano 3.5 V6

Al ponernos frente al nuevo SUV de Nissan saltan a la vista una serie de características que no es fácil apreciar en la mayoría de sus rivales. Para empezar, su personalidad es indiscutible. Sus redondeadas líneas, la enorme calandra cromada que une los peculiares grupos ópticos de Xenon, lo adelantado de su inmenso parabrisas delantero, una línea lateral de ventanillas ascendente y una zaga de neta inspiración Micra, conforman un conjunto realmente espectacular.Resulta también curioso constatar que el coche parece visualmente mucho más ligero de lo que en realidad es. Porque con 4,8 metros de longitud, 1,9 de anchura y 1,7 de altura, el Murano es ciertamente grande aunque no lo parezca. Y esa característica no deja de ser su primera virtud, porque independientemente de que el coche nos parezca bonito o no —para gustos están los colores—, es indiscutible que en conjunto tiene una imagen muy dinámica.Pero volviendo a las dimensiones, con una batalla de 2,83 metros y una anchura de vías de 1,63 metros, los técnicos de Nissan han disfrutado de una enorme plataforma sobre la que levantar uno de los habitáculos más espaciosos de su categoría. De hecho, en las plazas traseras incluso tres adultos de buen físico disfrutan de una anchura más que generosa. Otra cosa es hablar del mullido de los asientos y del espacio para las piernas de esos tres ocupantes. En este sentido el de la plaza central está menos favorecido que los compañeros que lo flanquean, ya que se encuentra con un respaldo más duro debido al reposabrazos que incorpora, y sus piernas deberán ir a caballo de la prominente consola central, que le deja muy poco espacio para los pies. Conductor y «copiloto» disfrutarán además de la enorme sensación de espacio que genera el diseño «cabina adelantada» de su carrocería.El conductor en concreto se encontrará además con una posición tras el volante bastante razonable. Claro que a su disposición tiene no solo la regulación en altura del volante, sino unos pedales que permiten su ajuste en distancia y un sistema de ayuda al aparcamiento que utiliza la pantalla del navegador para, gracias a una pequeña cámara situada en el portón, facilitar las maniobras de marcha atrás.Otros aspectos que dejan huella en el agrado de viaje es la excelente insonorización del habitáculo a velocidades de crucero mantenidas, en las que el único ruido apreciable será el de rodadura, y la gran suavidad que proporciona el funcionamiento del cambio por variador continuo, con el que simplemente no existen saltos en los cambios entre marchas. Incluso la suavidad de rodadura es notable gracias a que las suspensiones van ancladas sobre subchasis independientes sujetos a la carrocería mediante casquillos de goma, característica con la que se consigue un superior aislamiento de la carretera.El equipamiento pone también su granito de arena en el confort, ya que es bastante extenso. Climatizador, dirección asistida, elevalunas y retrovisores eléctricos, tapicería de cuero con asientos delanteros calefactables, llantas de aleación, faros de Xenon o navegador, son solo algunos de los elementos que este Nissan incorpora de serie. No obstante, se aprecian también significativas lagunas que pueden ser criticables en un coche de este precio. Nos referimos en concreto a la ausencia de información sobre los consumos en su ordenador de viaje —¿tendrán miedo los responsable de Nissan a que el conductor se entere de lo que consume el coche rodando alegres?…—; o la falta de un termómetro de temperatura exterior. Mucho más injustificable aún es la ausencia de una rueda de repuesto de tamaño estándar, y tanto más cuanto que no se ofrece ni como opción a sobreprecio. No nos cansaremos de criticar esta política de tacañería de las marcas, por la inseguridad en la circulación que trae aparejado su montaje. No hay que olvidar que este tipo de neumáticos obligan por diseño a circular a velocidades anormalmente reducidas por vías rápidas, con el peligro que ello representa, y no queremos pensar en el desequilibrio que puede acarrear tal montaje si nos vemos obligados a realizar una frenada fuerte o una maniobra de emergencia.