4x4

Mitsubishi Montero 2.5 TD Sahel

El carácter básico de gama del Montero 2.5 TD Sahel no le impide ofrecer una buena calidad de realización y un equipamiento razonable, mientras que la desaparición de mucha de la electrónica, junto a la inclusión del bloqueo al cien por cien del diferencial posterior, mejora su fiabilidad en uso campero exigente.

Mitsubishi Montero 2.5 TD Sahel
Mitsubishi Montero 2.5 TD Sahel

Cambiando de tercio, si en carretera el Montero Sahel se queda algo corto en velocidad máxima por culpa de los desarrollos, compensa de sobra esa carencia fuera del medio asfaltado. Porque gracias a la corta batalla de esta variante tres puertas, a sus excelentes cotas TT y, sobre todo, a la utilización de la mejor transmisión de Mitsubishi, es decir, la Super Select SS4 de última generación, el coche se encuentra como pez en el agua en el medio rural. Es más, la desaparición de los controles electrónicos de tracción y de estabilidad, unidos a la incorporación del bloqueo al cien por cien del diferencial trasero, hacen que el Sahel se encuentre tanto más cómodo cuanto más complicado se hace el camino.No obstante hay que dejar claro que esta variante Sahel ha perdido algo de aplomo tanto en carretera como en pista, pero esto es lógico si tenemos en cuenta que esta variante calza unas gomas 235/80R16 frente a las 245/70R16 que monta el Montero Sport, o las 265/70R16 del resto de los Montero. Dicho de otro modo, con unas gomas más altas y también más estrechas, es lógico que sus neumáticos «flaneen» más y proporcionen una mayor sensación de flotación. Curiosamente, la capacidad de frenada no se ha visto muy perjudicada pese a la pérdida de cantidad de goma en contacto con el suelo, ya que las distancias de frenado apenas varían. Incluso las pastillas y los discos absorben bien el esfuerzo duro, que si bien se refleja en un ligero descenso del pedal, no alarga en demasía las distancias de parada.Un detalle que debería revisarse con cierta urgencia es el de la dirección del coche, que resulta excesivamente lenta y que complica el trabajo del conductor al hacerlo trabajar bastante en zonas de curvas o frente a maniobras en lugares angostos. Por lo que se refiere al resto de sus características, todo es conocido. Estéticamente el cambio más significativo es la utilización de paragolpes sin pintar y la carencia de aletines, mientras que en su interior tan sólo la tapicería de los asientos pone de manifiesto el talante más económico de esta variante.Pese a este carácter más popular debemos alabar la calidad de los plásticos utilizados, en especial en el salpicadero, así como su ajuste, que merecen una alta nota. Por desgracia no podemos decir lo mismo del maletero, que con solo 260 litros si debemos utilizar todas las plazas, se queda claramente insuficiente. nLas capacidades 4x4 del Montero 2.5 TD Sahel se sitúan a un nivel realmente alto. Es cierto que se dispone de menos potencia que en sus hermanos con motor 3.2, lo que representa un handicap a la hora de afrontar rampas largas de gran desnivel, pero no es menos cierto que los bajos de este propulsor y las cortas reductoras de su caja de cambios le permiten acercarse bastante a sus hermanos más potentes. Por otro lado, la supresión de la mayoría de la electrónica, la utilización del eficaz sistema de tracción Super Select SS4-II y la adopción del bloqueo del diferencial trasero, le sientan muy bien a sus capacidades camperas. Su condición de carrocería corta le permite adoptar una batalla corta que se agradece en los pasos de cresta. De hecho, esta variante de carrocería resulta excelente en pasos ratoneros gracias a todo lo anterior y a unas cotas TT ciertamente excelentes en prácticamente todos los apartados. Incluso la toma de admisión, por cierto, elevadísima, permite vadeos de gran magnitud. Aunque el motor 2.5 del Montero Sahel es el mismo que utiliza el Montero Sport, su gestión electrónica se ha revisado para conseguir una respuesta más plena y contundente a bajo y medio régimen. De hecho, la capacidad para recuperarse en marchas largas desde poco más de 1.500 rpm es sorprendente para la cilindrada del motor. Las prestaciones que ofrece este propulsor son más que honestas, y lo serían aún más, al menos en cuanto a la velocidad máxima, con la incorporación de una sexta marcha. Los consumos son bastante recortados y su capacidad de frenada es buena si se tiene en consideración que la monta de neumáticos está un punto por debajo de la de sus hermanos de gama alta, lo que determina una menor cantidad de goma en contacto con el suelo. Se hecha de menos una dirección más rápida.