No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que las posibilidades del Tahoe en terrenos muy abruptos son mínimas. Con cinco metros de longitud, más de dos de anchura y con 2,5 toneladas de peso, está claro que debemos huir siempre de los pasos más complicados. Incluso la ausencia de un bloqueo del diferencial trasero pone en serios aprietos a este gigantón cuando debe de abordar un cruce de puentes de cierta envergadura. Otra cosa es rodar por pista. Aquí el Chevrolet se encuentra mucho más a gusto y hace gala de un comportamiento bastante aceptable si se tiene en cuenta su peso, sus dimensiones y el enorme balón de sus neumáticos.
En este terreno el coche permite jugar con su comportamiento en función del tipo de tracción que llevemos conectado. Si rodamos sólo con la propulsión trasera, su actitud es eminentemente sobreviradora, mientras que con la tracción total automática conectada se vuelve más neutro, e incluso cambia su actitud hacia un talante más «morrón». Eso sí, sobre este terreno deberemos tener en cuenta dos aspectos vitales para no concluir nuestra salida campera de un modo poco agradable: sus neumáticos son muy de carretera y es fácil pincharlos en terrenos pedregosos, y el ABS es un auténtico enemigo si el suelo está bacheado o embarrado. .Interior: La excelente nota que merece por habitabilidad la pierde por los acabados, muy pobres para un coche que se pretende de representación.
Carretera: El potente V8 permite un andar alegre y el bastidor lo acompaña, sobre todo si se rueda por carreteras de primer nivel.
Pista: Salvo que el firme esté muy roto, donde el eje trasero se deja notar, el coche se comporta bien y las suspensiones lo filtran casi todo.
Zona activa:Basta echar un vistazo al Tahoe para ver que no invita a un uso muy extremo ni por peso, ni por cotas, ni por dimensiones.
Quinta rueda:Por su impresionante aspecto se podría decir que es un vehículo pesado, y aunque lo es, resulta más ligero que algunos de los últimos modelos Europeos, que con menos envergadura le superan en peso. Respecto a la versión anterior, su potencia se ha visto incrementada, mejorando sus prestaciones, pero con la particularidad de permanecer los consumos prácticamente inalterados, si bien en su día ya eran altos.
Las prestaciones son buenas en general, y más si tenemos en cuenta el impresionante tamaño del vehículo. El Tahoe, gracias a sus 285 CV, mantiene con facilidad buenas velocidades de crucero, aunque la velocidad máxima está autolimitada a 170 km/h reales —180 de velocímetro—. Tanto la baja sonoridad como el confort en orden de marcha son muy buenos, pero los frenos pecan de falta de potencia y resistencia, y nos pueden meter en más de un lío si abusamos de ellos.