Ya no resulta extraño encontrar versiones deportivas animadas por una mecánica de gasóleo. Es más, prácticamente todos los fabricantes cuentan con alguna e incluso con varias opciones, como en el caso del Volkswagen Scirocco que, con la misma cilindrada 2.0 TDI ofrece dos variantes de potencia: 140 ó 170 CV. No es lo mismo que la gasolina, está claro, pero si lo que queremos es recorrer largas distancias sin que el bolsillo lo acuse en exceso, el gasóleo es el combustible ideal. Durante la prueba pudimos comprobar que, efectivamente, a velocidades legales, es posible circular con un consumo inferior a los 6 litros a los 100 kilómetros, un dato realmente extraordinario para un modelo que ha entregado casi 177 CV a 4.160 rpm en el banco de rodillos. Pero si es llamativa la cifra de potencia, más aún es la entrega de par del 2.0 TDI common-rail, que ofrece ya más de 30,1 mkg a 1.250 rpm y 38,2 mkg a 1.750 rpm, cifra que se mantiene prácticamente constante hasta superar las 3.000 rpm. Esta característica permite una excepcional elasticidad al motor, ofreciendo unas recuperaciones de primer orden que permiten prescindir de un uso intensivo de la caja de cambios. Y eso que los desarrollos son tirando a largos, con una quinta de más de 44 km/h y una sexta de casi 53 km/h a 1.000 rpm, con lo que se logra circular rápido en autopistas y autovías con el motor muy desahogado, consumiendo muy poco combustible. Respecto a la variante de 140 CV hay un salto cualitativo importante, con una respuesta más decisiva y contundente y un empuje sobresaliente a cualquier régimen de giro del motor. En el plano dinámico, el Scirocco ofrece un comportamiento dinámico de primera, superior al que se encuentra la media del segmento, con gran eficacia en zonas viradas y espectacular aplomo en apoyos rápidos. El Scirocco vira muy plano y se sujeta al asfalto como una lapa sin transmitir mucha sensación de velocidad. De hecho, hay que estar atentos al velocímetro, pues la mayoría de las veces se circula más rápido de lo que imaginamos. Sólo notaremos algún sobresalto o alguna reacción inesperada si ‘ahuecamos’ de golpe en pleno apoyo rápido, aunque ahí siempre está el ESP dispuesto para actuar y mitigar los posibles efectos de una menor adherencia de los neumáticos.También la dirección electrohidráulica ayuda a elegir la trayectoria de forma precisa, ofreciendo buen tacto y firmeza sin necesidad de realizar grandes correcciones en el giro del volante, a lo que se une una suspensión eficaz —en nuestro caso equipada con la adaptativa DCC, con tres posibles configuraciones de firmeza, de regulación electrónica—. La configuración del habitáculo 2 2 plazas limita algo su uso; pero aún así, resulta más práctico de lo que pudiera parecer sobre el papel. Las cotas de anchura y altura son razonables y, aunque sólo ofrece sitio para dos personas detrás, las plazas son cómodas siempre que sus ocupantes no superen los 1,75 metros de altura. Unas puertas de enormes dimensiones facilitan el acceso a éstas, si bien la altura del techo obliga a adoptar una postura algo forzada para entrar o salir de este VW Scirocco.No ocurre lo mismo con el maletero, que ofrece poca capacidad y dispone de un plano de carga bastante elevado. Aunque su volumen (350 litros) no es llamativo, sus formas estrechas no facilitan la operación de carga aunque, al menos, los respaldos posteriores son abatibles. En cuanto al equipamiento, no hay nada que reprochar, pues de serie incluye una dotación extensa con elementos como doble airbag frontal y lateral, sensor de lluvia y encendido automático de luces, climatizador automático, faros bi-xenón direccionales, antiniebla, llantas de aleación de 17 pulgadas y volante multifunción.
VW Scirocco 2.0 TDI 170 CV
Comportamiento y prestaciones de primera con los consumos de un utilitario son los rasgos que mejor definen a la apetecible versión Diesel de 170 CV del Volkswagen Scirocco. Un coupé para disfrutar todos los días.
