VW Polo 1.0 TSI 110 DSG: análisis y prueba con todos nuestros datos del popular utilitario

Puntero en ayudas a la conducción e infoentretenimiento y un planteamiento dinámico conservador, el VW Polo ejemplifica todo lo que se puede esperar hoy de un utilitario.

Óscar Díaz / Fotos: I.G.

VW Polo TSI 110 DSG 9
VW Polo TSI 110 DSG 9

Cuando recibí el encargo de escribir la prueba del renovado Polo, no pude evitar que mi mente volviese a mi Bilbao natal y a un Polo segunda generación de color naranja que veía a diario en mi camino al colegio. De eso hace ya más de tres décadas y en todo este tiempo he seguido de cerca la evolución del Polo, uno de los utilitarios de referencia, máxime desde cuando en 1994 empezó a fabricarse en la planta navarra de Landaben aquel Polo A02 encarnando cada una de las tendencias del mercado. Recordé cómo es un producto global que comparte tecnología con otras marcas pertenecientes al grupo, cómo vivió intensamente el furor TDI, la introducción del cambio de doble embrague DSG, cómo la fiebre por las prestaciones ha hecho de las variantes GTI una constante y cómo, tras su última puesta al día, deja patente la dirección que ha tomado el mundo del automóvil.

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Y esta pasa por la simplificación de la oferta. Ya no hay propuestas turbodiésel y un único bloque motor de 3 cilindros y 1 litro concentra las tres propuestas disponibles por el momento, si bien está prevista para dentro de unos meses —si los acontecimientos socio económicos no lo impiden— la introducción del excitante GTI, garante de imagen aunque anecdótico en cuanto a ventas. Hasta entonces, la gama queda compuesta por dos versiones de 95 CV, una de ellas que prioriza el gas natural comprimido, y una de 110 CV asociada en exclusiva al cambio DSG de siete marchas de mayor sofisticación y exclusividad, que protagoniza este artículo.       

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VW Polo TSI 110 DSG

VW Polo: Reflejo de la sociedad

Y en todo este tiempo, la transformación vivida por el automóvil ha trasladado el centro de atención desde el comportamiento dinámico, de las prestaciones, del disfrute integral a elementos que tienen que ver más con el día a día y vivir el automóvil como un simple medio de locomoción, cómodo, refinado y capaz de hacer más fácil cada desplazamiento más que de emoción en la conducción. Es la línea en la que se mueve el actual Polo, al que Volkswagen ha hecho crecer en términos de equipamiento, de asistencias a la conducción, o tecnología de iluminación, entre otros, posicionándole a la cabeza de una categoría cada día más sofisticada.

PRESTACIONES VW Polo 1.0 TSI 110 CV DSG
Aceleración 0-100 km/h 10,23 s
Aceleración 0-1.000 m 31,94 s
Aceleración 0-400 m 17,5 s
Aceleración 0-120 km/h 14,46 s
Frenada 140-0 km/h 70,71 m
Frenada 100-0 km/h 37,13 m

 

Protagoniza pues una mejora absoluta en cuanto a dotación y mejora en la percepción de calidad, con un interior digitalizado al estilo Golf en el que la instrumentación digital se convierte en una constante en los Polo R-Line. También ha pasado a incorporar la tecnología de luces matriciales IQ.LIGHT —ocho led por módulo de faro— y una mejora en las ayudas a la conducción, con el asistente de cambio de carril de serie y, opcionalmente, el Travel Assist, capaz de conducir al Polo de manera semiautónoma hasta los 210 km/h, desde parado en los automáticos y a partir de 30 km/h en los manuales. Integra el funcionamiento del control de crucero activo, del reconocimiento de señales de velocidad y de los sistemas de mantenimiento de carril.

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VW Polo TSI 110 DSG

Funciona y lo hace con rotundidad, aunque conviene al circular por el carril derecho no perder de vista las limitaciones de posibles salidas o vías de servicio que, por error, podrían ser tenidas en cuenta por el Polo, que reduciría la velocidad sin ser necesario y obligaría al conductor a reaccionar acelerando para evitar esa situación. Obviada esa excepción, esa tutela de la conducción aumenta exponencialmente la seguridad tanto en conducción periurbana como en viajes largos ya que advertiría de posibles distracciones o somnolencia del conductor y de cuando la distancia respecto del coche precedente fuese demasiado escasa. Si ésta se redujese bruscamente, el Front Assist precargaría el sistema de frenado, maximizaría la asistencia y emitiría una señal acústica para facilitar la reacción del conductor, e incluso si éste no lo hiciese aplicaría cierta fuerza de frenado.

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Al margen de esa conducción semi autónoma, el Polo destaca por lo racional de su habitáculo, por el aprovechamiento del espacio interior —siempre considerando que estamos ante un automóvil de 4,07 m de longitud—, y una buena visibilidad desde el puesto de mando. Es más amplio delante y su acceso es más cómodo que a unas plazas mucho más que testimoniales y podrían permitir el viaje de personas de prácticamente 1,8 m de estatura, si bien las puertas no son todo lo generosas que se desearía, por ejemplo, para introducir un bebé en brazos e instalarlo en su silla. También nos pareció mejorable el maletero, o al menos el maletero de nuestra unidad de pruebas en el que el subwofer impedía la colocación de la bandeja del piso en una posición inferior, lo que supone ubicarla 12 cm más arriba y, consecuentemente, una pérdida de capacidad notoria, próxima a los 70 l.

CONSUMOS VW Polo 1.0 TSI 110 CV DSG
Urbano 7,9 l/100 km
Carretera 6,2 l/100 km
Medio 6,9 l/100 km

 

VW Polo TSI: Carácter tranquilo

A estas alturas es posible que te estés preguntando cómo es la experiencia de conducción del Polo. Pues bien. Es un coche grato, de gran suavidad en volante, pedales y funcionamiento del cambio con el que es posible sentirse muy a gusto al moverse con cargas de acelerador bajas o en el ritmo del tráfico. Es entonces mejor que cuando buscas ganar velocidad de manera decidida, cuando pueden quedar en evidencia su condición de tricilíndrico y un cambio bastante abierto en sus cuatro últimas relaciones, llegando a echar de menos algún caballo extra o el añorado par motor de los extintos TDI Euro V y anteriores. No obstante, el cambio automático puede llegar a disimular esa carencia en zonas de curvas o en la siempre ratonera y truculenta conducción urbana, si seleccionamos el modo Sport del cambio o el modo Sport de conducción. Notamos entonces un plus de viveza, de falta de demora en la respuesta que hace olvidar la atonía que podríamos llegar a percibir en los modos Eco o Normal. Y es una pena, porque el chasis es, simplemente, magnífico, y da la impresión de poder con un buen número de caballos extra… como sucedería si incorporasen el TSI 1.5 de 150 CV. Y es que la dirección es precisa, la suspensión equilibrada, sin olvidar el confort incluso en el acabado R-Line, y es capaz de detenerse en unas distancias de lo más razonable. Y todo con ese carácter gratamente subvirador tan clásico del Polo.

ESPACIO INTERIOR VW Polo 1.0 TSI 110 CV DSG
Anchura delantera 136 cm
Anchura trasera 133 cm
Altura delantera 93/100 cm
Altura trasera 95 cm
Espacio piernas 70 cm
Maletero 234 litros

 

Nos hubiera gustado, eso sí, haber obtenido un mejor consumo, pero nuestros exigentes recorridos de verificación se le han atragantado a un conjunto motor-cambio que evidencia cómo cumplir con las normativas de emisiones más exigentes puede llegar en ocasiones a condicionar no sólo el agrado de conducción, sino también el consumo al estar constantemente variando entre dos marchas para mantener según que ritmos, con el consiguiente aumento del gasto.

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VW Polo TSI 110 DSG

Es, junto con uno de los precios de tarifa más elevados de la categoría, un obstáculo para poder bajarse del Polo con una sonrisa de oreja a oreja. De hecho este R-Line llega a precios por los que se podría acceder a un Golf básico y dentro de la categoría sólo Audi A1 y Mini 5 puertas tienen un precio de tarifa más alto... e, incluso, nos haría acercarnos peligrosamente a los 30.000 euros si intentamos configurarlo con lo mejor del equipo opcional, como los faros matriciales, el sistema de reconocimiento de señales que da pie a la conducción semi autónoma o el control por voz o el cargador por inducción. Pero lo cierto es que con esa dotación es posible que pueda enamorar a quien busque una experiencia de uso basada en la tecnología.

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