VW Golf GTE vs Hyundai Ioniq PHEV: buscamos el mejor híbrido enchufable

Si eres de los que pensaba que todos los coches que huelen a electrificación son iguales, vete quitándotelo de la cabeza. El Hyundai Ioniq PHEV y Volkswagen Golf GTE son compactos e híbridos enchufables, pero representan a escuelas diametralmente distintas.

Luis Miguel Vitoria

VW Golf GTE vs Hyundai Ioniq PHEV: buscamos el mejor híbrido enchufable
VW Golf GTE vs Hyundai Ioniq PHEV: buscamos el mejor híbrido enchufable

Entre los compactos —siguen siendo los coches preferidos de los españoles, a pesar del tirón de los SUV—, hasta hace pocos años, hablar de híbridos era hacerlo de los no enchufables, como los Toyota Auris y el Lexus CT200 h, capaces de moverse con electricidad durante muy poca distancia —de ahí su etiqueta Eco— y con motores eléctricos más destinados a apoyar con su fuerza a los térmicos: factor clave de sus bajos consumos.

Desde hace unos meses, Hyundai ya cuenta con una versión de su Ioniq de este tipo, el HEV. Pero los coreanos han ido más allá y, además de disponer también de una versión puramente eléctrica, tienen un tercer miembro en esta gama, ya integrado en la familia de los híbridos enchufables, el PHEV.

Entre aquellos compactos que pueden recibir electricidad vía enchufe, para moverse exclusivamente con ella durante unos cuantos kilómetros —si tienen más de 40 km homologados ya pueden contar con la deseada etiqueta «cero» de la DGT—, están, además, los Volkswagen Golf GTE y Audi A3 Sportback e-tron. Ambos comparten su sistema de propulsión híbrido.

PRESTACIONES Hyundai Ioniq PHEV Volkswagen Golf GTE
Acel. 0-100 km/h 9,6 s 7,4 s
Acel. 0-1000 metros 30,9 s 27,9 s
Sonoridad 100 km/h 66,5 dBA 67,9 dBA
Frenada desde 100 km/h 37,2 m 36,4 m
Peso en báscula 1.570 kg 1.581 kg

Volkswagen Golf y Hyundai Ioniq, filosofías dispares

Golf e Ioniq protagonizan este enfrentamiento y, cada cual, representa una forma de entender este tipo de hibridación. Eso por encima de otras diferencias en aspectos como tamaño —siendo ambos compactos, el Volkswagen es de los más pequeños; el Ioniq, de los mayores—, potencia total e incluso hasta en el planteamiento comercial que deriva en sus precios. Ambos cuentan con motores de gasolina y baja cilindrada; sobrealimentado con turbo en el alemán. Motores que, como en los híbridos no enchufables, pueden trabajar al unísono con el eléctrico. Sin embargo, aquí éste tiene un papel protagonista ya que, dada la capacidad de la batería que los alimenta, está la posibilidad de moverse con cierto margen sólo con él.

CONSUMOS Hyundai Ioniq PHEV Volkswagen Golf GTE
Consumo en ciudad 4,4 l/100 km 5,0 l/100 km
Consumo en carretera 4,9 l/100 km 5,6 l/100 km
Consumo medio 4,7 l/100 km 5,3 l/100 km

Ese espacio es mayor en el Ioniq que en el Golf, hasta el punto de que el Hyundai suma unos 20 km adicionales de moverse solo con electricidad repostada. Los 60 km de autonomía, según el ciclo NEDC, se quedarán en el Hyundai con frecuencia en unos 50. Son un objetivo realista con el Ioniq PHEV que, sin embargo, merece una nota al margen: se conseguirá rodando en terreno plano pues, en caso contrario, es fácil que puntualmente intervenga el motor térmico para apoyar con su fuerza la relativamente escasa del eléctrico. Ese «dopaje» con gasolina se introducirá así en la ecuación —claramente detectado por el oído—, siquiera por unos instantes. Con todo, eso no desluce la mayor autonomía eléctrica del PHEV.

Hyundai Ioniq

El Golf GTE propone, con una batería de semejante capacidad —8,7 kWh totales por 8,9 del coreano—, un alcance algo menor: homologa, en este caso, 40 km. En varias ocasiones hemos intentado llegar a ese alcance eléctrico pero, en todas ellas, lo más frecuente ha sido que nos hayamos quedado más próximos a los 30. Unas veces por arriba, otras por abajo. Con todo, en el Volkswagen es posible agotar la batería y es más sencillo que no intervenga el motor térmico, pues los 102 CV del eléctrico dan empuje suficiente en la mayoría de situaciones.

Cuando hablamos de agotamiento de las baterías, éste es relativo. Ninguna de las dos, ni de ningún otro híbrido, queda absolutamente vacía, sino que simplemente llega al límite de uso útil que determina su fabricante. La prueba está en que un pisotón al acelerador, como el que daríamos para incorporarnos a una vía rápida o hacer un adelantamiento, hará que el eléctrico apoye al de gasolina, incluso cuando parece que no hay energía en la batería.

ESPACIO Hyundai Ioniq PHEV Volkswagen Golf GTE
Anchura delantera 143 cm 142 cm
Anchura trasera 143 cm 142 cm
Altura delantera 87/93 cm 89/96 cm
Altura trasera 86 cm 96 cm
Espacio para piernas 69 cm 75 cm
Maletero 310 litros 305 litros

Dinamismo o confort

Si el consumo eléctrico del Golf es, por tanto, mayor; también la diferencia de potencia de los motores es evidente a la vista de los resultados. Las prestaciones registradas indican que, si el Ioniq PHEV es un compacto con razonable agilidad y buena disposición en los adelantamientos; el GTE es lo que indican sus siglas: un deportivo. Parcialmente eléctrico, eso sí. Incluso eso trasluce en el comportamiento de sus chasis, como adelanta la dispar respuesta de sus neumáticos; equilibrados entre agarre y baja resistencia a la rodadura en el Hyundai, y claramente más volcados al agarre los asimétricos del Golf.

Y es que, de nuevo, equilibrio es el término que se nos viene la cabeza al conducir el Hyundai, en este caso entre confort y agilidad a la hora de definir el trabajo de suspensiones, dirección, etc. Por su parte, el Golf, hasta sintiéndose más pesado, afronta el asfalto volcado más hacia la segunda premisa, esa mayor disposición para cambiar de dirección. En él se tiene, también, una sensación más precisa de lo que pasa. Incluso del estado el asfalto que en el Ioniq PHEV.

Volkswagen Golf GTE

En el GTE la suspensión es menos suave, lo que provoca más estrés para los ocupantes por la sensación de golpeo que les llega frente a la filtración que procura el PHEV cuando la carretera tiene ondulaciones o, directamente, baches e insistimos en conducir deprisa. Combinado con su menor sonoridad, nos decantamos, a la vista de este comportamiento, por el Hyundai Ioniq cuando lo que tenemos por delante, la mayor parte de los días, son vías rápidas o, al menos, recorridos periurbanos, donde también hará valer la ventaja que le otorga una autonomía eléctrica mayor.

Y aunque a ritmos tranquilos difícilmente se le puede poner una pega al trabajo de filtrado de la suspensión del Volkswagen, su mayor despliegue de potencia, la instantaneidad de su respuesta y la disposición de su chasis, convierten al Golf GTE en un híbrido incluso para disfrutar conduciendo, más allá de para conseguir kilómetros baratos o limpios.

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