Volkswagen Passat W8 4 Motion

Un potente motor de 275 CV con una vanguardista configuración, tracción a las cuatro ruedas y un puesto de conducción pensado para disfrutar de los viajes largos son algunas de las características que definen el modelo más alto de la actual gama de Volkswagen, mientras el Phaeton no diga lo contrario.

Volkswagen Passat W8 4 Motion
Volkswagen Passat W8 4 Motion

Que es elegante, es innegable, aunque al moverse en el segmento de las berlinas altas es lo mínimo que se puede esperar de él. Sin embargo, en el caso del W8, además hay que añadir ciertos elementos que le dotan de un aire deportivo que lo delatan como el más potente de la gama.

Ya desde lejos se puede ver que se trata de una versión diferente, aunque las diferencias son discretas. El doble tubo de escape, las llantas de 17 pulgadas, los faros bixenon y los elementos cromados que salpican la carrocería (los marcos de las ventanillas, la parrilla delantera…) son sólo la muestra exterior de lo que se esconde dentro. Lo que sí llama la atención son las siglas del 4Motion, con el número en rojo. Aunque es lógico que desde la marca fabricante se quiera hacer hincapié en el carácter de tracción a las cuatro ruedas del modelo.

Al acceder al interior, el conductor se encuentra con la sobriedad habitual en la marca alemana, pero con detalles en madera en el salpicadero y en las puertas y unos cómodos asientos que por su configuración dejan más que claro que al volante de est vehículo se puede uno “empachar" de kilómetros sin darse ni cuenta.

La madera que recubre la consola es de nogal y está muy pulida; tanto, que casi resulta excesivo. De hecho, el volante también cuenta con este acabado, para mi gusto, más elegante, pero menos cómodo que en cuero u otros materiales similares. Además, el tamaño del aro resulta algo grande.

El asiento del conductor sujeta suficiente, aunque en zonas muy viradas no estaría de más que los laterales recogieran algo más, además, la multitud de reglajes permiten alcanzar una postura adecuada sin demasiada dificultad. A esto se puede añadir que el volante también es regulable, tanto en altura como en profundidad, con lo que es sencillo encontrar una buena posición se tenga la talla que sea.

La visibilidad de los indicadores de velocidad y revoluciones es buena, muy clara, aunque se hecha de menos algo más de diseño y un mayor tamaño de los números. Además, en el centro, hay un indicador que da información de la autonomía y el consumo medio. Esto en cuanto a lo que se ve dentro; hacia fuera no se percibe falta de visión, aunque el tamaño del espejo retrovisor de la derecha es pequeño (se pongan como se pongan los diseñadores de la compañía alemana, que insisten en sacar modelos con esta característica).

En el centro de la consola se sitúa, como opción, el sistema de GPS, además del equipo de música. También se puede incorporar un módulo de TV, pero eso ya es otra cosa.

En este caso, el modelo incorporaba como opción cambio Tiptronic de cinco marchas. Sí, ese que se puede colocar tanto en posición automática como en manual, aunque con embrague hidráulico (vamos, que para cambiar sólo hay que mover la palanca hacia adelante o hacia atrás para reducir o aumentar la marcha). Es cierto que se trata de un tipo de cambio más cómodo, sobre todo en conducción por ciudad, pero hemos notado que los cambios se hacen bastante evidentes y con cierta brusquedad y que, a veces, le cuesta recuperar, a no ser que se recurra al “kick down" o, si se conduce con la posición manual, haya que recurrir a menudo a la reducción de marchas.