Volkswagen Bora 2.8 V6 4Motion

Con la adopción de la mecánica de 6 cilindros en V y 204 CV, acompañada de la tracción total y un grado de equipamiento sumamente elevado, esta versión se sitúa en lo más alto de la gama y viene a competir con modelos de categorías superiores en aspectos como confort y prestaciones.

Volkswagen Bora 2.8 V6 4Motion
Volkswagen Bora 2.8 V6 4Motion

La capacidad de aceleración es excelente. Su tiempo en los mil metros con salida parada está en 29 segundos justos y las recuperaciones también resultan rapidísimas. No debemos olvidar que la tracción total siempre representa un lastre al enfrentarse contra el cronómetro, lastre que en este caso supera la tonelada y media. Lógicamente, esas cualidades dinámicas tienen su contrapartida a la hora de pasar por el surtidor, especialmente en los recorridos urbanos, donde el peso resulta un factor determinante y romper las inercias se paga con unos consumos algo más elevados de lo que suele ser habitual. También en carretera los cambios de ritmo y los cruceros elevados tienen una consecuencia directa en el depósito de combustible, aunque siempre que mantengamos cruceros legales las cifras pueden mantenerse en unos márgenes relativamente moderados. Si en el apartado mecánico el Bora no decepciona en absoluto, todavía nos queda lo mejor. La configuración del bastidor, sus cuatro ruedas motrices y los dispositivos electrónicos de ayuda a la conducción se encargan de mantener bajo control los 204 CV prácticamente en toda circunstancia y casi con independencia de las habilidades del conductor. Equipado con el denominado tren de rodaje deportivo el Bora ofrece un aplomo en recta y curva rápida excepcionales. La dirección transmite una precisión de trayectoria milimétrica y el conductor percibe en todo momento una agradable sensación de control. Cuando el asfalto se vuelve irregular las reacciones se mantienen impertérritas. Las irregularidades son perfectamente absorbidas y la precisión se mantiene prácticamente invariada. Sobre firme deslizante, las «alegrías» con el acelerador son absorbidas por el eficaz control de tracción incorporado al sistema Haldex de tracción total y los pequeños errores de apreciación son corregidos por el control electrónico de estabilidad que se incorpora como dotación de serie para esta versión. La verdad es que el conjunto presenta una homogeneidad en los resultados dinámicos encomiable. No todo puede ser perfecto y si hay un reproche que hacerle al Bora V6 este es su habitabilidad posterior que, en el caso que nos ocupa, equipado con los asientos de cuero, limita el espacio para los ocupantes, sobre todo en lo que se refiere a espacio para las piernas. Tampoco podemos dejar pasar por alto su precio que, aunque justificado por su configuración y equipamiento, no deja de ser una cifra alta para la categoría en la que milita. La exclusividad que representa esta versión es un factor a tener en cuenta, pero éste no sabrán valorarlo todos los usuarios que, en muchos casos pueden pensar en modelos de mayor tamaño, a la hora de tomar la decisión de compra.