Suzuki Ignis GL 4WD

Un utilitario, por tamaño, versatilidad y ligereza, pero con posibilidades para circular por caminos en mal estado o resbaladizos, gracias a la tracción total. Un coche ideal para el medio rural o de alta montaña, aunque con un precio muy elevado.

Suzuki Ignis GL 4WD
Suzuki Ignis GL 4WD

En el interior, nos encontramos con un vehículo bastante amplio para su tamaño exterior, aunque con un maletero algo escaso. Posee un compartimento tabicado para guardar objetos pequeños debajo del piso falso, pero roba espacio general. Tampoco la bandeja trasera resulta muy práctica. Es de una tela muy fina con unas grapas que se fijan en los extremos, pero no oculta totalmente el equipaje y tanto el material general como el de las grapas no dan aspecto de solidez. A cambio, el respaldo del asiento trasero, dividido en dos mitades, se puede regular en inclinación. El acceso al vehículo se hace de una manera cómoda por la altura y la posición al volante es correcta, con unos asientos bastante cómodos, incluso en viajes largos, aunque se echa en falta un apoyo para el pie izquierdo. Disponemos, repartidos por el habitáculo, de numerosos huecos de todos los tamaños para dejar objetos y botellas, aunque la apertura de la guantera deja poco espacio para meter la mano. El diseño del salpicadero es algo soso y los materiales empleados se muestran simplemente discretos y en algunos detalles, como las luces de cortesía, un poco toscos. El ajuste, sin embargo, no merece crítica. En conjunto, el Suzuki Ignis posee aspectos mejorables, pero ofrece la tracción total y la capacidad para circular por caminos y terrenos poco adherentes con mayor facilidad y seguridad que un turismo. El equipamiento de esta versión es muy completo, pero el precio, por encima de los dos millones, resulta elevado.